Medición de la Pobreza
Por Carlos Parodi
Uno de los indicadores más usados para
medir la evolución del bienestar es el nivel de pobreza de un país. De acuerdo
con cifras oficiales, el porcentaje de pobres en el Perú ascendió a 25.8% en
2012, luego de ubicarse en 42.8% en 2007.
La meta para 2016 es 15%. ¿Qué significan estos números y cómo se llegó
a ellos, es decir, cómo se mide la pobreza?
Si queremos medir la pobreza antes
debemos definirla, asunto que constituye una tarea compleja (intente conversar
con amigos, pregunte qué es pobreza y notará la falta de acuerdo). Suponiendo
que ya la definió, medirla es aún más difícil. El problema es que al no existir
una única definición de "qué es ser pobre", tampoco habrá solo un método para
calcularla. Entonces, ¿qué método se utiliza para calcular la pobreza "oficial"
en el Perú?
En el Perú se usa el método de "líneas de la pobreza monetaria". El Ministerio
de Economía y Finanzas (MEF) define la pobreza monetaria (también llamada por
ingresos) como la insuficiencia de recursos monetarios para adquirir una
canasta de consumo mínima aceptable socialmente. En términos simples, pobre es aquel que no tiene el dinero para comprar
la canasta mencionada.
Una línea de la pobreza es un límite o
umbral, que indica el costo (expresado
en unidades monetarias) de una canasta básica. Aquellos cuya capacidad de gasto
es menor que la línea son considerados pobres; por el contrario los que pueden
gastar un monto mayor que el indicado por la línea son considerados no pobres. En
otras palabras, la línea de la pobreza divide a la población en dos grupos:
pobres y no pobres.
Dicho de otro modo, la pobreza se mide en
función de una variable: la capacidad de gasto de la persona, con lo cual se
asume que si tiene el dinero, entonces lo gastará en aquellos bienes y
servicios que eleven al máximo su bienestar. Por lo tanto, si todas las
personas recibieran una transferencia de dinero que les permitiera gastar por
encima del costo de la canasta mínima, entonces no habría pobres. La pobreza
monetaria mide la posesión del medio para lograr el fin.
No obstante, la pobreza es un fenómeno
multidimensional, que no depende solo de la capacidad de gasto de una persona,
más allá de los problemas que tiene la definición de la canasta de consumo
mínima socialmente aceptable. Por ejemplo, una familia puede tener el ingreso
para comprar la canasta que lo clasifica como no pobre, pero vive en
condiciones de hacinamiento, sin agua ni desagüe, sin energía eléctrica y en
una vivienda precaria. A todas luces, también sería pobre, a pesar que con el
método descrito aparecería como no pobre. Esa observación nos lleva a otro
método, conocido como el de las necesidades
básicas insatisfechas (NBI). En este segundo método se listan cuáles son
las necesidades básicas y luego se procede a clasificar como pobre a una
persona que no satisfaga dos o más de esas necesidades.
Ambos métodos recogen información de las
Encuestas Nacionales de Hogares (ENAHO) y presentan subjetividades. Con el
método de la pobreza monetaria, ¿cómo determinar los bienes y servicios que
conforman la canasta básica? Del mismo modo, de acuerdo con el método de NBI,
¿cómo determinar las necesidades básicas? ¿Por qué a partir de dos de ellas
insatisfechas el individuo se considera pobre y no a partir de tres?
Más aún, los dos métodos parten de
información obtenida de encuestas, de ahí que se ubiquen dentro de un grupo
denominado "línea de pobreza objetiva"; sin embargo, en los últimos años se ha
avanzado en el cálculo de una línea
subjetiva que depende de la autopercepción de cada persona. Bajo esta última definición, es pobre quien
se considera como tal, independientemente del nivel de ingresos y otro aspectos
relacionados con el bienestar.
Por lo tanto, las líneas de pobreza
objetivas dependen de criterios establecidos por especialistas para llevar una
vida decente; por ejemplo, las necesidades biológicas de alimentación en
términos de requerimientos nutricionales mínimos. Las líneas subjetivas depende
más de la idea que cada persona tiene sobre el nivel mínimo de ingreso o
consumo necesarios para ni ser pobre.
Existen varios métodos más para calcular
la pobreza; de ahí que surjan dos conclusiones: en primer lugar, es necesario
complementar los resultados de la pobreza con otros indicadores relacionados
con el bienestar; en segundo lugar, el diseño de las políticas sociales se hace
a partir de la caracterización de la pobreza, la que a su vez depende del
método usado.
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