Objetivos anuales y quinquenales
Por Germán Alarco Tosoni
La cancelación de los objetivos anuales y quinquenales (OAQ) de Petroperú es un hecho grave. La resolución ministerial que los aprobaba salió publicada el 31 de julio y se dejó sin efecto el 2 de agosto. La elaboración del plan estratégico y los OAQ fue parte de un proceso riguroso en el que intervinieron dos directorios consecutivos y la administración de la empresa. Los OAQ concretaban la decisión de fortalecer y reestructurar la empresa como resultado de una iniciativa ciudadana ante el Congreso en 2006. Ahora estamos en fojas cero. Se han dicho y repetido muchas mentiras sobre su contenido, por lo que es importante comentarlos.
Los OAQ derivados del plan estratégico establecían claramente el porqué la empresa petrolera es del Estado. En la misión se señalaba que como empresa del Estado contribuye a maximizar la renta petrolera a favor del desarrollo sostenible del país. En la visión se ratificaba el compromiso con el desarrollo sostenible, la seguridad energética y la diversificación de la oferta para el cambio de la matriz energética nacional. Sin embargo, no solo se trataba de darle un lugar específico, sino que se incidía en la necesidad de actuar con los mejores estándares de la industria a nivel internacional, en la seguridad, rentabilidad y se consideraba el concepto de crear valor compartido, por encima de la responsabilidad social empresarial. El objetivo estratégico central era el de maximizar la renta petrolera del Estado impulsando su integración vertical.
Los OAQ tenían 9 objetivos principales y 37 objetivos específicos con sus respectivas metas. El primero era generar valor para el accionista, que en pocas palabras significa rentabilidad. El segundo, integrar verticalmente a la empresa a través de una mayor participación en el upstream y downstream, como todas las empresas petroleras internacionales. Luego, mejorar el margen refinero y adecuarse a la normatividad ambiental. Se proponía mantener el liderazgo en el mercado de combustibles y diversificar la oferta de bienes y servicios. En lo técnico, se buscaba optimizar la capacidad de transporte de crudo y mantener los mejores estándares en la gestión operativa. Dentro de los objetivos de soporte se procuraba cumplir con los principios de buen gobierno corporativo, enfatizando en los recursos humanos y tecnologías; así como fortalecer las relaciones con los grupos de interés.
Los OAQ no tenían nada de megalomanía, ni alucinamiento, como criticó el decano de la prensa nacional. En todos los casos las metas para los proyectos en las refinerías (excepto Talara) y petroquímicos se referían a los estudios o proyectos sujetos a una evaluación posterior. En el tema de las 11 gasolineras propias no había más que leer las notas al pie: son mínimas, bajo la modalidad de construir, adquirir y alquilar. Basta de ideología.
La cancelación de los objetivos anuales y quinquenales (OAQ) de Petroperú es un hecho grave. La resolución ministerial que los aprobaba salió publicada el 31 de julio y se dejó sin efecto el 2 de agosto. La elaboración del plan estratégico y los OAQ fue parte de un proceso riguroso en el que intervinieron dos directorios consecutivos y la administración de la empresa. Los OAQ concretaban la decisión de fortalecer y reestructurar la empresa como resultado de una iniciativa ciudadana ante el Congreso en 2006. Ahora estamos en fojas cero. Se han dicho y repetido muchas mentiras sobre su contenido, por lo que es importante comentarlos.
Los OAQ derivados del plan estratégico establecían claramente el porqué la empresa petrolera es del Estado. En la misión se señalaba que como empresa del Estado contribuye a maximizar la renta petrolera a favor del desarrollo sostenible del país. En la visión se ratificaba el compromiso con el desarrollo sostenible, la seguridad energética y la diversificación de la oferta para el cambio de la matriz energética nacional. Sin embargo, no solo se trataba de darle un lugar específico, sino que se incidía en la necesidad de actuar con los mejores estándares de la industria a nivel internacional, en la seguridad, rentabilidad y se consideraba el concepto de crear valor compartido, por encima de la responsabilidad social empresarial. El objetivo estratégico central era el de maximizar la renta petrolera del Estado impulsando su integración vertical.
Los OAQ tenían 9 objetivos principales y 37 objetivos específicos con sus respectivas metas. El primero era generar valor para el accionista, que en pocas palabras significa rentabilidad. El segundo, integrar verticalmente a la empresa a través de una mayor participación en el upstream y downstream, como todas las empresas petroleras internacionales. Luego, mejorar el margen refinero y adecuarse a la normatividad ambiental. Se proponía mantener el liderazgo en el mercado de combustibles y diversificar la oferta de bienes y servicios. En lo técnico, se buscaba optimizar la capacidad de transporte de crudo y mantener los mejores estándares en la gestión operativa. Dentro de los objetivos de soporte se procuraba cumplir con los principios de buen gobierno corporativo, enfatizando en los recursos humanos y tecnologías; así como fortalecer las relaciones con los grupos de interés.
Los OAQ no tenían nada de megalomanía, ni alucinamiento, como criticó el decano de la prensa nacional. En todos los casos las metas para los proyectos en las refinerías (excepto Talara) y petroquímicos se referían a los estudios o proyectos sujetos a una evaluación posterior. En el tema de las 11 gasolineras propias no había más que leer las notas al pie: son mínimas, bajo la modalidad de construir, adquirir y alquilar. Basta de ideología.
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