Los dueños de la salud privada en el Perú
Ojo-publico.com identificó a los ocho grupos económicos que desde el 2011 compiten por la concentración de clínicas, centros médicos y laboratorios para disputarse las ganancias de la atención de dos millones de pacientes del sector privado de la salud. Credicorp y Breca dominan un negocio que maximiza sus ingresos mientras toman el control de todos los eslabones de la asistencia médica de los usuarios. Chile y Colombia la prohíben por los incentivos perversos de lucro a costa de la salud del público. Sin embargo, en nuestro país siguen este proceso el Grupo Salud del Perú, Mapfre, La Positiva-Sanitas, Cruz Blanca y las corporaciones San Pablo y Ricardo Palma.
Por Fabiola Torres López y José Luis Huacles
OJO-PUBLICO
Hace una década, la creación de una clínica en el Perú dependía de un grupo de médicos emprendedores con un capital suficiente para abrir una empresa y prestar sus servicios. Eran tiempos en los que las tarifas impuestas a los pacientes y las ganancias por las atenciones las acordaban los representantes de las clínicas y las aseguradoras. Sin embargo, el escenario cambió en el 2011, cuando dos poderosos holdings financieros del país, Credicorp y Breca, que ya eran propietarios de las más grandes empresas de seguros, empezaron a comprar clínicas, laboratorios y centros médicos. Desde entonces, la cadena de atención del sistema privado de salud empezó a concentrarse en pocas manos y a convertirse en un modelo de negocio en el que están claros los beneficios millonarios para las corporaciones, pero no para los usuarios.
Ojo-publico.com estableció que en los últimos cinco años ocho poderosos grupos económicos, liderados por Credicorp y Breca, entraron en una competencia de alianzas y adquisiciones de empresas para disputarse las ganancias por la cobertura y asistencia médica de los cerca de dos millones de pacientes del sector privado. Un mercado menor si lo comparamos con los 10.5 millones de asegurados en Essalud, pero que crece a una tasa anual de entre 10% a 12% desde el 2012, según estudios de la consultora Total Market Solutions (TMS).PODEROSO. Dionisio Romero Paoletti, presidente de Credicorp (al centro), en la Bolsa de Nueva York./Credicorp.
En la lista de los ocho grupos, elaborada sobre la base de reportes de la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV) y de las memorias anuales de las empresas, se ubica primero Credicorp, que posee actualmente 74 centros médicos en el país, cinco clínicas y tres cadenas de laboratorios. Este holding financiero, creado en las Islas Bermudas por el banquero piurano Dionisio Romero Seminario en 1995, es también dueño de la compañía Pacífico Seguros, el Banco de Crédito y la administradora de fondos de pensiones Prima.
Le sigue su principal competidor, el Grupo Breca, denominado así en honor de los fallecidos banqueros Pedro y Manuel Brescia Cafferata, artífices de un imperio empresarial que se remonta a fines del siglo XIX. El conglomerado que ahora dirige su sobrino Álex Fort Brescia es dueño de la Clínica Internacional, la Clínica Oncológica de Miraflores y una cadena de centros de salud llamada Medicentros. Este grupo es también propietario de la compañía Rímac Seguros y tiene el 50% de las acciones del BBVA Banco Continental. Además, posee una compañía minera, una cementera, una cadena de hoteles de cinco estrellas, centros comerciales y una de las más grandes productoras de harina y aceite de pescado en el mundo.
En esta relación aparece también el joven Grupo Salud del Perú, creado en el 2008 por el Fondo de Inversiones Enfoca y Oncosalud (la más grande empresa especializada en cobertura y terapias contra el cáncer en el país). Esta corporación, fundada y promovida por los exministros de salud apristas Luis Pinillos Ashton y Carlos Vallejos Sologuren, es propietaria de la lujosa Clínica Delgado en Miraflores y de la cadena de laboratorios Cantella.
Otros competidores son el grupo de capitales españoles Mapfre, instalado en Lima desde 1997, que tiene una aseguradora del mismo nombre y construyó en los últimos tres años una cadena de centros médicos y boticas en la capital; el Grupo Inversiones en Salud, un consorcio formado por las aseguradoras La Positiva y Sanitas en el 2014, que abrió sus propios policlínicos en Lima y Arequipa; y el grupo chileno Cruz Blanca, instalado en el mercado peruano desde el 2011 con la adquisición de la poderosa cadena de servicios de imágenes de diagnóstico Resomasa.
El panorama se completa con las tradicionales corporaciones médicas Ricardo Palma y San Pablo, creadas en 1975 y 1991, respectivamente, que desde hace un tiempo venden sus propios planes de cobertura de salud y expanden sus servicios a través de nuevas instalaciones y empresas. La Clínica Ricardo Palma recibió incluso una propuesta de compra del Grupo Interbank en el 2013, pero no llegó a un acuerdo concreto.
Estos son los ocho grupos protagonistas del negocio de la salud en el Perú.
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En un período de estabilidad económica en el país y de aumento de la capacidad de pago de la población, los principales grupos inversores instalaron en el 2011 una fórmula de negocio que los economistas conocen como integración vertical o concentración de empresas en el sector salud. Esto implica que los propietarios de las compañías aseguradoras y de las administradoras de fondos de cobertura médica, llamadas Entidades Prestadoras de Salud (EPS), puedan también ser los dueños de las clínicas, centros médicos y laboratorios para orientar la atención de sus clientes.
“Este modelo apunta a maximizar sus ingresos y reducir sus costos en la medida que todos los eslabones de la cadena de cobertura y atención médica funcionan de acuerdo a sus intereses”, dice la experta en economía de la salud Margarita Petrera, excoordinadora del Observatorio de la Salud del Consorcio de Investigación Económica Social (CIES).
“Los propietarios de las grandes aseguradoras ahora son dueños de clínicas, centros médicos y laboratorios.”
A diferencia de Chile y Colombia, en donde la integración vertical de empresas de salud quedó prohibida por los incentivos de lucro generados a costa de los pacientes (como la preferencia de las aseguradoras por derivar las atenciones a clínicas del mismo grupo para aumentar ganancias y la aplicación de sobreprecios), el Perú no ha puesto restricciones legales a dicho proceso. En este escenario, los grandes grupos financieros son los que deciden a través de sus compañías aseguradoras el tipo, número y monto tope de cobertura de enfermedades para sus clientes, y ahora por medio de sus clínicas, el tratamiento que les darán de acuerdo a los límites de las pólizas y su capacidad de pago.
"El Estado se ha puesto al margen de un negocio en el que no está protegido el paciente. Si se consolida una posición de control del mercado por parte de un grupo de empresas, se restringe la libre elección de servicios y, donde no hay libre elección, el tema de la calidad de atención pasa a un segundo plano”, advierte Mario Ríos, exsuperintendente adjunto de la Superintendencia Nacional de Aseguramiento en Salud (Sunasa), hoy Susalud.
SUSALUD. La ex gerenta de Pacífico Seguros, Flor Philipps, ocupa la jefatura de la Superintendencia Nacional de Salud./Midchel Meza.
En mayo del 2012, la Asociación de Clínicas Particulares del Perú (ACP), que agrupa a 86 empresas, pidió al Ministerio de Salud que regulara este esquema, convencida de que la posición de dominio de las aseguradoras que poseen clínicas era un golpe a la libre competencia y a la libertad de elección de los pacientes sobre dónde recibir atención médica. “Esto no trae una mejor atención al usuario porque no hay competencia por la calidad de los servicios, sino por el ahorro de costos”, dijo entonces Víctor Puente Arnao, asesor legal de la ACP a la emisora RPP Noticias. Sin embargo, poco tiempo después, este gremio cambió su posición en favor de la situación actual.
El problema pasó inadvertido. No mereció entonces ni ahora pronunciamiento alguno del Ministerio de Salud ni de su organismo adscrito competente, la Superintendencia Nacional de Salud (Susalud), encargada de supervisar a las compañías administradoras de fondos de cobertura médica y los servicios de salud tanto públicos como privados. El silencio resulta sintomático si se tiene en cuenta que Flor de María Philipps, quien ocupa la jefatura de esta entidad desde el 2012, ocupó previamente la gerencia de Pacífico Seguros. Junto a ella se incorporaron César López Dávalos, exgerente de Pacífico EPS, como superintendente adjunto de Promoción y Protección de Derechos de Salud; y Juan Temoche Araujo, exgerente del Complejo Hospitalario San Pablo, como funcionario de la intendencia de supervisión de las instituciones administradoras de fondos de aseguramiento en salud de Susalud.
VEA TAMBIÉN: Jefa de Susalud dice que clínicas y pacientes se rigen por el libre mercado.
Las bases sobre las que se asienta este proceso de concentración empresarial en el sistema privado de salud las puso el régimen de Alberto Fujimori con la Ley de Modernización del Seguro Social en 1997. La norma permitió el ingreso de empresas privadas para cubrir las atenciones básicas de salud con el objetivo de descongestionar los hospitales del Instituto Peruano de Seguridad Social (IPSS), hoy EsSalud. Uno de sus principales promotores fue el entonces ministro de Salud y exasesor de compañías aseguradoras Marino Costa Bauer.
La ley dispuso que la población de seis millones de asegurados del entonces IPSS tuviera la alternativa de mantener sus aportes íntegros en el seguro social o trasladar una parte a las recién creadas Entidades Prestadoras de Salud (EPS). Estas empresas debían administrar dichos fondos y definir las clínicas -de su propiedad o de terceros- en donde sus afiliados serían atendidos. Los primeros en crear sus EPS, por intermedio de sus aseguradoras, fueron los dos grupos financiaros más grandes del Perú: Credicorp y Breca (entonces conocido como Brescia por el apellido de sus fundadores).
GRUPO BRECA. Edificio de Rímac Seguros en el centro financiero de San Isidro. /Midchel Meza.
En 1998, el Grupo Breca, dueño de Rímac Seguros, dio origen a Rímac EPS. Al año siguiente, el Grupo Credicorp, que controla Pacífico Seguros, creó Pacífico Salud EPS. Desde entonces, estas dos compañías –que juntas reúnen el 77% de los afiliados bajo este sistema– dominaron el mercado de administración de fondos privados de salud y absorbieron en el camino a sus competidoras. El escenario cambió recién en el 2006, cuando la aseguradora de capitales españoles Mapfre Perú creó su propia EPS y La Positiva lo hizo en el 2012.
El problema es que las EPS no sirvieron para descongestionar el seguro social, como se había ofrecido, sino que resultaron siendo un esquema lucrativo para sus propietarios: solo entre el 2006 y 2011, Rímac EPS sumó 127 millones de soles en utilidades y Pacífico EPS obtuvo 35 millones de soles en el mismo período, según los reportes revisados por ojo-publico.com en la Superintendencia Nacional de Salud.
“Las EPS no sirvieron para descongestionar el seguro social, sino que resultaron siendo un esquema lucrativo para sus dueños.”
DEMANDA. El Estado contrata los servicios de las clínicas para cubrir la atención de pacientes que no pueden atender los hospitales./Andina.
El negocio de la salud se volvió todavía más atractivo para estos grupos financieros con la segunda reforma del sector salud iniciada el 2009, durante el segundo gobierno de Alan García. La nueva Ley Marco de Aseguramiento Universal en Salud, promulgada ese año, abrió el camino a que el Seguro Integral de Salud (SIS), subsidiado por el Estado, empezara a alquilar los servicios de las clínicas para cumplir con las atenciones de la creciente población de asegurados que los saturados hospitales ya no podían cubrir. En la elaboración de esta norma, el Ministerio de Salud contrató como consultor al médico y entonces gerente general de la Clínica Stella Maris, Jorge Ruiz Portal, quien es el actual gerente de operaciones hospitalarias del Grupo Salud del Perú.
La perspectiva de esa demanda de usuarios generó que las ocho corporaciones económicas –cuatro de ellas dueñas de empresas de seguros y también de EPS- decidieran tomar el control de todos los eslabones del sistema de atención médica con las adquisiciones de diversos servicios de salud. Fue entonces que Credicorp y Breca, los españoles de Mapfre, las corporaciones médicas Ricardo Palma y San Pablo y los nuevos en el negocio, el Grupo Salud del Perú, Inversiones en Salud (La Positiva-Sanitas) y los chilenos de Cruz Blanca buscaron alianzas y salieron de compras.
Entre el 2011 y 2012, Credicorp, presidido por Dionisio Romero Paoletti, se convirtió en el grupo más poderoso del sector privado de la salud en el Perú luego de invertir 110 millones de dólares en la compra de cuatro clínicas, 74 centros médicos en Lima, en el norte y sur del país, y dos cadenas de laboratorios, según los informes de la Superintendencia del Mercado de Valores y sus propios reportes financieros. El conjunto de operaciones bancarias alcanzó su punto cumbre en septiembre del 2014, mediante su asociación empresarial con el poderoso holding chileno Banmédica, que ya era dueño de la clínica San Felipe y de la cadena de laboratorios Roe.
HOLDING. Conoce las empresas de salud compradas por Credicorp desde el 2011.
Credicorp, a través de su aseguradora y EPS, se hizo de la propiedad de las clínicas San Borja y El Golf en Lima, Sánchez Ferrer en Arequipa y Belén en Piura, desde el 2011. En la capital compró también los servicios asistenciales Doctor+, las sedes del Centro Médico Odontológico Americano, del Centro de Oncología Oncocare (ahora Aliada), la importadora de materiales médicos Prosemedic y los laboratorios Arias Stella y Bio Pap Service. Todos ellos adquiridos en los últimos tres años. Además, en el 2013, Credicorp creó la Red Sanna para expandir sus servicios médicos a diferentes regiones.
Los diarios hablaron de un saludable 'boom' de inversiones, pero nadie mencionó que parte del costo de esas operaciones económicas se cubrió con el alza de los planes de asistencia médica que pagan los 500 mil afiliados a Pacífico Salud EPS. Ojo-publico.com verificó que entre el 2012 y 2014, por los mismos años en que se ejecutaron las compras, dichos usuarios afrontaron un aumento de 131 a 147 soles de la tarifa del plan de cobertura de salud que se les descuenta de su sueldo cada mes.
En el caso del Grupo Breca, la estrategia fue construir sus propios centros de salud. Entre el 2011 y el 2014, invirtió 100 millones de dólares en una nueva torre de la Clínica Internacional en San Borja, que era de su propiedad desde que compró la sede del centro de Lima en el 2001, y en centros médicos instalados dentro de los Mall Aventura Plaza de Santa Anita, Bellavista (Callao), Trujillo y Arequipa. Esta última cadena de servicios se puso en marcha mediante una alianza con el grupo chileno Guerrero y Asociados, del médico Francisco Guerrero, creador de la poderosa compañía Integramédica en su país.
“La Clínica Internacional y una cadena de servicios médicos en Lima y Callao están en manos de Breca.”
El grupo Breca controla también la Clínica Oncológica de Miraflores y planea realizar más inversiones para superar a Credicorp. El presidente del directorio de Rímac Seguros, Alex Fort Brescia, ha destinado otros 150 millones de dólares para la construcción de nuevas clínicas y centros intermedios de atención de salud en el país desde este año hasta el 2018, según anuncios de la empresa en los medios locales.
Sin embargo, al igual que ocurrió con el caso de Credicorp, los 700 mil afiliados a Rímac EPS, subsidiaria de Rímac Seguros, tampoco se libraron del alza de tarifas de 137 a 165 soles mensuales por sus planes de salud en el mismo período en el que hicieron sus primeras millonarias inversiones en infraestructura de servicios médicos.
En esta competencia por la compra de clínicas y centros médicos también ingresó con fuerza el Grupo Salud del Perú, conocido comercialmente como Auna. Se formó en el 2008 en una singular alianza entre Oncosalud y el Fondo de Inversiones Enfoca (conocido por ser el dueño del canal de televisión Latina y accionista del gigante almacenero Talma). La primera es la compañía emblemática del joven grupo económico y la más importante en cobertura y terapias contra el cáncer en el país, pero a la vez encabeza el ranking de las 32 empresas de servicios de salud más multadas por el Indecopi debido a malas prácticas en la atención a sus pacientes entre el 2011 y mediados del 2015.
Otra de las empresas del Grupo Salud del Perú –que surgió durante el segundo gobierno de Alan García y que tiene entre sus principales accionistas a los exministros de salud apristas Luis Pinillos Ashton y Carlos Vallejos Sologuren– es la lujosa Clínica Delgado de Miraflores inaugurada en el 2014. Este grupo invirtió 120 millones de dólares en infraestructura y tecnología médica –de los cuales 25 millones de dólares fueron obtenidos en calidad de préstamo de la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés), uno de los brazos financieros del Banco Mundial– para levantar el edificio sobre un terreno donado por la Cruz Roja Peruana.
LUJOSA. El Grupo Salud del Perú, conocido como Auna, es propietario de la Clínica Delgado./Clínica Delgado.
“El Grupo Salud del Perú se formó en el 2008 en una singular alianza entre Oncosalud y el Fondo de Inversiones Enfoca.”
Este grupo de capitales peruanos cuenta hoy con 21 establecimientos de salud que incluyen todos los locales de Oncosalud en Lima y el norte del país, las clínicas Bellavista y Miraflores en Piura, Vallesur en Arequipa, la empresa Servimédicos de Chiclayo y los laboratorios Cantella. En julio pasado, Luis Pinillos Casabone, hijo de Luis Pinillos Ashton, le entregó la gerencia general al administrador Álvaro Campos Crosby, exvicepresidente de consumo masivo de la empresa de alimentos Alicorp.
Hay también corporaciones extranjeras que han buscado socios locales para concentrar el manejo tanto de empresas de fondos de aseguramiento como de asistencia médica. El Grupo Mapfre, de capitales españoles, compró la aseguradora Latina Seguros por apenas 13 millones de soles en el 2007 y la transformó en la compañía Mapfre Perú. Ese mismo año creó su propia EPS para competir con Rímac y Pacífico en la afiliación de trabajadores a planes de atención de salud.
Como parte de su estrategia, desde el 2010 Mapfre Perú construyó cuatro centros médicos en el Callao, Independencia, Comas y en la ciudad norteña de Chiclayo. El grupo al mando del español Renzo Calda Giurato ya anunció que se destinará otros 25 millones de dólares para abrir nuevos centros hasta el 2017, según los boletines oficiales de la empresa. Mapfre Perú también es propietario de las funerarias Finesterre y Agustín Merino.
EXPANSIÓN. Grupo Inversiones en Salud tiene su EPS, La Positiva, y su cadena de centros médicos./Midchel Meza.
Un similar camino siguió una de las aseguradoras más antiguas del Perú: La Positiva, que tiene como accionista mayoritario al grupo Ferreycorp, dedicado a la venta de maquinaria pesada para la minería y la construcción, y también a la Corporación Financiera Internacional, brazo financiero del Banco Mundial. En el 2012, La Positiva se asoció con Sanitas, una empresa de capitales españoles y vinculada al holding inglés Bupa, especializado en salud y con presencia en 190 países. La alianza dio origen al Grupo Inversiones en Salud, que bajo la dirección de Juan Manuel Peña, de Ferreycorp, creó la EPS La Positiva Sanitas para vender planes de asistencia médica y también abrió centros de salud en Arequipa y Lima en el 2013.
“En el 2012, La Positiva se asoció con Sanitas para dar origen al Grupo Inversiones en Salud. ”
Cruz Blanca, compañía del millonario chileno Salvador Said que ya concentra las principales clínicas en su país, es otro de los inversionistas extranjeros que ha comenzado a absorber empresas en el Perú. En el 2011, su filial Cruz Blanca Perú compró Resomasa, la más avanzada cadena de servicios de diagnóstico por imágenes, en un primer movimiento por 4.1 millones de dólares. Dos años después, invirtió 12 millones de dólares para adquirir los laboratorios Anglolab y el Centro Ambulatorio Mediperú en la capital. Desde el 2013, este grupo dirigido en Lima por el chileno Andrés Varas Greene viene construyendo cinco centros médicos dentro de los locales de la cadena comercial Megaplaza. El primero fue inaugurado este año en la sede norte de Lima.
Con la presión de poderosos competidores dispuestos a llevarse a sus pacientes, tradicionales corporaciones médicas empezaron a vender sus propios planes de cobertura de salud en una red de establecimientos de su propiedad. Una de ellas es la Clínica San Pablo, inaugurada en 1991 y transformada en el Complejo Hospitalario San Pablo desde que su propietario, el cardiólogo José Faustino Álvarez Blas, empezó a construir una red de clínicas a inicios del nuevo milenio. Esta corporación, que también es dueña de la cadena de hoteles Aranwa, invirtió 65 millones de dólares en siete clínicas desde el 2003 hasta el 2013: San Gabriel, San Juan Bautista, Jesús del Norte, Santa María del Sur y Chacarilla en Lima y las dos filiales de la Clínica San Pablo en Trujillo y Huaraz.
RED. El cardiólogo José Álvarez es propietario de la Clínica San Pablo y de otras siete en el país, entre ellas la San Gabriel./Midchel Meza.
El Complejo Hospitalario San Pablo planea seguir expandiéndose con inversiones por 50 millones de dólares en la construcción de policlínicos en la capital, Arequipa y Tacna hasta el 2018. Este grupo posee más de 44 mil afiliados a sus planes de cobertura médica, sin contar con los usuarios de las atenciones externas. Sin embargo, su crecimiento no ha ido de la mano con las mejores prácticas en favor de sus pacientes, ya que varios de sus establecimientos figuran también en la lista de 32 clínicas del país más sancionadas por el Indecopi por casos de negligencia médica desde el 2011.
Una situación similar ocurre con la clínica Ricardo Palma, que desde hace cinco años ha tomado como estrategia incrementar su oferta con servicios de salud instalados en centros comerciales. Hasta la fecha cuenta con dos centros médicos ubicados en Plaza Lima Sur en Chorrillos y Plaza Norte en Comas. Esta empresa, que tiene como presidente de directorio al neumólogo César Villarán Ferreyros, destinará 35 millones de dólares en los próximos tres años para la ampliación de su sede central en la avenida Javier Prado. A pesar de este proceso de inversión en locales y servicios, que ha captado 49 mil personas para sus planes de salud, figura como la empresa que tiene las multas más altas aplicadas por Indecopi debido a casos de mala praxis ocurridos en los últimos cinco años.
La fórmula de concentración empresarial refleja que la salud es un gran negocio para los ocho grupos económicos que buscan dominar la oferta de servicios médicos. El problema es que sus inversiones financieras crecen sin vigilancia del Estado para medir si mejora o aumenta en la misma medida la calidad de atención a los pacientes. “El Ministerio de Salud no puede esperar a estar frente a un escenario de lucro desmedido a costa de la salud de las personas para recién intervenir”, advierte Mario Ríos, exsuperintendente adjunto de la Sunasa. La primera radiografía del sector privado de salud ya arroja peligrosos síntomas.
EL SILENCIO DE LAS ASOCIACIONES
Ojo-publico.com solicitó entrevistas a los representantes de la Asociación Peruana de Empresas de Seguros (Apeseg), la Asociación Peruana de Entidades Prestadoras de Salud (APEPS), la Asociación de Clínicas Particulares (ACP) y los gerentes de Pacífico Seguros y Rímac Seguros desde junio pasado. Solo accedió a nuestra solicitud el presidente de la ACP, Sebastián Céspedes, quien considera que “la concentración del mercado de la salud es una tendencia global” y ve como “un aliciente a la competencia” el ingreso de grandes grupos financieros al sector. La entrevista completa es publicada en una nota adjunta a este informe.ANEXO
Negocios y negociados con la salud de millones de Peruanos
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