La roya del café y la justicia social
Por Pedro Francke
Recorro el valle de Tulumayo cerca de San Ramón, en la selva central, y los cafetos se ven tristes. Han perdido buena parte de sus hojas, luego de ser atacados por este hongo llamado “roya”. Como resultado, la producción de café se reduce en más de la mitad, los granos de café no maduran o se caen antes de tiempo.
En el caserío de Los Ángeles, tras recorrer hora y media traqueteando los baches del camino y superando un pequeño huaico reciente, veo cómo las familias combinan el café con el plátano, mientras para su alimentación diaria tienen sus pollos y yucas. Las áreas de cultivo son pequeñas porque la geografía es muy accidentada. El café es lo que les da el dinero para muchas de sus compras, y ahora además de que la producción ha bajado, los precios también. Si el caficultor ha recurrido a un préstamo bancario, los intereses y pagos se acumulan; este año el café puede resultar en un rendimiento negativo.
Para empeorar las cosas, el debilitamiento de las plantas producto de la roya no afectará solo la cosecha de este año; posiblemente la siguiente cosecha será aun peor. Los cafetos no se recuperan tan rápido ni automáticamente.
La plaga de la roya no está solo en esa zona. SENASA calcula que el 43% de las zonas cafetaleras está afectado, las pérdidas para 500 mil personas en 120 distritos rurales se calculan en 200 millones de soles.
¿Por qué la roya ha sido más fuerte este año? Un ingeniero agrónomo en el poblado de Las Orquídeas tiene la respuesta: el calentamiento global. A inicios de este año las lluvias vinieron con sol y calor, creando el ambiente propicio para la propagación de la roya. El hecho que, producto de la pobreza y la falta de conocimientos, muchas plantas de café sean muy viejas, las hace débiles y fácil presa del hongo. Por eso parte de la solución es sembrar nuevas plantas, pero además del costo, hay que esperar al menos 3 años para que éstas empiecen a producir, ¿y mientras tanto? ¿Acaso los responsables del calentamiento global en los países del Norte se harán cargo?
Ollanta Humala ha dicho recientemente que “la izquierda fue el que abandonó la bandera de la lucha de la justicia social, y esa es la que hemos retomado con el nacionalismo”. Presidente, dése una vueltita por la selva central, mire los cafetos, hable con las familias de Los Angeles o de Las Orquídeas, que no han recibido ninguna ayuda ni han visto a nadie de su gobierno, y piense nuevamente antes de hacerse autobombo como el abanderado de la justicia social. Se lo pedimos desde la izquierda.
Recorro el valle de Tulumayo cerca de San Ramón, en la selva central, y los cafetos se ven tristes. Han perdido buena parte de sus hojas, luego de ser atacados por este hongo llamado “roya”. Como resultado, la producción de café se reduce en más de la mitad, los granos de café no maduran o se caen antes de tiempo.
En el caserío de Los Ángeles, tras recorrer hora y media traqueteando los baches del camino y superando un pequeño huaico reciente, veo cómo las familias combinan el café con el plátano, mientras para su alimentación diaria tienen sus pollos y yucas. Las áreas de cultivo son pequeñas porque la geografía es muy accidentada. El café es lo que les da el dinero para muchas de sus compras, y ahora además de que la producción ha bajado, los precios también. Si el caficultor ha recurrido a un préstamo bancario, los intereses y pagos se acumulan; este año el café puede resultar en un rendimiento negativo.
Para empeorar las cosas, el debilitamiento de las plantas producto de la roya no afectará solo la cosecha de este año; posiblemente la siguiente cosecha será aun peor. Los cafetos no se recuperan tan rápido ni automáticamente.
La plaga de la roya no está solo en esa zona. SENASA calcula que el 43% de las zonas cafetaleras está afectado, las pérdidas para 500 mil personas en 120 distritos rurales se calculan en 200 millones de soles.
¿Por qué la roya ha sido más fuerte este año? Un ingeniero agrónomo en el poblado de Las Orquídeas tiene la respuesta: el calentamiento global. A inicios de este año las lluvias vinieron con sol y calor, creando el ambiente propicio para la propagación de la roya. El hecho que, producto de la pobreza y la falta de conocimientos, muchas plantas de café sean muy viejas, las hace débiles y fácil presa del hongo. Por eso parte de la solución es sembrar nuevas plantas, pero además del costo, hay que esperar al menos 3 años para que éstas empiecen a producir, ¿y mientras tanto? ¿Acaso los responsables del calentamiento global en los países del Norte se harán cargo?
Ollanta Humala ha dicho recientemente que “la izquierda fue el que abandonó la bandera de la lucha de la justicia social, y esa es la que hemos retomado con el nacionalismo”. Presidente, dése una vueltita por la selva central, mire los cafetos, hable con las familias de Los Angeles o de Las Orquídeas, que no han recibido ninguna ayuda ni han visto a nadie de su gobierno, y piense nuevamente antes de hacerse autobombo como el abanderado de la justicia social. Se lo pedimos desde la izquierda.
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