El misterio de Conga
Por Pedro Francke
Una nota en un periódico nacional lanzó la alerta: Conga No va, la empresa está despidiendo gente. Solo horas después, el ministro de Energía y Minas salió rápidamente a desmentir la noticia. Una vez más, Jorge Merino se presenta claramente como el vocero de Yanacocha y deja de lado toda pretensión de trabajar por el interés público.
“Por razones técnicas, están viendo cuándo van a comenzar el Perol. Eso es lo concreto”, dijo el ministro Merino. Pero horas después, un comunicado oficial de la empresa decía algo diferente: “La construcción del reservorio Perol solo se iniciará una vez que obtengamos todos los permisos correspondientes, los cuales estimamos podrían obtenerse hacia el segundo trimestre de 2014”. Es decir, el problema por el que las obras en el Perol no continúan no es “técnica” como dijo el ministro, es de falta de permisos.
Recordemos que hasta ahora Yanacocha ha avanzado con el reservorio de Chailhuagón, que el gobierno dice no es parte del proyecto Conga, aunque es una obra claramente establecida en los planos de la mina. Como se trata de una obra de agua, tratan de engañar incautos diciendo que es para darle agua a la comunidad. Pero toda máscara se caería con El Perol, laguna que se vaciaría porque ahí mismo, debajo del agua, está el cobre que se quiere sacar mediante un gigantesco tajo abierto de 660 metros de profundidad. La semana pasada Yanacocha pretendió decir que iban a vaciar El Perol pero solo por “trasvasar el agua” a otro reservorio, pero ya el engaño era demasiado burdo.
La protesta cajamarquina no se hizo esperar, y los ronderos ya están preparando movilizaciones y marchas. Frente a ello, Yanacocha ha postergado las obras en El Perol, diciendo que le faltan permisos, aunque no está claro cuáles serían esos. Es más que evidente que el permiso o licencia social no lo tienen ni parece nada probable que lo pueda obtener, con más de 80% de la población en contra según la encuesta de Ipsos-Apoyo. Pero ni la empresa ni el gobierno quieren reconocer eso.
Conga tiene otros problemas. En su comunicado, la empresa indica que “La construcción de Conga continuará solo si puede hacerse de manera segura, social y ambientalmente responsable, con retornos aceptables que justifiquen futuras inversiones”. La primera parte de la frase es pura demagogia. Pero en la segunda está la clave: Conga se hará sólo si es muy rentable. El asunto es que hay un declive del precio del cobre y las noticias de China sobre una reducción del ritmo de crecimiento y de su reorientación hacia un menor consumo de metales indican que el precio del cobre tiene un futuro incierto.
“No es cierto que Conga tenga interés de irse”, ha dicho el ministro Merino. No es eso lo que ha dicho la empresa, cuya declaración dice claramente que el proyecto no está asegurado. Una pena que, una vez más, en este tipo de decisiones el gobierno no juegue otro rol que el de alcahuete de la trasnacional y todo dependa de ella. El gobierno debiera defender el interés público, en especial dado los problemas ambientales y sociales de este proyecto, y no dejar que los únicos que realmente se ponen del lado de los peruanos y el futuro sean las rondas campesinas y los ecologistas cajamarquinos.
Una nota en un periódico nacional lanzó la alerta: Conga No va, la empresa está despidiendo gente. Solo horas después, el ministro de Energía y Minas salió rápidamente a desmentir la noticia. Una vez más, Jorge Merino se presenta claramente como el vocero de Yanacocha y deja de lado toda pretensión de trabajar por el interés público.
“Por razones técnicas, están viendo cuándo van a comenzar el Perol. Eso es lo concreto”, dijo el ministro Merino. Pero horas después, un comunicado oficial de la empresa decía algo diferente: “La construcción del reservorio Perol solo se iniciará una vez que obtengamos todos los permisos correspondientes, los cuales estimamos podrían obtenerse hacia el segundo trimestre de 2014”. Es decir, el problema por el que las obras en el Perol no continúan no es “técnica” como dijo el ministro, es de falta de permisos.
Recordemos que hasta ahora Yanacocha ha avanzado con el reservorio de Chailhuagón, que el gobierno dice no es parte del proyecto Conga, aunque es una obra claramente establecida en los planos de la mina. Como se trata de una obra de agua, tratan de engañar incautos diciendo que es para darle agua a la comunidad. Pero toda máscara se caería con El Perol, laguna que se vaciaría porque ahí mismo, debajo del agua, está el cobre que se quiere sacar mediante un gigantesco tajo abierto de 660 metros de profundidad. La semana pasada Yanacocha pretendió decir que iban a vaciar El Perol pero solo por “trasvasar el agua” a otro reservorio, pero ya el engaño era demasiado burdo.
La protesta cajamarquina no se hizo esperar, y los ronderos ya están preparando movilizaciones y marchas. Frente a ello, Yanacocha ha postergado las obras en El Perol, diciendo que le faltan permisos, aunque no está claro cuáles serían esos. Es más que evidente que el permiso o licencia social no lo tienen ni parece nada probable que lo pueda obtener, con más de 80% de la población en contra según la encuesta de Ipsos-Apoyo. Pero ni la empresa ni el gobierno quieren reconocer eso.
Conga tiene otros problemas. En su comunicado, la empresa indica que “La construcción de Conga continuará solo si puede hacerse de manera segura, social y ambientalmente responsable, con retornos aceptables que justifiquen futuras inversiones”. La primera parte de la frase es pura demagogia. Pero en la segunda está la clave: Conga se hará sólo si es muy rentable. El asunto es que hay un declive del precio del cobre y las noticias de China sobre una reducción del ritmo de crecimiento y de su reorientación hacia un menor consumo de metales indican que el precio del cobre tiene un futuro incierto.
“No es cierto que Conga tenga interés de irse”, ha dicho el ministro Merino. No es eso lo que ha dicho la empresa, cuya declaración dice claramente que el proyecto no está asegurado. Una pena que, una vez más, en este tipo de decisiones el gobierno no juegue otro rol que el de alcahuete de la trasnacional y todo dependa de ella. El gobierno debiera defender el interés público, en especial dado los problemas ambientales y sociales de este proyecto, y no dejar que los únicos que realmente se ponen del lado de los peruanos y el futuro sean las rondas campesinas y los ecologistas cajamarquinos.
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