Defensa de nuestra pesquería
Por Juan Rebaza Carpio
Una nueva campaña orquestada por industriales harineros, apelando a impresentables operadores que mienten cínicamente y adjetivizan sin control, está propiciando una lamentable controversia sobre la pesca de anchoveta destinada a la fabricación de harina, actividad que no origina beneficios significativos al país, pero que viene depredando y contaminando nuestro mar, posponiendo a la alimentación popular como objetivo primordial.
urante los últimos veinte años, se han expedido cientos de licencias para embarcaciones y plantas industriales en forma fraudulenta, incumpliendo la Ley de Pesca, sobreexplotando la anchoveta, sin cálculo ni planificación, para fabricar harina destinada al engorde de animales; tras lo cual se vienen reduciendo las biomasas existentes, obligando a limitar las cuotas asignadas, ocasionando la disminución y alejamiento de las aves marinas, y el descenso en la producción del guano de islas.
Irrumpiendo como supuesto experto en pesca, Alberto Borea Odría, conocido personaje político, afirma sin ruborizarse, que se está permitiendo el desplazamiento de la anchoveta hacia Chile, sin fundamento alguno, más aún cuando se conoce que la Corriente Peruana o Humboldt, circula del sur hacia el norte, y no a la inversa como conjetura. Las Costas Peruanas significan la esperanza de volver a ser la zona pesquera más productiva del mundo, si se respetan las normas de racionalización y ordenamiento del Ministerio de la Producción.
La llamada Corriente Peruana o Humboldt, es una impresionante torrentera de agua fría, proveniente del Antártico, que transporta extraordinarias cantidades de sustancias nutritivas, favoreciendo la gran riqueza de pesca en aguas peruanas. La frialdad y beneficios de la Corriente Peruana, se repite en muy singulares lugares del planeta, como Groenlandia, el Golfo de Benguela, en África, e Islandia; lugares donde también se presentan las amenazas de sobreexplotaciones extractivas.
La masiva existencia del plancton en las costas sur y centro del Perú, originan escasa visibilidad de sus profundidades, por el color verde que invade nuestro mar, diferente a la transparencia de los mares Caribeños, además de que la especial frialdad de las aguas permiten una limpia oxigenación, estupenda energía solar y la gran concentración de nutrimentos.
Condiciones que aprovechan las anchovetas hembras, depositando sus millares de huevos, reproduciéndose en ese ambiente excepcional, y convirtiendo a nuestro país en LA PRIMERA potencia pesquera del mundo, ahora amenazada por un minúsculo grupo industrial, que pretende continuar enriqueciéndose, depredando e infectando el mar sin control alguno.
Una importante zona en el sur, de afloramiento y abundancia de la anchoveta, se encuentra justo dentro del triángulo marítimo, que es motivo del diferendo con Chile, y que en la práctica este país viene usufructuando ilegalmente. Pero definitivamente no existen decisiones ni fundamentos científicos que demuestren favorecimientos a Chile.
Lo que sí se confirma, es el antipatriotismo y perfidia de empresarios, quienes en los años ‘80, vendieron fábricas y embarcaciones a nuestro vecino del sur, fortaleciéndolo en detrimento de nuestra pesquería.
Una nueva campaña orquestada por industriales harineros, apelando a impresentables operadores que mienten cínicamente y adjetivizan sin control, está propiciando una lamentable controversia sobre la pesca de anchoveta destinada a la fabricación de harina, actividad que no origina beneficios significativos al país, pero que viene depredando y contaminando nuestro mar, posponiendo a la alimentación popular como objetivo primordial.
urante los últimos veinte años, se han expedido cientos de licencias para embarcaciones y plantas industriales en forma fraudulenta, incumpliendo la Ley de Pesca, sobreexplotando la anchoveta, sin cálculo ni planificación, para fabricar harina destinada al engorde de animales; tras lo cual se vienen reduciendo las biomasas existentes, obligando a limitar las cuotas asignadas, ocasionando la disminución y alejamiento de las aves marinas, y el descenso en la producción del guano de islas.
Irrumpiendo como supuesto experto en pesca, Alberto Borea Odría, conocido personaje político, afirma sin ruborizarse, que se está permitiendo el desplazamiento de la anchoveta hacia Chile, sin fundamento alguno, más aún cuando se conoce que la Corriente Peruana o Humboldt, circula del sur hacia el norte, y no a la inversa como conjetura. Las Costas Peruanas significan la esperanza de volver a ser la zona pesquera más productiva del mundo, si se respetan las normas de racionalización y ordenamiento del Ministerio de la Producción.
La llamada Corriente Peruana o Humboldt, es una impresionante torrentera de agua fría, proveniente del Antártico, que transporta extraordinarias cantidades de sustancias nutritivas, favoreciendo la gran riqueza de pesca en aguas peruanas. La frialdad y beneficios de la Corriente Peruana, se repite en muy singulares lugares del planeta, como Groenlandia, el Golfo de Benguela, en África, e Islandia; lugares donde también se presentan las amenazas de sobreexplotaciones extractivas.
La masiva existencia del plancton en las costas sur y centro del Perú, originan escasa visibilidad de sus profundidades, por el color verde que invade nuestro mar, diferente a la transparencia de los mares Caribeños, además de que la especial frialdad de las aguas permiten una limpia oxigenación, estupenda energía solar y la gran concentración de nutrimentos.
Condiciones que aprovechan las anchovetas hembras, depositando sus millares de huevos, reproduciéndose en ese ambiente excepcional, y convirtiendo a nuestro país en LA PRIMERA potencia pesquera del mundo, ahora amenazada por un minúsculo grupo industrial, que pretende continuar enriqueciéndose, depredando e infectando el mar sin control alguno.
Una importante zona en el sur, de afloramiento y abundancia de la anchoveta, se encuentra justo dentro del triángulo marítimo, que es motivo del diferendo con Chile, y que en la práctica este país viene usufructuando ilegalmente. Pero definitivamente no existen decisiones ni fundamentos científicos que demuestren favorecimientos a Chile.
Lo que sí se confirma, es el antipatriotismo y perfidia de empresarios, quienes en los años ‘80, vendieron fábricas y embarcaciones a nuestro vecino del sur, fortaleciéndolo en detrimento de nuestra pesquería.
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