Oigan eeé, están en nada

 Por Carlos Alonso Bedoya


Me da risa cuando veo las últimas publicaciones de la página web de esa especie de prensa chicha auspiciada a todas luces por el propio Ministro de energía y Minas, Jorge Merino (solo le revientan cuetes a él y disparan basura contra toda voz crítica a los desaciertos en el tema del gas por parte de su gestión, además de que los redactores de ese portal trabajan en el propio ministerio).
Me refiero a Economía y energía con Ética - eeé y su edición extraordinaria que lleva como título “Lección de Unidad: cuando la voluntad política doblega la voracidad lobbista” al celebrar la aprobación de la ley que declara de interés nacional el Gasoducto Sur Peruano (GSP) y el polo petroquímico.

Y digo que me da risa porque ese titular es totalmente contradictorio con lo que han denunciado desde que salieron a la luz en septiembre. Una prueba más de que Merino está detrás de ellos, porque han zigzagueado junto a él.


Han pasado del Etanoducto o muerte (destruyendo las honras de todos aquellos que apostaban por el Gasoducto Sur Andino (GSA), proyecto original apoyado por el Gobierno, en el que estaba incluido además de Odebretch, PetroPerú), a celebrar el GSP sin mayor explicación.

Llamaron lobbystas de Odebrecht a medio mundo. Pero, no se han dado cuenta de que con la aprobación del GSP el que gana es precisamente Odebrecht, porque como dice Aurelio Ochoa, el GSP solo será viable en tres años si el Gobierno adquiere los estudios de impacto ambiental y de ingeniería realizados para el GSA por Kuntur, comprados por Odebretch en marzo. Es que el GSA tiene casi el mismo trazo que el GSP.

Odebrecht no ha dicho ni pío luego de la aprobación del GSP, porque van a participar, o bien en la licitación (que más que crédito puente, incluye el financiamiento total por parte de los contribuyentes), o bien vendiendo los estudios. En el peor escenario, recuperarán su inversión.

Lo que sí no se entiende es cómo el Gobierno luego de que insistió hasta en dos votaciones (que perdió) en el marco de la ley de presupuesto en noviembre para dar luz verde al Etanoducto; ahora bota al tacho de basura esa propuesta y vuelve a un esquema de gasoducto andino.

En marzo el propio Ollanta fue a Quillabamba a decir que iba el GSA, luego en fiestas patrias lo reemplazó por el Etanoducto, dejando fuera a Odebrecth y compañía, solo porque Merino lo había convencido de que era urgente hacer un etanoducto porque venía la competencia del Schell Gas (a pesar de que allí no hay etano y no sale petroquímica).

Me tinca que Ollanta se enfureció con Merino porque lo engañó, y no iba a tener nada que mostrar sobre el gas en su gobierno. Por eso decidió ir a una nueva propuesta. Pero ojo que el GSA también puede ser una trampa, porque no está nada definido.

Mientras tanto, los mercenarios del periodismo que de ética no tienen nada, salvo el nombre, han pasado a celebrar el GSP que aplasta el Etanoducto que defendieron, pues tienen que seguir la línea de su errático jefe Jorge Merino.

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