La política fiscal del ministro Castilla y la responsabilidad del Congreso

  Por Felix Jimenez
 
 
Luis Miguel Castilla dirigió –como viceministro de hacienda del gobierno aprista--  la formulación del presupuesto de 2011 con una meta de déficit de 1.0% del PBI; pero, ascendido a ministro por Humala en julio de 2011, terminó el año con un superávit de 1.9% del PBI. Cuando sustentó el presupuesto de 2012, anunció una meta de superávit fiscal de 1.0% del PBI; pero, en los primeros siete meses del año ya generó un superávit de 6.2% del PBI. Ahora acaba de presentar el presupuesto de 2013 anunciando una meta de superávit fiscal de 1.1% del PBI. Si no ocurre una recesión como la de 2009, Castilla superará, este y el próximo año, las metas anunciadas de superávit fiscal.

Apego al superávit fiscal e ignorancia del álgebra

Castilla tiene una concepción particular de la política fiscal. Dice que ésta debe ser «sensata y apostar por la inversión».

Por política sensata entiende la generación de superávits fiscales, en épocas de recesión y en épocas de recuperación económica. Para justificar la meta de superávit en 2012 se decía: «Dada la rápida recuperación económica liderada por el sector privado, en adelante la política fiscal será menos expansiva». Asimismo, para justificar la meta de superávit en 2013 se dice: «Se tiene previsto que en el 2013 se alcance un superávit fiscal de 1,1% del PBI», no obstante que se reconoce que «En lo que va del 2012, la economía global ha mostrado una significativa desaceleración ante el endurecimiento de la recesión en la Zona Euro, y el menor crecimiento en EE.UU. y China». Mientras diversas economías han comenzado a adoptar medidas de política expansiva, dado el contexto de menor crecimiento global, Castilla insiste en la generación de superávit fiscal.

Por otro lado, Castilla ha dicho --quizá para impresionar a los legos del gobierno -- «que el Perú se encuentra en capacidad de multiplicar por ocho su PBI, medido en dólares, en el lapso de 20 años». El ministro parece desconocer el álgebra. Para que el PBI de 2011 (en dólares constantes) se multiplique por ocho tendría que crecer a la tasa 10.9% promedio anual. Imposible lograr esta hazaña. Pero, como se refirió a un crecimiento en dólares corrientes, su afirmación no tiene sentido. Castilla dijo que el PBI del próximo año sería cuatro veces el PBI del año 2000, sin explicitar que estaba suponiendo para sus cálculos un tipo de cambio 23% menor que el registrado ese año y que no habría cambios importantes en el comportamiento de la inflación.

El descuido de la inversión privada nacional

Castilla dice, además, que la política económica debe apostar por la inversión. Pero, él está pensando en la inversión privada extranjera y no en la inversión privada nacional.  En julio pasado lideró un roadshow al Asia para «promocionar a Perú como el país destino de las inversiones extranjeras» y acaba de reiterar –refiriéndose al reciente foro de la APEC llevado a cabo en la ciudad de Vladivostok— que «Perú se ha propuesto atraer inversiones de Asia, en actividades mineras, gas, hidrocarburos e infraestructura».

El presupuesto de 2013 responde a esta concepción. No hay cambios notables en el presupuesto de gastos de capital. Estos gastos pasan de 4.5% del PBI en 2011 a 5.2% en 2013, cifra minúscula frente al déficit de infraestructura que se ubica entre el 35% y el 40% del PBI. Solo para mantener la actual infraestructura pública del país se requiere invertir, por lo menos, 4.0% del PBI. El presupuesto de gastos de capital destinado a los gobiernos regionales y locales, incluyendo el gasto de capital denominado «multidepartamental», asciende a sólo el 2.58% del PBI.

El ministro Castilla debe viajar a la sierra y la selva por carretera, y visitar a sus centros educativos y de salud, en lugar de liderar roadshows en el extranjero, para convencerse que la inversión pública (en infraestructura económica y social) estimula el desarrollo de mercados internos y el crecimiento de la inversión privada nacional, sobre todo la orientada a la diversificación de la capacidad productiva.

La responsabilidad del Congreso de la República

El Congreso debe aprobar el presupuesto para el año 2013 antes de fines de noviembre. Por lo tanto, hay tiempo suficiente para que condicione su aprobación a la presentación, por parte del ministro Castilla, de por lo menos tres planes rigurosamente elaborados:

  1. Un plan de inversiones multianual en infraestructura con el objetivo de integración del país y que haga posible una nueva demarcación territorial, es decir, que viabilice la propuesta del candidato Humala de las regiones transversales.
  2. Un plan de inversiones multianual  en Ciencia, Tecnología e Innovación, para aumentar la productividad en la agricultura y en la industria, y expandir la producción de alimentos. Este plan debe contemplar una propuesta institucional para su ejecución, así como convenios y presupuestos explícitos con las universidades relacionadas con el tema (las universidades agraria y de ingeniería, por ejemplo).
  3. Un plan de conversión del FONAFE en un efectivo fondo de financiamiento de la actividad empresarial del Estado, para que deje de ser lo que actualmente es, el brazo de MEF que limita el financiamiento de esta actividad. El ministro tiene la obligación de imaginar cómo constituir un moderno fondo que asegure, mediante mecanismos de mercado, el financiamiento de las inversiones y otros gastos de las empresas del Estado.

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