¿Exportar el ahorro interno?
Por Germán Alarco Tosoni
Desafortunadamente las autoridades del BCRP y del MEF, que conducen la economía del país, tampoco conocen de los procesos ahorro-inversión. Ahora concuerdan en proponer ampliar el límite de inversiones al exterior de las Administradoras de Fondos de Pensiones como una medida para hacer frente a la apreciación del sol. Efectivamente, desde años atrás, nuestra moneda se está revalorando peligrosamente, pero lo que se propugna no solo es riesgoso debido a la actual coyuntura internacional, sino que coadyuvaría a jibarizar el reducido mercado de capitales y valores nacional, al exportar el ahorro nacional en circunstancias en que las necesidades del país son ilimitadas.
Todos estamos de acuerdo en que la apreciación de la moneda nacional se produce por entradas de divisas superiores a la demanda. A estas contribuyen las exportaciones mayores a las importaciones y las entradas de capital de corto plazo. Las entradas de capital por inversión extranjera no deben ser motivo de preocupación alguna ya que las remesas de éstas hacia el exterior son claramente superiores a los ingresos. Frente a los capitales golondrinos, hasta la consultora Macroconsult propone no solo los encajes adicionales del BCRP, sino que el MEF apruebe un impuesto a la entrada de capitales o la eliminación del tratamiento especial del impuesto a la renta sobre ganancias de capital e intereses para recursos de fuente externa.
Por el lado de la balanza comercial se debe entender que la generación de divisas del sector exportador es marcadamente heterogénea: especialmente de las mineras e Hidrocarburos (70% del total) que tienen condiciones de productividad notoriamente superiores a las del resto de las exportaciones. En estas circunstancias el problema no se resuelve exportando acervos de ahorros al exterior, sino con políticas intermedias que reduzcan la brecha de productividad entre ambos subsectores o en el peor de los casos regulando la entrada de divisas de los más eficientes, al entender que estos generan externalidades negativas a los otros. Hay espacio para actuar reduciendo los costos en las diferentes etapas de las cadenas logísticas de las exportaciones no tradicionales, pero eso implica mucho trabajo a nivel sectorial y microeconómico.
Es falso que aumentar la inversión en el exterior evita el sobrecalentamiento en los mercados de capitales, ya que los de afuera están en la misma condición que los internos. En todos estos, la oferta de títulos es menor a la demanda por los excesos de liquidez internacional. Resolver, como propone el BCRP y el MEF, los problemas de un excesivo flujo neto de divisas destruyendo un acervo que ampara el proceso de ahorro-inversión interno es una insensatez. No hay que olvidar, con la última información del BCRP, que los fondos de pensiones son el 36.7% del ahorro total nacional y equivalentes al 48.9% del total de colocaciones del sistema financiero al sector privado.
Desafortunadamente las autoridades del BCRP y del MEF, que conducen la economía del país, tampoco conocen de los procesos ahorro-inversión. Ahora concuerdan en proponer ampliar el límite de inversiones al exterior de las Administradoras de Fondos de Pensiones como una medida para hacer frente a la apreciación del sol. Efectivamente, desde años atrás, nuestra moneda se está revalorando peligrosamente, pero lo que se propugna no solo es riesgoso debido a la actual coyuntura internacional, sino que coadyuvaría a jibarizar el reducido mercado de capitales y valores nacional, al exportar el ahorro nacional en circunstancias en que las necesidades del país son ilimitadas.
Todos estamos de acuerdo en que la apreciación de la moneda nacional se produce por entradas de divisas superiores a la demanda. A estas contribuyen las exportaciones mayores a las importaciones y las entradas de capital de corto plazo. Las entradas de capital por inversión extranjera no deben ser motivo de preocupación alguna ya que las remesas de éstas hacia el exterior son claramente superiores a los ingresos. Frente a los capitales golondrinos, hasta la consultora Macroconsult propone no solo los encajes adicionales del BCRP, sino que el MEF apruebe un impuesto a la entrada de capitales o la eliminación del tratamiento especial del impuesto a la renta sobre ganancias de capital e intereses para recursos de fuente externa.
Por el lado de la balanza comercial se debe entender que la generación de divisas del sector exportador es marcadamente heterogénea: especialmente de las mineras e Hidrocarburos (70% del total) que tienen condiciones de productividad notoriamente superiores a las del resto de las exportaciones. En estas circunstancias el problema no se resuelve exportando acervos de ahorros al exterior, sino con políticas intermedias que reduzcan la brecha de productividad entre ambos subsectores o en el peor de los casos regulando la entrada de divisas de los más eficientes, al entender que estos generan externalidades negativas a los otros. Hay espacio para actuar reduciendo los costos en las diferentes etapas de las cadenas logísticas de las exportaciones no tradicionales, pero eso implica mucho trabajo a nivel sectorial y microeconómico.
Es falso que aumentar la inversión en el exterior evita el sobrecalentamiento en los mercados de capitales, ya que los de afuera están en la misma condición que los internos. En todos estos, la oferta de títulos es menor a la demanda por los excesos de liquidez internacional. Resolver, como propone el BCRP y el MEF, los problemas de un excesivo flujo neto de divisas destruyendo un acervo que ampara el proceso de ahorro-inversión interno es una insensatez. No hay que olvidar, con la última información del BCRP, que los fondos de pensiones son el 36.7% del ahorro total nacional y equivalentes al 48.9% del total de colocaciones del sistema financiero al sector privado.
Comentarios