Industrias creativas como oportunidad

 Por Kurt Burneo


Estuve unos días por Lima, y a partir de todas las noticias relacionadas a la puesta a punto para el desarrollo de la ya famosa feria gastronómica Mistura, me preguntaba si en estos tiempos de crecimiento económico para el Perú, cuan oportuno es explorar opciones que permitan no solo diversificar las fuentes de este, no solo para diversificar riesgos sino también mediante la diferenciación de productos, hacerlo  también con los precios de estos, reduciendo asi la vulnerabilidad económica. Una interesante opción al respecto, son las llamadas industrias creativas. Veamos de que se trata esta iniciativa que viene actualmente siendo propulsada por el Banco Interamericano de Desarrollo.
Estando insertos en una economía globalizada con mercados cada vez más integrados donde las empresas necesitan cada día ser más competitivas, la innovación y la creatividad son factores clave. Sobre la base de esto último, ¿Que es una industria creativa?  Respuesta cortita: Aquella que integra cultura, economía y tecnología.  Es así que nuestro Perú está lleno de imágenes, símbolos, sonidos, sabores e ideas que originan nuevos empleos, más riqueza y una nueva cultura (piensen por ejemplo en la famosa comida de fusión tan en boga en los restaurantes peruanos hoy). Este tipo de industria (catapultada por la tecnología digital) podría incluir a nuestra arquitectura, música, diseño de modas, turismo, tradiciones culturales, producción cinematográfica (pensemos en nuestros animes con formatos 3D) y por supuesto nuestra ya famosa gastronomía. Hay gente talentosa que en base a su habilidad agrega valor en estas actividades a la vez que hay otras personas dispuestas a pagar por apreciar dicho los productos del talento, innovación y creatividad. Por supuesto que la importancia de las industrias creativas no solo se circunscribe a su aporte al crecimiento sino también a la inclusión social que promueve y puesta en valor de nuestra diversidad. En adición, crecientemente los productos de estas industrias creativas presentan un valor de mercado que cada vez tienen menos que ver con el costo de los insumos físicos para  su elaboración, ¿O alguien piensa que cuando en un restaurante de fusión en Lima se paga 25 dólares por un plato de comida innovada, la parte mayoritaria de este precio responde a los ingredientes usados?  No, en realidad es creciente la parte del precio que retribuye el valor añadido incluido.  Por otro lado, las industrias creativas tienen una serie de impactos indirectos positivos (externalidades positivas) sobre el crecimiento, dado el involucramiento con otros sectores, piénsese como el desarrollo de nuestra gastronomía ha dinamizado las escuelas de formación de  cocineros, publicidad, turismo, agricultura, ingredientes  y comidas regionales etc. Y por si acaso existe experiencia internacional que acredita la viabilidad de este tipo de industria: Representa el 6% del PBI británico y  el 4.4% de todos los negocios en Estados Unidos.
Tengamos en cuenta, que en nuestro país, si bien la actividad creativa está muy extendida,  pero para que se constituya en industria creativa, un factor crítico es el derecho efectivo de propiedad intelectual. Este es una suerte de catalizador que permite pasar de la actividad a la industria, dado que este derecho de propiedad les permite a los innovadores  obtener beneficios de su creatividad, incentivándose el desarrollo de esta en el tiempo.   En tal sentido, si bien pioneramente nuestro país en el documento de Estrategia Pais 2012-2016 -que marca la pauta de su relación con el Banco Interamericano de Desarrollo- recientemente suscrito, se plantea la necesidad de promover las industrias creativas; resulta clave avanzar en una mayor certidumbre sobre el respeto a los derechos de propiedad intelectual; no hacerlo seria quizás el principal desincentivo para el desarrollo de las industrias creativas en el Perú. No perdamos esta oportunidad.

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