LA PRODUCCIÓN DE CRUDO EN CAÍDA LIBRE
Por Jorge Manco Zaconetti *
En el Fórum Regímenes Jurídicos para el Otorgamiento
de Derechos Sobre Recursos Naturales, evento organizado por la “Comisión
Consultiva de Derecho Minero, Energía, Electricidad e Hidrocarburos” órgano del
Colegio de Abogados de Lima, el 18 de julio del presente comentando la
exposición de la Dra. Rosa Ortiz, actual Presidenta del Directorio de PerúPetro
nombrada ante la nada ecuánime salida del Ing. Aurelio Ochoa y el súbito retiro
de la Dra. Isabel Tafur, lo que estaría mostrando la precariedad y la falta de
norte del gobierno en cuanto a la política energética. ¡Nunca se ha tenido en
PerúPetro tres presidentes en una semana!
Allí tuve la oportunidad de comentar acerca de la
dramática realidad del sector petrolero que tiene varios indicadores
económicos, constituyendo los más importantes la pertinaz caída de la
producción de crudo, estimada en barriles diarios, el creciente déficit de la
balanza comercial de petróleo y derivados y por tanto las crecientes
importaciones de petróleo, y la débil actividad exploratoria estimada por el
número de pozos perforados.
En la actualidad la producción de petróleo crudo es
menor a los 70 mil barriles diarios, con tendencia a la disminución en la
medida de la caída de la producción sobre todo del lote 1-AB que producía en el
2006 más 27,900 barriles diarios y al mes de mayo no sobrepasa los 15,500
barriles por día, como a la menor producción diaria de los lotes de hidrocarburos
cuyos contratos están por vencer en el período 2013 al 2016, tales como los
lotes II, III, IV, VI/VII y 1-AB Ver cuadro sobre la caída en la producción.
Evidentemente de seguir disminuyendo la producción
diaria de petróleo será responsabilidad del presente gobierno explicar las
razones de esta menor producción, las medidas adoptadas o dejadas de hacer,
pues a una menor producción le corresponde una menor participación por concepto
de canon y sobrecanon petrolero, que ahora ya no es el 12.5 por ciento del
valor de la producción sino el 18.75% que se está transfiriendo a los gobiernos
regionales, y locales de Piura, Tumbes, Loreto, Ucayali y la provincia Inca de
Huánuco.
La situación es igual de grave en Talara, en los
llamados lotes marginales del noroeste donde por ejemplo en el lote II se
obtenían 645 barriles diarios y a mayo del presente la producción es de 459
barriles, o el lote III donde la producción era de 4,022 barriles diarios ha
disminuido a menos de 2,297 barriles por día a mayo del presente. Esta menor
producción no solamente afecta al canon petrolero que de lejos se financia con
las altas regalías contractuales del 52% en el Lote II y 49% en el lote III, sino también a las inversiones.
Esta menor producción afecta el empleo pues muchas
empresas contratistas y de servicios están despidiendo trabajadores, a pesar de
los altos precios del petróleo, sobre todo en las empresas cuyos contratos
están próximos a su vencimiento, la falta de inversiones y la incertidumbre disminuye
la demanda de equipo y fuerza de trabajo.
Sin embargo, esta realidad desde el punto de vista
estadístico se atempera por el manejo interesado de cifras que hace PerúPetro
al consignar la producción de hidrocarburos líquidos sumando la producción de
petróleo crudo con los líquidos de gas natural (LGN) sobre todo provenientes de
la explotación de los lotes 88 y 56, es decir de Camisea.
Por ello, si solamente se registrara la producción
diaria de petróleo crudo sería evidente el fracaso de uno de los objetivos
ideológicos que justificaron la privatización fragmentada de PetroPerú en la
década de los noventa del siglo pasado. El país no debiera olvidar a todos
aquellos, como los miembros de la COPRI, Yoshiyama, Boloña, Merino Tafur,
Quijandría, Gutiérrez, que recomendaban la privatización de la petrolera para
ser más eficientes y aumentar la producción.
Así, la producción de hidrocarburos líquidos (petróleo
crudo más líquidos) está sobre los 152 mil barriles diarios, pues a la
producción de crudo de 70 mil barriles
diarios se suman los 82 mil barriles de líquidos extraídos en Camisea, y de las
plantas de fraccionamiento de Aguaytía, Pariñas y Malacas. ¡Es como si se
sumara conjuntamente la producción de papas y camotes!
Estas prácticas estadísticas oscurecen la caída
pertinaz de la producción de petróleo crudo desde 1994 a la fecha, pues de una
producción de 127 mil barriles diarios se ha transitado a niveles menores a los
70 mil barriles por día. Antes la responsabilidad productiva con todos sus
defectos era de PetroPerú, ahora en lo
fundamental es privada, pues la petrolera estatal no extrae ni un solo barril y
tiene que abonar precios internacionales por el crudo que refina y satisfacer
el 47% del mercado de combustibles.
Por tanto, uno de los argumentos ideológicos que justificaron
la irracional privatización de PetroPerú en la década de los noventa no se ha
cumplido en la realidad. Por ello, se debiera cumplir con la promesa electoral
acerca del fortalecimiento de PetroPerú con la integración vertical, es decir,
con el retorno a la explotación de crudo y la modernización de la Refinería de
Talara que permitirá una mayor producción interna de un diesel 2 limpio con 50
partes por millón de azufre, el tratamiento de los crudos pesados, con una
planta de ácido sulfúrico, coque y otros.
En nuestro país esta menor producción interna de
petróleo crudo se tiene que saldar con mayores importaciones de crudo y
derivados (diesel 2), profundizando el déficit de la balanza comercial de
hidrocarburos, es decir el valor de las importaciones de petróleo y derivados
es mayor a las exportaciones, y ello significa millonarios montos que se van
hacia el exterior.
Solamente como información entre el 2006 y el 2011 el
saldo negativo de la balanza comercial de hidrocarburos (exportaciones menos importaciones)
que involucran al petróleo, líquidos de gas natural, gas licuefectado y
derivados como el diesel ha sido superior US$ 7,937 millones de dólares, cifras
que casi triplican a los 2,500 millones de dólares que significaría la
modernización integral de la refinería de Talara.
Esto
significa que el capital-dinero generado en la
economía doméstica, en manos de consumidores y empresas, ha tenido que
ser financiado a través de las importaciones de petróleo y derivados que
en el
período mencionado se acercan a los 8,000 millones de dólares y que
podrían
incrementarse con el presente gobierno, de allí la importancia de
fomentar la
producción de interna de crudo y la modernización de PetroPerú.
En este contexto en el
último discurso con respeto a la estabilidad jurídica y el interés nacional,
las declaraciones del Presidente Ollanta Humala apuntan al fortalecimiento de
las empresas estatales como PetroPerú y otras. En el caso de la petrolera
estatal, debe entenderse la apuesta por
la integración vertical, es decir su participación en la explotación de los
lotes petroleros cuyos contratos están próximos a su vencimiento entre el 2013
y el 2016.
Se debe tener presente que
la forma eficiente de operar en el sector de hidrocarburos es la integración
vertical, es decir la participación en las fases de la exploración,
explotación, refinación, transporte, distribución mayorista y minorista a
través de las estaciones de servicios (grifos). Con producción propia, buques
propios, terminales, envasadora de gas licuado de petróleo (GLP) y estaciones
de servicios de expendio de combustibles, la petrolera estatal incrementaría
sus ingresos y utilidades, que resultan necesarias para financiar su
modernización.
Por ello, el retorno de
PetroPerú a la explotación en los contratos de hidrocarburos próximos a su
vencimiento además de aumentar la participación en la renta petrolera,
categoría reconocida como el excedente ricardiano, y que se explica por la
diferencia entre el precio internacional del crudo y los costos internos de
producción, asegura el abastecimiento de crudo para sus refinerías.
Si bien constituye un buen
deseo del Presidente de la República la participación de PetroPerú en los
nuevos lotes que licite PerúPetro, por el elevado riesgo que ello tiene no
resulta recomendable la inversión de los escasos recursos de la petrolera
estatal en las actividades de exploración. En cambio, su retorno a la
explotación con reservas probadas y probables de petróleo, que se estiman por
encima de los 300 millones de barriles de crudo, incrementan sus activos, su
patrimonio, y le permite mayores espaldas financieras y sujeto de crédito
internacional.
* Investigador UNMSM
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