Presión tributaria y sector privado
Por German Alarco Tosani
La presión tributaria peruana, en una perspectiva internacional comparada, es más reducida que la de nuestros países vecinos. También es menor que la observada en las economías de similar ingreso percápita y por debajo de los estándares de las economías desarrolladas.
El valor de este indicador, medido tanto a partir de los ingresos del gobierno central como de todo el gobierno general respecto al PBI refleja dos realidades importantes. El tamaño del estado peruano es pequeño. En segundo lugar, la capacidad de gasto corriente y en especial de inversión también es limitada, incentivando las asociaciones públicas y privadas (APP) que tienen algunos problemas.
La presión tributaria del Perú a nivel del gobierno central en 2010 fue 14.5% del PBI, con información del Banco mundial. En Bolivia fue 17%, en Brasil 15.6%, en Chile 17.8% y en Colombia 11.5% por la mayor importancia de su descentralización fiscal. Sin embargo, cuando se habla del gobierno general en Perú fue 18.2%, mientras que en Bolivia 23.3%, Brasil 23.1%, Chile 22% y Colombia 18.2%, aunque en 2007 fue 24.1% del producto. A nivel internacional el promedio simple de la presión tributaria de los países miembros de la OCDE fue 33.8% en 2009, con niveles máximos en Dinamarca y Suecia del 48.1% y 46.7% respectivamente, sin problemas como otros países. Alemania en 2010 tuvo una presión tributaria del 36.3%. Nueva Zelanda y Noruega, ejemplos para el Perú, tienen una presión tributaria del 31.5% y 42.9% del PBI respectivamente.
La intensificación de la inversión a través de las APP en el Perú permite superar los límites que impone una presión tributaria tan reducida. La contribución del sector privado a las necesidades de infraestructura y la prestación de servicios básicos es positiva. Sin embargo, hay múltiples problemas asociados a que los proyectos se diseñan precipitadamente, los montos de las obras cambian continuamente, los contratos se modifican muchas veces anulando la validez de los concursos, hay pocos contratistas e incentivos perversos para sobrevaluaciones. Desde el origen hay problemas ya que no se evalúa adecuadamente si conviene o no que la obra la realice el sector público o el privado. El comparador del MEF no opera. Tampoco se registran las deudas efectivas y contingentes del Estado al sector privado.
La presión tributaria tiene que elevarse de acuerdo a estándares internacionales. El promedio de la presión tributaria de países con un PBI percápita entre US$ 8,000 y 10,000 en paridad de poder adquisitivo es alrededor del 23.5% del producto. El sistema actual de APP debe ser revisado y ajustado, como en Colombia. El MEF debe registrar adecuadamente la deuda pública con privados. No hacerlo implica riesgos para el país.
La presión tributaria peruana, en una perspectiva internacional comparada, es más reducida que la de nuestros países vecinos. También es menor que la observada en las economías de similar ingreso percápita y por debajo de los estándares de las economías desarrolladas.
El valor de este indicador, medido tanto a partir de los ingresos del gobierno central como de todo el gobierno general respecto al PBI refleja dos realidades importantes. El tamaño del estado peruano es pequeño. En segundo lugar, la capacidad de gasto corriente y en especial de inversión también es limitada, incentivando las asociaciones públicas y privadas (APP) que tienen algunos problemas.
La presión tributaria del Perú a nivel del gobierno central en 2010 fue 14.5% del PBI, con información del Banco mundial. En Bolivia fue 17%, en Brasil 15.6%, en Chile 17.8% y en Colombia 11.5% por la mayor importancia de su descentralización fiscal. Sin embargo, cuando se habla del gobierno general en Perú fue 18.2%, mientras que en Bolivia 23.3%, Brasil 23.1%, Chile 22% y Colombia 18.2%, aunque en 2007 fue 24.1% del producto. A nivel internacional el promedio simple de la presión tributaria de los países miembros de la OCDE fue 33.8% en 2009, con niveles máximos en Dinamarca y Suecia del 48.1% y 46.7% respectivamente, sin problemas como otros países. Alemania en 2010 tuvo una presión tributaria del 36.3%. Nueva Zelanda y Noruega, ejemplos para el Perú, tienen una presión tributaria del 31.5% y 42.9% del PBI respectivamente.
La intensificación de la inversión a través de las APP en el Perú permite superar los límites que impone una presión tributaria tan reducida. La contribución del sector privado a las necesidades de infraestructura y la prestación de servicios básicos es positiva. Sin embargo, hay múltiples problemas asociados a que los proyectos se diseñan precipitadamente, los montos de las obras cambian continuamente, los contratos se modifican muchas veces anulando la validez de los concursos, hay pocos contratistas e incentivos perversos para sobrevaluaciones. Desde el origen hay problemas ya que no se evalúa adecuadamente si conviene o no que la obra la realice el sector público o el privado. El comparador del MEF no opera. Tampoco se registran las deudas efectivas y contingentes del Estado al sector privado.
La presión tributaria tiene que elevarse de acuerdo a estándares internacionales. El promedio de la presión tributaria de países con un PBI percápita entre US$ 8,000 y 10,000 en paridad de poder adquisitivo es alrededor del 23.5% del producto. El sistema actual de APP debe ser revisado y ajustado, como en Colombia. El MEF debe registrar adecuadamente la deuda pública con privados. No hacerlo implica riesgos para el país.
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