El Gas de Camisea. Nuevas políticas, nuevos debates

 Por Carlos Monge.


El gas del Lote 88 -que estaba inmovilizado como garantía a los compromisos de exportación a México-ahora se puede usar para ofrecer energía más barata y más limpia a las empresas, los hogares y el transporte en el Perú, particularmente en el Sur.Los efectos no serán inmediatos, todavía hay que crear la infraestructura necesaria para movilizar ese gas, pero el anuncio es sin duda prometedor.
 Pero no hay en realidad una nueva estrategia energética que establezca que todo el gas sea para el mercado interno, pues las empresas pueden seguir exportando gas si así les conviene, resolviendo de otra manera el asunto de las garantías de sus fuentes de financiamiento.

Ahora bien, liberar el Lote 88 para el mercado interno y mantener al mismo tiempo abierta la opción exportadora, genera una presión adicional para aumentar las reservas de gas, lo que lleva a nuevas actividades de exploración en las selvas de Cusco y Madre de Dios, zonas de alta sensibilidad ambiental y residencia de poblaciones indígenas que rechazan estas actividades.

La reciente decisión de la norteamericana Conduit de vender su parte del proyecto Kuntur (gaseoducto andino del sur) a Odebrecht, deja a esta última como dueña del 100%.Una vez más, Odebrecht resulta siendo la gran beneficiaria de una decisión del estado peruano.

Finalmente, hay también un debate sobre los nuevos proyectos petroquímicos en el sur del Perú y su relación con el medio ambiente y el desarrollo. Están en marcha al menos 3 de estos proyecto: Nitratos del Perú, deGrupo Brescia de Perú y SigdoKoppers del Chile, en Pisco; ORICA Nitratos el Perú, de la australiana ORICA, en Ilo; y Braskem/PetroPerú, con viabilidad y ubicación aun por determinar.

El proyecto más avanzado es el de Nitratos del Perú, que ya tiene aprobado su Estudio de Impacto Ambiental (EIA). Pero la planta estaría ubicada muy cerca de la Bahía de Paracas y que su EIA ha sido aprobado por el mismo MINEM que aprobó los cuestionados EIA de Tía María en Islay y Conga en Celendín. El proyecto ORICA de la australiana del mismo nombre esta pendiente de resolver el acceso a un terreno propiedad del Estado en Ilo y está discutiendo su EIA en audiencias con la población local. Por su parte, Braskem y PetroPerú han suscrito un memorándum de entendimiento para estudiar la factibilidad técnica y financiera del proyecto, el que comenzaría operaciones recién en el 2018.

Quedan pues claras varias cosas. Se han liberado las reservas del Lote 88 para ser destinadas al mercado interno, particularmente en el sur. La disponibilidad de este gas y la demanda de los proyectos petroquímicos en marcha o en diseño hacen viable el proyecto Kuntur, hoy un negocio monopólico de Odebrecht.

Pero, ¿Queda igualmente claro que petroquímica es igual a desarrollo? ¿Queda igualmente claro que conviene atar el destino del sur a estos grandes proyectos? Tema para el debate.

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