¿Más de lo mismo?

 Por Germán Alarco Tosoni


Un célebre ex Ministro de Economía y Finanzas del gobierno anterior acaba de presentar su estrategia económica al 2021 denominada “Rumbo a la Prosperidad”. En esta propone que continuemos haciendo lo mismo. El camino al desarrollo económico pasa por profundizar nuestras exportaciones ligadas a recursos naturales. En LA PRIMERA fase se trataría de incrementar las exportaciones de materias primas: minería, productos agrícolas y recursos forestales (¿?). En la segunda fase se desarrollan de manera intensiva industrias de soporte para la explotación de materias primas.
 El salto de LA PRIMERA a la segunda fase se realiza, según el ex funcionario, de manera natural, en la medida que las mayores exportaciones primarias generan una demanda de equipos, insumos y servicios especializados en áreas geográficas determinadas. La mayor masa crítica y escala de producción de los recursos naturales (RN) es la que motiva estas actividades, acompañadas de la cercanía a sus mercados principales. Asimismo, se propone “profundizar las reformas estructurales”, fomentar la inversión en recursos naturales y eliminar fallas de coordinación que afectan el desarrollo de aglomeraciones de empresas productivas. Al igual de lo que se señaló, años atrás, en el Marco Macroeconómico Multianual propone que nos parezcamos a Noruega o Australia.

Esta propuesta elude en la práctica toda la discusión relativa a la elevada vulnerabilidad de nuestra economía a propósito de la fluctuación de los términos de intercambio. Los precios de las materias primas son más fluctuantes que los correspondientes a los bienes manufacturados. No nos explica como la intensificación en la explotación de RN nos conduciría a una etapa de producción de bienes de capital e insumos, olvidándose que esta actividad es muy intensiva en capital, poco articulada con el resto de actividades económicas y como efecto de la apreciación de la moneda nacional -como resultado de la mayor entrada de divisas- promovería la utilización de equipo importado en lugar del producido localmente.

Una economía basada en el actual patrón productivo reproduciría las condiciones actuales de marginación y desigualdad en la distribución funcional del ingreso, que se reforzarían por los reducidos encadenamientos productivos. El resultado final sería el de una menor demanda y nivel de actividad económica. Para este ex Ministro la presencia estatal no es relevante ni jugaría papel alguno, algo muy lejos de lo que ocurre con Noruega. Esta propuesta obvia toda la discusión de su sostenibilidad en el largo plazo. Finalmente, un modelo de desarrollo no puede trasplantarse de un país a otro, ya que para ser exitoso requiere responder a sus condiciones particulares.

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