LA MODERNIZACIÓN DE LA REFINERÍA DE TALARA
Por Jorge Manco Zaconetti *
No debiera
estar en discusión la urgencia de la modernización de la más importante
refinería que tiene PetroPerú en la ciudad de Talara-Piura, a casi 1,200 kilómetros
de la ciudad capital, y que a pesar de la distancia todavía compite con
la transnacional española Repsol que administra la otra refinería
significativa como La Pampilla en el distrito de Ventanilla a las
afueras de Lima, en lo que he denominado un duopolio curioso
público/privado, donde ambas unidades controlan más del 87% de la
producción interna de combustibles.
El
problema es cualitativo más que cuantitativo, cifras más, montos menos a
nivel internacional se tienen parámetros conocidos sobre lo que
costaría en el tiempo una refinería nueva. En tal sentido, la necesidad
de modernizar la Refinería de Talara debiera ser un imperativo
categórico que debe procesarse con la debida transparencia, cuestión que
está en la agenda de la nueva administración de la petrolera estatal.
En
el discurso refinero se afirma que la inversión en una nueva refinería
bordea los 25 mil dólares por barril, así una refinería moderna con una
capacidad de procesamiento de 100 mil barriles diarios saldría
costando unos 2,500 millones de dólares. Esto constituye un referente
pues las experiencias de México y Brasil señalan costos mayores.
En
el caso de la refinería de Talara que está lejos de ser una “refinería
amarrada con pita” como sostenía el discurso privatizador de los años
noventa, es una unidad rentable y eficiente que acaba de ser reconocida
con el Premio Nacional a la Calidad como empresa Líder, esto demuestra
lo que pueden hacer los peruanos cuando existe vocación nacional de
desarrollo, y trabajadores identificados con su empresa.
Debo
presumir que el Comité de Gestión a la Calidad conformado por 20
instituciones del gobierno, educativas y gremios empresariales han sido
objetivos, exigentes e imparciales en el reconocimiento a la Refinería
de Talara como modelo de excelencia, lo cual dista mucho del discurso
privatizador que “a priori” califica de ineficiente la gestión estatal.
Por tanto, este es un mérito sobre todo de la administración anterior
que fue duramente cuestionada por el llamado “escándalo de los
petroaudios”
El
problema central es de fondo, y se relaciona con la evolución de la
crisis financiera mundial, donde dos empresas responsables una de la
construcción como Técnicas Reunidas de España y la Societé Generale de
Francia encargado de buscar el financiamiento y establecer los
mecanismos del mismo, están experimentando fuertes problemas económicos,
a tal punto que la Societé Generale, el segundo banco francés más
importante de dicho país está al borde la quiebra.
Evidentemente
al margen de los montos requeridos de más de 1,700 millones de
dólares, los costos de la modernización de la Refinería de Talara
tenderán a subir en la medida que la crisis financiera afecte el costo
del capital, se incremente el riesgo, sea mayor la incertidumbre y los
pedidos de construcción en el tiempo se hagan más exigentes.
Esta
realidad se dificulta con la propia situación económica financiera de
PetroPerú que con utilidades netas menores a los 400 millones de nuevos
soles no tendría las espaldas financieras para costear los
más de 1,700 millones de dólares, al menos que exista la decisión
política de modernizar la Refinería de Talara.
TALARA MÁS EFICIENTE
Las
ventajas de la modernización de la refinería están asociadas a la
ampliación de su capacidad de tratamiento de 65 mil barriles diarios a
95 mil barriles, a la existencia de una planta de desulfurización la
unidad más costosa que permitirá la producción de combustibles limpios
con 50 partes por millón de azufre; es decir, combustibles de acuerdo a
las normas ambientales que deberán acatarse a nivel del país en el 2015.
Y por último, una unidad de tratamiento de crudos pesados, que hará
posible el refinado de los crudos densos provenientes de la selva nor
oriental, que dicho sea de paso son los más abundantes.
Con
una refinería modernizada en Talara, la capacidad de producción de
diesel el combustible más utilizado después del gas natural, pasaría de
los casi 22 mil barriles diarios a producir 40 mil barriles diarios; es
decir, se incrementaría en un 82.69%. Las gasolinas de diverso octanaje
que en promedio se han producido en unos 9,400 barriles diarios pasarían
a 20 mil barriles diarios.
El
gas licuado de petróleo (GLP) que se expende básicamente en balones, la
capacidad de producción evolucionaría de los 4,800 barriles diarios a
7,400 mil barriles; es decir, se incrementaría la capacidad en un 54%.
En el mismo sentido, se aumentaría la capacidad de producción del
combustible de aviación más conocido como turbo A1, de los 4,100
barriles diarios a los 10,500 barriles. Y se reduciría drásticamente la
producción de naftas que es lo más abundante como parte del efecto
Camisea.
En
verdad, el incremento de la capacidad de producción en los diversos
combustibles haría más eficiente y competitiva la presencia de PetroPerú
en el mercado de combustibles, siempre y cuando los precios de los
mismos no se manejen con criterios políticos para no afectar la imagen
del gobernante de turno. Después de todo un promedio de 40% del precio
final en los combustibles está constituido por impuestos indirectos
(rodaje, selectivo al consumo e IGV) que encarecen los derivados del
petróleo.
Por
ello, si el Fondo de Estabilización de los Combustibles que constituye
un perverso subsidio que en última instancia hemos financiado todos los
peruanos con nuestros impuestos se hubiese invertido en financiar la
modernización de la Refinería de Talara, durante el período 2006-2010,
esta sería una realidad, pues el subsidio prácticamente superaría los
1,500 millones de dólares.
Si
existe la voluntad política del nuevo gobierno a pesar de los avatares
del mercado financiero mundial, de modernizar y potenciar PetroPerú se
asegurará el crecimiento económico con las nuevas inversiones en el
marco de las asociaciones públicas- privadas. Capitalizar la petrolera
estatal con transparencia y eficiencia es un imperativo nacional que
será más fuerte aún con una inteligente integración vertical con
participación del capital privado, que debiera asumir los riesgos en la
producción y exploración.Investigador UNMSM *
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