El imperio contraataca



 Por Roberto López

El Trans Pacific Partnership (TPP), actualmente en proceso, incluye un capítulo de
propiedad intelectual a través del cual Estados Unidos, principal impulsor del acuerdo y
representando los intereses de las compañías farmacéuticas multinacionales quiere
cerrar el ciclo empezado en 1994 con la aprobación del Acuerdo sobre los Aspectos
de la Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) y que continuó con
el TLC firmado entre Perú y EE.UU. el 2007. Las grandes compañías farmacéuticas
están buscando que se aprueben nuevos mecanismos de protección de sus intereses.
Algunos ejemplos: a) patentes de nuevas formas y/o nuevos usos de productos que ya
tienen patente con lo cual se estaría abriendo la posibilidad de monopolios por tiempo
indefinido; medicamentos viejos para los cuales se descubren – ya no hay invención -
nuevos usos pueden ser beneficiados con otros 20 años de patentes; nuevos cristales
de una molécula ya conocida también podrían tener el mismo beneficio así como
nuevos métodos para usar un medicamento ya conocido b) vínculo entre el Registro
Sanitario y la solicitud de patentes, asumiendo que esta última es válida y
desapareciendo entonces cualquier competencia y que va reforzada con otra
pretensión: limitar hasta hacer desaparecer las oposiciones a patentes hasta que éstas
se hayan otorgado; c) “medidas de frontera” que llevan a la confiscación de productos
en tránsito con la presunción que son falsificados, como ha sucedido con
medicamentos genéricos que fueron confiscados en puertos europeos, privando a
países en desarrollo de sus beneficios y de su conveniencia económica.
Todos estos mecanismos – algunos con ligeras variantes - ya han sido planteados
anteriormente por Estados Unidos al inicio de la negociación del TLC que se llegó a
firmar en 2007. Pero fueron rechazados en el texto final y en la enmienda promovida
por representantes demócratas. Este contra ataque que está dirigido a crear nuevos y
fortalecer antiguos monopolios tiene como resultado limitar o eliminar la competencia
en el mercado farmacéutico imponiendo precios de monopolio que no están al alcance
de los bolsillos de la gente y que son una carga muy pesada para los sistemas de salud.
Constituye una amenaza al derecho que todas las personas tienen a la salud, la vida y el
bienestar y el Perú, participante en estas negociaciones, debe rechazarlas tal como ya
lo ha hecho anteriormente. Las políticas de acceso que el Perú debe implementar para
que los medicamentos lleguen a la población que los necesita, es incompatible con los
mecanismos de propiedad intelectual que las grandes transnacionales de los
medicamentos están proponiendo en este nuevo acuerdo comercial.

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