La Danza de Shiva III

Por Bruno Seminario
 
La Nueva Fase de la Revolución de la Información



En   su estudio sobre las Crisis y los Ciclos Económicos publicado en 1939, Joseph Schumpeter,   una de las teorías más conocidas y fascinantes de los ciclos económicos.  Según la misma,  hay en una sociedad industrial ciclos de diferente longitud   y dominados por distintos fuerzas : el ciclo deKitchin de corta duración expresaba la dinámica de los planes de  producción y de los inventarios,  el de Juglar  que duraba entre ocho y onece años los programas de inversión en  infraestructura o capital fijo y el de Kondratieff que duraba  casi medio siglo el  impacto de las innovaciones tecnológicas.
No debemos confundir una innovación con un mero cambio en la productividad ni creer que la misma tiene un carácter estrictamente material.  Hay innovaciones de distinta clase:  institucionales ( nuevas formas de gestión empresarial  y regulación estatal), políticas ( la aparición en la escena mundial de un país de dimensión continental como  Estados Unidos al finalizar el siglo XIX o China  al finalizar el XX, y, técnicas ( la máquina de vapor, los ferrocarriles, los materiales sintéticos, los bienes de consumo durable y las computadoras).

Según Schumpeter, cuando   se introduce una innovación en la economía sigue un período de rápido crecimiento  porque la misma expande las  dimensiones de la división del trabajo tanto en un  sentido horizontal como vertical.   Cuando ésta hace aparecer nuevas industrias y productos, hay una expansión horizontal, que  altera la demanda de los consumidores, la estructura de la industrias   , los métodos de organización del trabajo y las exigencias de las instituciones educativas. La conmoción que produce depende de su transcendencia  pero  todas provocan un aumento transitorio en la rentabilidad de  las inversiones y la ejecución de un programa de inversiones  de larga duración.

Es importante mencionar que el estudio de los ciclos de Kondratieff  es una  empresa   que es por varias razones bastante atrevida.  En efecto, su comprobación estadística requeriría de la observación de un número significativo de “revoluciones tecnológicas”  y ello, dada la breve existencia de las sociedades industriales, es algo imposible. También, las técnicas estadísticas usuales no están bien adaptas para estudiar  sucesos  discontinuos y poco frecuentes y procesos estocásticos no lineales y no estacionarios.    Sin embargo, en un extraordinario ensayo[1], A Spectral Analysis of World GDP Dynamics: Kondratieff Waves, Kuznets Swings, Juglar and Kitchin Cycles in Global Economic Development, and the 2008–2009 Economic Crisis,Andrey Korotayev y Tsirel Sergey,  investigadores de Academia de Ciencias  de Moscú y de la Universidad Técnica Plekhanov de San Pestesburgo,  afirmanhaber detectado la presencia del ciclo de larga duración en un serie que resume la dinámica del PIB Mundial para el período comprendido entre 1870 y el 2007. 

En este mismo trabajo, los autores  enumeran  las revoluciones tecnológicas que habrían ocurrido en la era del capitalismo industrial: (1)la primera revolución industrial ( 1790-1851); (2) la era  del vapor y el ferrocarril (1851-1896) ; (3) la era del acero y la electricidad (1896-1950); (4)  La edad de oro del capitalismo (1950-1991) ; (5) la era de la información ( 1991- 2030?). 

Aunque existen modelos alternativos de periodización   que postulan una reducción en la longitud del ciclo de larga debido a la aceleración del progreso  de la ciencia y la tecnología,  todas señalan  tecnologías y desarrollos esencialmente similares. Cada revolución tecnológico pueden subdividirse en fases de menor longitud . Así, en el modelo más simple  se  distinguen dos etapas, la prosperidad y la crisis, pero esquemas más complicados  postulan una división alternativa en fases de 17 años de duración , denominadas ciclos de Kuznets.

Sea cual fuera la interpretación,  la discusión  nos puede permitir tres etapas en la revolución de la información.

La primera etapa correspondió a la popularización de las computadoras y su uso en forma aislada. Como consecuencia de esto, apareció una multiplicidad de industrias y nuevos productos en mercados relativamente poco concentrados, donde había muchos ofertantes, tanto en hardware como en software.

La segunda fase fue dominada por la aparición de internet y por las redes de computadora, primero locales y luego globales. La tecnología de conexión que usaban estas computadoras, sin embargo, era de banda angosta. El contenido que circulaba en el Internet consistía básicamente de textos, programas o productos virtuales  apropiados para esta situación.  En esta se produce  cierta concentración tanto por el lado del hardware como el de software. Las grandes empresas que dominaron el mercado en esta etapa fueron Microsoft que controlaba el sistema operativo más popular , Windows, y  el programa de mayor uso,  Microsoft

Al parecer, en los próximos años, se iniciaría una nueva etapa marcada por la desaparición de las computadoras especializadas en actividades generales, las cuales serán sustituidas por dispositivos de naturaleza más especializada: teléfonos inteligentes, televisores inteligentes, consolas de videojuegos.
 La principal diferencia de esta fase respecto a las anteriores es el internet de banda ancha. A diferencia de lo que ocurrió en las dos anteriores, los productos que dominan esta fase de la revolución tecnológica, más que nuevos, son sustitutos de productos antiguos. Por lo cual es posible que este dinamismo tecnológico haga desaparecer ramas enteras del sector servicio. Así como está ocurriendo con negocios como las librerías, que han sido desplazados en países desarrollados por servicios como Amazon, nuevos servicios han empezado a sustituir medios como la radio y la televisión. El más claro ejemplo es la iTunes Store de Apple, que ofrece audio, video y aplicaciones para dispositivos de la compañía. Existen también otros servicios como Hulu, que ofrece televisión digital por suscripción, y Netflix, que permite descargar y ver películas instantáneamente.

En esta nueva fase, las computadoras dejarán de ser autosuficientes y su funcionamiento dependerá crecientemente del acceso que tenga el usuario al internet. El software instalado en las computadoras será sustituido en su mayor parte por aplicaciones en línea y los contenidos pasarán de los discos duros a estar almacenados en distintos servidores a los que se podrá acceder por internet. Ello ya está provocando una revisión de los sistemas operativos antiguos a favor de sistemas nuevos distribuidos, tendencia que está tomando fuerza con el lanzamiento del sistema opreativo de Chrome OS, sistema operativo de Google, y la próxima versión del OSX de Apple, que busca integrar su sistema operativo de teléfonos y el de computadoras.

En la nueva industria, el esquema básico estará basado en la generación de una gran tienda virtual para distribuir contenidos informáticos, como música, televisión, películas y software y en la creación de una gigantesca red de ofertantes hacia estas empresas, que se encargarán de organizarlos y su contenido. Es obvio que los efectos de esta fase pueden determinar la desaparición de ramas que ahora funcionan de forma independiente. Por ejemplo, una compañía aislada de televisión por cable difícilmente va a poder competir con otra que proporcione contenidos digitales, pues su servicio se torna redundante, del mismo modo que  mucha gente ha empezado a optar por no comprar periódicos y prefiere informarse por internet. En general, en esta fase hay mucha sustitución de productos por parte de los consumidores.

¿Qué dinamismo adicional  inyectaría en la economía mundial esta tercera fase? En primer lugar, resulta obvia la necesidad de inversión sustancial en fibras de alta velocidad e inversión adicional para la sustitución del cableado de cobre por fibra óptica.  Inclusive, en muchos casos, la ubicuidad de los nuevos artefactos hará que se ceda ante la tecnología inalámbrica en perjuicio de la tecnología de cableado. Es necesaria, además, inversión adicional en software para sustituir los sistemas viejos por los antiguos y en la creación de los nuevos productos. La desaparición de otras industrias y la desinversión, sin embargo, impiden conocer con certeza cuál será el resultado neto. ¿Qué más depara el futuro? ¿A que otros vaivenes estará sometida la economía mundial? Resulta demasiado pronto para decirlo, a fin de cuentas, alguna vez se creyó que todos los cisnes son blancos.

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