Pobreza, presencia del Estado y Tributación

Por Armando Mendoza
 
 
En este periodo electoral, cuando abundan las promesas y las declaraciones de elevados objetivos; tales como reducir a cero la desnutrición infantil o erradicar la pobreza extrema; los ciudadanos haríamos bien en hacer dos preguntitas: eso, ¿quién lo hará?, y; más importante aún; ¿cómo se pagará?, porque, salvo mejor parecer, será el tan vilipendiado Estado el llamado a asumir las responsabilidades, dada la íntima relación que existe entre presencia estatal y desarrollo económico y social.

En ese sentido, el reporte de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Humano en el Perú para el 2009, indica que la presencia estatal es clave para el desarrollo local, pues si graficamos las 10 provincias (excluyendo aquellas que, como Lima o Arequipa, son capital regional) con los valores máximos y mínimos en el Índice de Desarrollo Humano (IDH), se encuentra que provincias con valores mínimos de IDH (puntos rojos) registran baja presencia estatal, en tanto que provincias con valores máximos del IDH (puntos azules) registran elevada presencia estatal. En cristiano, eso significa que en provincias pobres (como Datem del Marañon, Pachitea o Paucartambo) el Estado está menos presente que en provincias prosperas (como Ilo, Chincha o Santa).

¿Casualidad?. Las provincias más pobres son también aquellas donde menos presencia del Estado hay

Sin entrar a una discusión del tipo “que-fue-primero-el-huevo-o-la-gallina”, se puede decir que la acción estatal; a través de programas y proyectos de inversión; más allá de inconvenientes y deficiencias, contribuye sustancialmente al bienestar y al desarrollo de la población, garantizando derechos y creando oportunidades. Por ello, en un país como el Perú es fundamental el fortalecer al Estado, modernizándolo, reformándolo y fortaleciéndolo; lo que implica aumentar la tributación.

Lógicamente, muchos se erizan ante la idea de elevar la tributación, pero no se puede hacer tortilla sin romper huevos, pues pretender un país desarrollado sin un Estado fuerte y bien financiado, es buscar la cuadratura del círculo, o querer meterse al mar sin mojarse; ¿no funka, manyas?. ¿Ó podemos tener buena educación pública, salud de calidad, etc. que sean gratis?. Necesitamos una reforma tributaria que eleve la recaudación por encima del 19.5% del PBI, a menos que creamos que los patrulleros y ambulancias corren con agua bendita, que policías y enfermeras viven del aire, y que a los pacientes se les cura no con medicinas sino haciéndoles piojito.

Sin más ingresos tributarios, no tendremos un Estado que ejerza soberanía efectiva sobre todo nuestro territorio y atienda adecuadamente a la población. Así que cuando escuche hablar de desaparecer la desnutrición infantil o erradicar la pobreza, pregunte quien lo hará y como se pagará tanta belleza. Sí el candidato/candidata no sabe que contestar, se va por las ramas, o responde algo como “la plata está, es sólo cuestión de gastarla bien”; bueno, pues, ya sabe que ahí tiene a un demagogo/demagoga.

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