Fuerzas centrífugas
Por German Alarco T.
El modelo económico es un sistema que tiene componentes específicos, estructura, reglas de operación y produce resultados. En términos instrumentales se expresa a través de un flujo circular que genera bienes y servicios, ingresos, ahorros, inversión y una tasa de crecimiento determinada, donde los actores principales son las familias, empresas, gobierno y el resto del mundo. Como un movimiento circular, sus flujos podrían mantenerse, decrecer o crecer en el tiempo. También estaría sujeto a fuerzas centrípetas que lo refuerzan y a otras centrífugas que tenderían a alejarlo de su eje de rotación. Nuestro actual modelo económico tiene varias fuerzas centrífugas que lo desequilibran.
Las fuerzas desequilibrantes de nuestro modelo económico están tanto por el lado de los insumos y procesos que requiere para funcionar como de los resultados que produce. Como todo sistema económico emite desperdicios y emisiones al ambiente, pero a diferencia de otras variantes internacionales menos perniciosas, se genera poco empleo de calidad, bajos salarios reales para la mayor parte de la población, desigualdad creciente y agotamiento –sin reposición- de nuestras reservas de minerales e hidrocarburos. Otros problemas complementarios son la creciente desarticulación productiva, la elevada heterogeneidad estructural, la enfermedad holandesa y una alta vulnerabilidad externa.
Los ejemplos de estas fuerzas centrífugas son múltiples. El gran crecimiento de las exportaciones primarias, con un tipo de cambio libre, aprecia el sol y tendería a reducir las exportaciones no tradicionales que generan más empleo. Altas y crecientes tasas de interés activas y elevados márgenes de intermediación financiera impactan negativamente sobre el sector construcción de viviendas y reducen el crecimiento de los depósitos bancarios. Poco empleo de calidad, salarios reducidos y más desigualdad son una bomba de tiempo que afecta el tamaño del mercado, con efectos económicos, sociales y políticos negativos.
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