Eliminar la pobreza, con políticas económicas
Por Alberto Quintanilla Chacon
1.- El estado es la sociedad organizada, cuya existencia y actividades, deben estar al servicio de los ciudadanos, para que la calidad de vida, mejore, con el transcurrir del tiempo, se vayan resolviendo los problemas que toda sociedad, tiene inevitablemente, se viabilice la convivencia social y se respeten los derechos humanos, que son los derechos básicos y elementales que todo ser humano tiene.
El Perú es un país subdesarrollado, considerado integrante del tercer mundo, con altos niveles de pobreza y extrema pobreza, que bordean el 30% y 18, respectivamente, habiendo departamentos como el de Huancavelica que tiene un 82% de su población en situación de pobreza, o como el de Puno con un 67% de pobreza y un 30% de extrema pobreza.
Asimismo hay lugares de nuestro país, como Puno, que son altamente vulnerables a eventos, de la naturaleza como el exceso de lluvias, situaciones de sequía, inundaciones, derrumbes, aludes, terremotos, tsunamis, etc.
2.- El estado y sus gobernantes, tienen dos formas de enfrentar tanto la pobreza, como las situaciones de emergencia, la primera es con sociales, de asistencia y ayuda y la segunda es con políticas económicas.
Dentro de las políticas sociales, están los programas como el “Vaso de Leche”, “Juntos”, programas de empleo temporal, así como el acudir a las zonas que han sufrido contingencias, con carpas, ayudas inmediatas, asistencia médica, etc.
Las políticas económicas, apuntan a construir mecanismos de redistribución económica, basados en políticas como la creación de impuestos y contribuciones, el establecimiento zonas de tratamiento económico especiales, inversiones en infraestructura, exoneraciones tributarias, o la implementación de tasa impositivas especiales, como impuestos a las sobre ganancias.
3.- Las políticas sociales, solo pueden ser estrictamente temporales, es como repartir alimentos, y vituallas a quienes están es situaciones de emergencia, por el contrario las políticas económicas, apuntan a resolver las causas que originan los problemas.
Lo que requieren los pobres y desposeídos, no es que les den alimentos, o ayudas coyunturales, lo que necesitan es la oportunidad de trabajar, para que en forma digna puedan enfrentan sus problemas y conseguir como satisfacer sus necesidades.
En Brasil, el ex Presidente Lula da Silva, en su discurso al asumir la Presidencia de la República del Brasil, en su primer mandato, afirmó que “el problema de la pobreza ..., no es un problema de escaces de producción, sino de inequidad en la distribución de la riqueza”, por su parte el ex Presidente de Argentina, que descansa en paz, Néstor Kirchner, sostenía que “la pobreza debe ser enfrentada con políticas económicas y no con políticas sociales”, aquí en el Perú, se ha sostenido en reiteradas veces, que a los pobres “no hay que darles pescado, sino hay que enseñarles a pescar”.
4.- Es estado, con los impuestos que cobra a sus ciudadanos y empresas, esta, en la obligación, de retribuir a su sociedad, brindando servicios, que mejoren la calidad de vida de ellos y viabilicen la convivencia social.
El porcentaje del Producto Bruto Interno (PBI), que cobre el estado a su sociedad, por tributos, es lo que se llama la Presión Tributaria (PT), mientras más alta sea esta, el estado tendrá mayores recursos, para poder cumplir con sus obligaciones.
La Presión Tributaria, tiene un límite de razonabilidad, ya que no puede recaudar porcentajes que pongan en riesgo o desalienten las actividades del sector privado, los países escandinavos, tienen una PT, entre el 40 y el 50%, los Estados Unidos, Francia, alrededor del 40%, Brasil 34.3%, Argentina 31.6%
La Presión Tributaria en el Perú, es de tan solo 13.8% del PBI, tal como lo consignan Armando Mendoza y Roberto machado en su artículo publicado el domingo 27 de febrero del 2011, tomando como fuente de información a la CEPAL.
En el Perú, recaudación tributaria, medida en términos de Presión Tributaria (PT), estamos por debajo de Bolivia que tiene una PT de 22.6%, de Ecuador, Chile, Colombia y Venezuela que oscilan, entre 17.9% y el 14.1%, siendo el promedio de América Latina el 17.7%.
Hay dos clases de impuestos, los directos y los indirectos; los directos son aquellos que se pagan en función de las ganancias, utilidades o patrimonio que tengan las personas y las empresas, es una clase de impuestos que, son más justos, ya que pagan más quienes tienen más, y por consiguiente pagan menos quienes tienen menos, como es el caso del Impuesto a la Renta (IR). Por el contrario los impuestos indirectos, son llamados ciegos, porque se pagan en función de las actividades, como por ejemplo el Impuesto general a las Ventas (IGV).
El Impuesto a la Renta (IR), que es un impuesto directo, que cumple con el principio de buscar la equidad y tiene efectos redistributivos, llega tan solo al 30%, cuando en otros países llega hasta el 50%.
Por un acto de justicia y equidad social, necesitamos una reforma tributaria, que aumente los impuestos directos (IR) y reduzca los indirectos (IGV), que revise y modifique los contratos de estabilidad tributaria, donde la SUNAT en lugar de ensañarse con los pequeños contribuyentes, aplique la ley a los grandes evasores de impuestos.
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