¿A más crecimiento, más miedo y menos ciudadanos?


El crecimiento del sector agro-exportación ha generado no sólo más empresas sino también más empleo, sin embargo este crecimiento no se refleja en el aumento de sindicatos que permitan mejores mecanismos de negociación para la redistribución e inclusión en el sector. En un sector en el que más del 75% de los trabajadores son temporales, siendo mayoría mujeres, y con alta rotación de trabajadores, a pesar de existir un importante crecimiento, la sensación de vulnerabilidad se impone en muchos de los trabajadores.
Los 21.43 soles diarios constituyen un ingreso valiosísimo que no puede ponerse en riesgo. Muchos trabajadores no sólo temen organizarse por el riesgo de ser despedidos, sino que existe resistencia a que otros se organicen o los animen a hacerlo, debido a las consecuencias que podrían sufrir. No sólo eso, frente al caso de 89 trabajadores intoxicados en Ica muchos de los familiares de los afectados preferían evitar la denuncia por miedo a las represalias. Muchos de estos trabajadores también víctimas del terremoto, tres años después en la región del pleno empleo y del boom del crecimiento agro-exportador, no han podido reconstruir su casa.
Detrás de ese miedo varios derechos constitucionalmente garantizados se van dejando de lado. Para muchos no hay fuerza ni condiciones para lucharla, para otros pareciera que no hay fe. Un Estado ausente en su rol garante de los derechos de los más vulnerables, reglas de libre mercado que se dinamiza en una cultura empresarial que aprieta la rentabilidad sobre las espaldas de los trabajadores. Sindicatos inexistentes y con poca credibilidad. Con errores propios, pero principalmente debilitados por una larga campaña de desprestigio y eliminación de derechos laborales que ha debilitado seriamente esta importantísima institución para la defensa de los trabajadores.
En un contexto de crecimiento como el peruano, urge un nuevo pacto por la promoción sindical como mecanismo eficiente para la redistribución y la inclusión. La lógica del mercado viene apostando por la capacidad de aguante de trabajadores como estrategia de competitividad. Ante el debate parlamentario sobre la modificación del régimen de promoción agraria y de exportaciones no tradicionales, los grandes gremios empresariales amenazaban que si se modificaban se perderían casi 300,000 empleos. Nuevamente la estrategia del miedo.
El miedo juega hoy como el gran aliado del crecimiento excluyente. Lo usan los que ganan, y lo sufren no sólo los trabajadores, sino son presas también autoridades estatales que abdican de impulsar reformas necesarias para equilibrar el modelo de crecimiento, por evitar conflictos y mantener las prebendas del pensamiento único del crecimiento sin regulación inclusiva. Crecimiento y miedo van caminando juntos, y están transformando también la cultura política del país. Nos señalan un camino complicado, de exclusión y conflicto que debemos evitar.

AUTOR  :  Alejandra Alayza Moncloa
FUENTE : GRUPO EDITORIAL BAJO LA LUPA

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