Sin instrumental macroeconómico



Nuestras autoridades insisten en señalar que tenemos la capacidad para hacer frente a los embates de cualquier crisis económica y financiera externa. Es cierto que no nos fue tan mal en 2009 a pesar que la tasa de crecimiento del PBI decreció en casi nueve puntos porcentuales –si creemos en las cifras oficiales-. La realidad, en cambio, es que no tenemos mecanismo alguno en nuestro marco normativo, semiautomático o automático que nos permita hacer frente a tal tipo de fenómenos. La situación es delicada en tanto que la capacidad de respuesta ante los shocks depende exclusivamente de la buena voluntad de nuestras autoridades del BCRP y MEF.

La crisis financiera y económica internacional actual no fue tan severa como la de los años treinta, precisamente porque a partir de ésta se crearon una serie de reglas útiles para mitigar las posteriores. Los EE.UU. puso en operación la institucionalidad relativa a la política monetaria y fiscal anticíclica. En el campo monetario, la Reserva Federal se preocupa de evitar la inflación, pero al mismo tiempo procura mayores niveles de crecimiento y menor Desempleo. El gobierno busca también mayor PBI y empleo. Se crearon mecanismos automáticos para hacer frente a la reducción del nivel de actividad económica, tales como el sistema de seguro al Desempleo y el de precios de garantía y refugio para los principales productos agrícolas.

En el Perú y, en la mayor parte de los países de América latina, desde los años noventa se modificaron los estatutos y leyes orgánicas relativas a los bancos centrales y a los ministerios de hacienda o economía. Se trataba de hacer frente a los “populismos”. Para el BCRP se impuso el mandato exclusivo de la lucha contra la inflación. No hay política monetaria anticíclica. Al MEF le crearon reglas de equilibrio fiscal procíclicas y se establecieron criterios operativos relativos a sus medios, olvidándose de su fin último.

Cuando llegó la crisis internacional desde afuera, tanto el BCRP y MEF tuvieron que aplicar ingenio para saltar su marco normativo y aplicar políticas anticíclicas. Es imprescindible modificarlos de acuerdo a la experiencia estadounidense. El imperativo para estos cambios legales es mayor cuando la crisis actual puede mutar hacia una estanflación. Con mayor inflación, el BCRP no podrá aplicar política monetaria anticíclica. De igual forma, el MEF, con las reglas actuales de equilibrio fiscal y sin un claro mandato contra la crisis puede terminar cruzado de brazos. Una mejor institucionalidad es esencial para el crecimiento.

AUTOR : Germán Alarco Tosoni Investigador CENTRUM Católica
FUENTE: GLOBALIZACION CON EQUIDAD

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