Camisea y las promesas incumplidas



“Ha surgido el temor de que el gas no sea suficiente para el consumo nacional y para la exportación o que se utilice para exportarlo dejando sin energía al país. Déjenme ser claro, invocaremos el trato directo con las empresas, promoveremos que se pongan en valor comercial más reservas o más descubrimientos como estoy seguro puede hacerse ya, pero nuestro compromiso es que en ningún caso el uso nacional interno actual o posible para la electricidad, los vehículos, o la industria sea detenido o sacrificado en beneficio de las exportaciones. El gas es para el desarrollo del Perú y después para la exportación, si existe de manera suficiente”.

Eso dijo Alan García el 28 de julio pasado. Pero no cumplió su palabra, pues las empresas peruanas piden gas pero el consorcio Camisea no se los da pues el 47% de las reservas está comprometido para la exportación. A pesar de la multimillonaria campaña de prensa de Peru LNG y del gobierno, esta realidad no puede ser desmentida y el propio gobierno, en reciente comunicado, así lo demuestra.

Dice el Ministerio de Energía y Minas: “Gracias a los acuerdos alcanzados en el 2009, la exportación en los primeros cinco años se hará exclusivamente del Lote 56 y no del Lote 88, que tiene un precio determinado”. Aquí el gobierno admite que se va a exportar gas del Lote 88, pero no de inmediato, sino de aquí a cinco años, lo que se considera un “logro”. Pero no lo es porque el 47% de las reservas del Lote 88 se inmoviliza desde ahorita y no puede usarse para el consumo interno. Por eso los peruanos hacen cola y los mexicanos sí tienen gas.

También admite el MEM que el gas de Lote 88 tiene un “precio determinado”. Pero no dice que ese gas proviene de los “regalos de Dios” que nos hizo la Shell pues invirtió más de US$ 500 millones pero no pudo explotar el gas, por lo que revirtió gratis al Estado. Ese gas, que a ellos no les costó un centavo, se lo llevan a México. El calificativo no puede ser otro que despojo.

Sobre ese tema dijo García el 28 de julio: “Lo que sí deberán investigar el Ministerio Público y el Poder Judicial es por qué antes, sacrificando y entregando el mercado nacional de gas natural, se cambiaron las leyes con normas de menor jerarquía, lo que constituye un delito”.

Por tanto, la renegociación contractual del Lote 88 de enero del 2006 –que permitió la exportación del “regalo de Dios”- fue un acto delictivo, lo que se hizo durante el gobierno de Toledo, con el apoyo aprista en el Congreso.

La pregunta, entonces, es: ¿por qué no se actúa en consecuencia y se anula la renegociación ilegal del 2006 para volver a la del 2000? La respuesta: porque este gobierno considera que la inversión extranjera –así tenga un origen ilegal– viene primero que los derechos de los peruanos a, de un lado, su independencia energética y, de otro, a contar con un combustible con un precio 15 veces inferior al de petróleo.

El comunicado también dice que “la exportación ha movilizado la gran inversión (más de US$ 7,000 millones) que se requería para el desarrollo de la industria de gas natural en el Perú”. Mentira. Hemos demostrado varias veces (Cristal de Mira, 18/06/10 y 23/06/10) que el contrato por el Lote 56 se firma en setiembre del 2004 y que la inversión de Peru LNG comenzó a fines del 2006, cuando ya en agosto del 2004 había llegado a Lima el gas del Lote 88.

Tenemos, entonces, que se está exportando el gas a sabiendas de que se cambiaron, delictivamente, las normas que lo prohibían. No solo eso: se está exportando el gas aun cuando –a pesar de todos los cambios delictivos– sigue existiendo la obligación legal de “garantizar el abastecimiento al mercado nacional de gas natural” (Art. 4 de la Ley 28552).

Lo que García prometió el 28 de julio (se exportará “si existe de manera suficiente”) no se cumplió. Pero las leyes están hechas para cumplirse y eso es lo que se exige en todo el Perú.

AUTOR : Humberto Campodonico; Economista

FUENTE: CRISTAL DE MIRA

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