RECONSTRUCCION EN DEBATE
El jefe del gabinete, Fernando Zavala, será el encargado de sustentar el proyecto respectivo, el cual, según destacó el premier, tiene las medidas necesarias para que no se repitan los errores del pasado en la reconstrucción de zonas afectadas por desastres, como en Pisco, tras el terremoto el 2007.
Por su parte el Presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, anunció en un mensaje a la Nación en cadena nacional, que ha presentado un proyecto de Ley ante el Congreso para la "reconstrucción con cambio" de las zonas afectadas por los efectos del Fenómeno del Niño.
"El día de hoy he enviado al congreso un proyecto de ley para la 'reconstrucción con cambio'. Debemos reconstruir, pero debemos hacerlo mucho mejor que antes. No mas pistas que se caen, no mas desagües que se atoran, no mas construcciones precarias en quebradas peligrosas. Tenemos que cambiar".
Grupo Editor del Norte ha preparado un dossier sobre el tema y los puntos de vista de los destacados profesionales, todos estamos en la obligacion de contribuir con nuestra opinion y atentos a denunciar la corrupcion que podria generar la reconstruccion del Peru.
¿Se reajusta la
política macroeconómica?
Alan Fairlie
Si no se relajaba la meta fiscal,
debía hacerse un nuevo ajuste de gastos que tanto daño hizo el último trimestre
del año pasado, o aumentar impuestos.
El ministro Thorne, en declaraciones
públicas y seminario internacional organizado por la Cámara de Comercio, ha
hecho diferentes anuncios de política que reafirman algunas cosas, pero deja
abiertas otras.
Mantiene expectativas de tasas de
crecimiento para la economía alrededor del 3%, que desde diferentes análisis se
considera muy optimista. Bruno Seminario, por ejemplo, calcula que por los
desastres y corrupción, podríamos estar cercanos a cero. El ministro cree que
luego de un mes negativo adicional, habrá un rebote que se mantendrá gracias a
la inversión pública que se destinará a la reconstrucción.
Un cambio ha sido que se ha levantado
la rigidez inicial de la meta de déficit fiscal, ahora se plantea que puede
aumentar y que hay los recursos para invertir. Esto es positivo. También el
anunciar que en principio no habrá endeudamiento externo y no se subirán los
impuestos.
Si no se relajaba la meta fiscal,
debía hacerse un nuevo ajuste de gastos que tanto daño hizo el último trimestre
del año pasado, o aumentar impuestos. La recaudación ha caído y las metas no se
han cumplido. Solo se recuperará si hay un crecimiento similar al proyectado
por el ministro, pero como se ha señalado, parece poco probable de alcanzar.
En efecto, no solo hay una caída de la
inversión privada desde antes del escándalo de corrupción y el desastre que nos
afectaron. Ahora, las expectativas empresariales según las encuestas
disponibles, no han cambiado y no se espera aumento de la inversión privada.
Más aún si hay capacidad instalada ociosa en la industria. No habría incentivo
para invertir en un contexto de desaceleración de la economía y cifras
negativas en varios sectores, donde se ha tenido simultáneamente un shock de
oferta y demanda.
Solo queda la inversión pública, porque no
tenemos nuevos proyectos de inversión extranjera adicionales a los mineros que
se conocen. Se ha tenido que revisar también las metas y plazos de Pro Inversión,
en metas de concesiones, asociaciones público-privadas y obras por impuestos.
El problema es que con los escándalos que se conocen de corrupción, no hay suficiente
credibilidad.
El ministro ha señalado ahora, que
tenemos los recursos fiscales suficientes que sumados pueden llegar al 8% del
PBI. No se usarán todos, pero efectivamente hay recursos que se necesitan
invertir ahora, como en el caso de las reservas fiscales. Pero, no
necesariamente será inversión pública, se está mencionando la modalidad de
obras por impuestos. Aquí hay que tener mucho cuidado tomando todas las
previsiones en los casos que se implemente, dados los antecedentes de
corrupción que aún no se terminan de conocer, no solo en el gobierno nacional,
sino en los regionales y locales. Superado ese problema todavía queda el de la
gestión y hay imitaciones para hacerlo de forma descentralizada. El MEF está
convocando especialistas de proyectos, lo que no está mal, pero es
insuficiente. CEPLAN tendría que jugar un rol protagónico.
El tema de las modalidades de gasto
pasa a ser crucial. Por ejemplo, llevar ayuda a las zonas afectadas, no sería
tan eficiente como hacer transferencias directas a los damnificados, dicen los
expertos. Debería priorizarse la inversión pública directa y solo muy
complementariamente las otras modalidades. El tema del ordenamiento territorial
o construir planificadamente, tomando previsiones para nuevos fenómenos deber ser
considerados.
Se están juntado mecanismos de corto
plazo con largo plazo, que deben combinarse bien. Ojalá se consiga.
El BCR debe ayudar bajando las tasas
de interés. El aumento de la inflación probablemente se revierta dado que la
emergencia está pasando, y tampoco se prevén grandes fluctuaciones cambiarias,
aun con alzas de la tasa de interés internacional. Debería priorizarse la
reactivación, acompañando el esfuerzo de inversión pública. También facilitar
crédito especialmente a los productores afectados y las pymes.
El anuncio de Cofide de canalizar los 700
millones de soles de crédito es positivo, también los cambios anunciados en
Mivivienda que permita mayor impulso financiero y de inversión.
Sobre el mediano plazo hay señales
contradictorias . Se anuncia política de clústers para pymes, lo cual está muy
bien porque dinamiza sectores productivos no solo primarios. Pero se critica la
diversificación productiva, y funcionamiento de los CITES, sin poner en
ejecución una alternativa inmediata. Ojalá no se abandonen objetivos de
diversificación productiva y de cadenas productivas y de valor que nos ayuden a
cambiar la inserción internacional del país, así como de la matriz productiva.
Solo en la medida que se aplique
correctamente el shock de inversión pública que reactive la economía, creará un
crowding -in, reanimando la inversión privada, para retomar una senda de
crecimiento. Pero no debería ser en la misma senda ya transitada, sino con
nuevos horizontes, tomando esta crisis como una oportunidad de desarrollo
sostenible que el país requiere.
Reconstrucción con
trueque y silencio administrativo positivo
Félix Jiménez
El autor expresa puntos de vista
críticos sobre el proyecto de ley de reconstrucción enviado por el Gobierno al
Congreso.
El gobierno acaba de presentar al
Congreso de la República el Proyecto de Ley Reconstrucción que será sustentado
el próximo lunes 24. Según su exposición de motivos este proyecto ley
permitirá: 1) Atender en forma rápida a la población; 2) Recuperar prontamente
las condiciones de vida y de producción de las zonas afectadas; 3)Planificar
las intervenciones generando economías de escala en las contrataciones de
bienes y servicios; 4) Planificar integralmente de tal forma de identificar
sinergias en los servicios y mejoras en el diseño de la infraestructura; y, 5)
Reubicar a la población que habitaba en zonas de riesgo alto y muy alto. Para
el logro de estos objetivos se crea una Autoridad a cargo de un Director
Ejecutivo con rango de Ministro. Esta Autoridad será entonces responsable de la
denominada «Reconstrucción con Cambios».
LAS
AUSENCIAS EN EL PROYECTO
No se entiende cómo se puede diseñar una organización, con un director (con rango de ministro), encargada de reparar los daños causados por los recientes desastres naturales, si no se tiene, aunque sea solo aproximadamente, el costo total de la reconstrucción. El acápite de costos y beneficios solo tiene un listado de dichos daños en la población y sus medios de vida, pero no hay una taxonomía del tipo de intervenciones del Estado de acuerdo a si se trata de una obra nueva o de solo una reparación. No era difícil convocar a los técnicos de los distintos ministerios involucrados, para aproximarse al costo total de la reconstrucción.
Contar con información del tipo de
obras y de intervenciones del Estado, habría ayudado incluso a definir tipos de
responsabilidades burocráticas: no es lo mismo gestionar la reparación de algo
que ya existe que gestionar la construcción de obras nuevas. Por ejemplo, los
propios ministerios, con participación de los respectivos gobiernos regionales
o locales, se podrían encargar de las reparaciones de colegios, centros salud,
carreteras y canales de riego afectados, con una adecuada ampliación
presupuestal y con plazos prefijados. De otro lado, la gestión de la
construcción de obras nuevas se pudo haber encargado al CEPLAN con un comité
técnico integrado por representantes de los respectivos ministerios.
En el proyecto de ley no se define
claramente qué es reconstrucción con «cambios». ¿Dónde identificar los
«cambios»? ¿Habrá «cambio» en el control técnico de la calidad de las obras y
en la determinación de su vida útil? ¿Quién lo hará? ¿Habrá control previo,
control durante la ejecución y el control posterior de los proyectos de obras?
¿El «cambio» estará en la justificación rigurosa, si se opta por una APP, de
por qué el proyecto de obra se destina al sector privado y no al sector
público? ¿Habrá un modelo de vivienda y de urbanización con todos los servicios
que se ofrecerá a los damnificados, reubicados y no reubicados? ¿Habrán
veedores neutrales provenientes de los colegios de ingenieros y de arquitectos?
No sabe dónde identificar los cambios simplemente porque en el proyecto no se
explicitan.
El gobierno argumentará que los
cambios están definidos en los objetivos del proyecto. Uno de ellos dice que se
planificarán las obras de tal manera que se logren economías de escala en las
contrataciones. Pero esto es lo que toda organización eficiente y que
planifica, debe hacer. También se dice que se evitará la «urbanización» en
zonas de riesgo y se buscará crear sinergias en los servicios públicos y
mejoras en la infraestructura. Pero no se dice cómo. No hay criterios
orientadores para los que se encarguen de la planificación de la
reconstrucción. Por lo demás, el proyecto de Ley prescinde del CEPLAN que se
supone que es un organismo especializado en planificación.
SILENCIO
ADMINISTRATIVO POSITIVO Y OBRAS POR TERRENOS
El «cambio» parece estar en el artículo 8 del proyecto de ley sobre Competencias y facilidades administrativas extraordinarias y temporales. Para atender a la población afectada y reparar sus condiciones de vida en forma rápida, el proyecto apela a procedimientos administrativos simplificados «con un plazo máximo hasta 7 días hábiles» y sujetos a silencio administrativo positivo. ¿Estos «procedimientos administrativos necesarios» (permisos, autorizaciones, registros, inscripciones, etc.), serán anunciados públicamente para que sean fiscalizados por la ciudadanía y los organismos de control? En el citado artículo se dice, además, que «los distintos niveles de gobierno deben poner sus predios a disposición a solo requerimiento de la autoridad», para ejecutar los proyectos de acuerdo al Plan. ¿Estos proyectos serán evaluados financiera y técnicamente antes de ejecutar el «requerimiento de la autoridad»?.
El otro «cambio» podría estar en la
novena disposición complementaria que dice: «Dispóngase que la inversión
privada en el encausamiento y escalonamiento de los ríos que genere tierras
aprovechables, puede ser reconocida de acuerdo a las condiciones y modalidades
de retribución o compensación para el inversionista, conforme se determine
mediante Decreto Supremo. Las modalidades de compensación incluyen la
suscripción de contratos de cesión en uso, arrendamiento, usufructo, superficie
u otras modalidades permitidas por la Ley». Esto es trueque de obras por
terrenos. Pero, tampoco hay criterios orientadores para encausar este trueque
de manera transparente. ¿No es acaso indispensable definir la participación de
los gobiernos regionales o locales en la formulación de los proyectos que
impliquen la cesión de sus predios?
A MODO DE
CONCLUSIÓN
La creación de un director ejecutivo de la reconstrucción, existiendo CEPLAN, no parece ser lo más adecuado. Se puede aprovechar esta coyuntura para fortalecer técnicamente a esta institución que, por cierto, «debe trabajar de la mano con la Presidencia de Consejo de Ministros».
Más sombras que
luces en la reconstrucción
Humberto Campodónico.
Hoy se debe debatir en el Congreso el
Proyecto de Ley de Autoridad para Reconstrucción con cambios presentado por el
Ejecutivo. Un aspecto positivo es que se presenta a tiempo, cuando la situación
de emergencia nacional así lo exige. Bien.
Pero hay varios aspectos conceptuales
e institucionales que merecen un amplio debate. Uno, su carácter centralizado.
Mucho depende de la autoridad y se decide en Lima. Dos, se salta a la garrocha
muchas de las funciones de la Contraloría, lo que puede abrir las puertas a la
corrupción. Tres, que no han participado los gobiernos regionales y locales
(superando los problemas de corrupción en algunos de ellos).
Cuatro, que participan la PCM, el MEF,
el MTC y el Ministerio de Vivienda. No está el Ministerio de Vivienda para el
Ordenamiento Territorial y la Zonificación Ecológica. Casi todo es cemento,
arena y fierro. Quinto, no está el Centro de Planeamiento Estratégico (CEPLAN),
lo que nos dice que el MEF continuará al mando. Sexto, todo el PL se preocupa
por la participación privada (gran énfasis en Obras x Impuestos) y casi no se
menciona el impulso a los organismos de línea de la inversión pública en los
ministerios como MTC (Provías) y Vivienda. Tampoco se menciona el rol del Ministerio
de Defensa en esta emergencia.
Es en lo económico donde se notan los
mayores problemas. Un primer aspecto tiene que ver con la cuantificación.
Primero, el Ministro de Defensa Jorge Nieto dijo que eran US$ 15,000 millones,
lo que Thorne desmintió. Después, el Ministro Vizcarra dijo US$ 2,663 millones
para su sector, reemplazando 200 puentes y 2.331 de carreteras dañadas. Luego
el Premier Zavala ha dicho que son US$ 3,000 millones pero que la cifra final
la dará el INEI. Habrá que esperar entonces.
Otro tema es el financiamiento. El
ministro Thorne confía en que ello se logrará con las medidas tomadas en los
últimos meses. Pero eso es imposible. El PBI no va a crecer 4.8% como lo dice
el Presupuesto del 2017. Ahora el MEF habla de 3%. Otros dicen que es mucho
menos. Y algunos prevén hasta 0%. En gran parte esto se debe al innecesario
“ajustón fiscal” del IV Trimestre del 2016.
Por tanto, la recaudación no subirá
sino bajará, lo que ya está sucediendo en enero y febrero de este año. No va a
aumentar la recaudación del Impuesto a la Renta, a pesar de que la tasa sube
del 28 al 29.5%, anulando la rebaja de Segura. Además, el aumento de las
devoluciones del IGV reduce los ingresos.
La repatriación de capitales (DL 1264)
tampoco hará la diferencia. El gobierno preveía recaudar entre US$ 5,000 y
6,000 millones, el 2% del PBI (Gestión, 29/01/17). Hoy, Aldo Defilippi estima
que serán entre S/ 2,000 a 2,500 millones, el 0.3% del PBI.
Ahora, desde Washington, el ministro
Thorne nos dice que le han dicho que tiene que reducir las exoneraciones
tributarias para recaudar más, como si acabara de descubrir la pólvora. Claro
que hay que eliminar las exoneraciones al sector financiero y de las
actividades extractivas. Pero, ojo, las exoneraciones no son malas siempre, per
se. No. Algunas son necesarias, como en el caso de los alimentos perecibles, el
apoyo a la educación y la cultura.
Este panorama de baja recaudación no
quiere decir que no haya dinero para la reconstrucción. Sí lo hay y son los
ahorros fiscales de la época de las “vacas gordas”. Está el Fondo de
Estabilización Fiscal con US$ 8,000 millones y en el BCR hay depósitos por US$
4,000 millones adicionales. Pero de eso no habla el gobierno. Si no se usan
ahora, ¿cuándo?
Para invertir en la reconstrucción,
así como para implementar el Plan de Estímulo Fiscal de enero de 1% del PBI),
hay que elevar sí o sí la meta de déficit fiscal de 2.5% del PBI, lo que tiene
consenso en todas las tiendas. Pero hasta ahora el ministro Thorne –si bien ya
dijo que la va a subir– no ha dicho cuánto ni cuándo.
Debe hacerlo pues se dice que se va a
aumentar en 10% la inversión pública de S/ 34,200 millones del Presupuesto del
2017, cifra que queda corta pues ya se habían acordado S/ 5,500 millones en el
Plan de Estímulo Fiscal. El presupuesto 2017 de los tres niveles de gobierno
para Áncash, La Libertad, Lambayeque, Piura y Tumbes es de S/ 4,000 millones.
Esto habría que duplicarlo por lo menos, lo que no es fácil, en algunos casos,
por la corrupción existente en algunos de ellos.
En otras palabras, todavía no hay un
monto definido por el gobierno y tampoco queda clara la institucionalidad
necesaria, más aún cuando todo lo planteado significa cambios estructurales con
impacto de largo plazo. La discusión en el Congreso debe definir claramente
estos temas con la participación de todos los grupos políticos.
Finalmente, el que no aparece en la
película es el BCR, que no baja la tasa de interés para alentar la inversión y
estimular el consumo. Si esto no se hace, la tasa de crecimiento puede ser
menor al 2% del PBI, como ya lo dicho Bruno Seminario. Hay, entonces, mucho
para discutir en estos días.
¿Lobbies en Proinversión?
German Alarco
Es
evidente que el medio principal, no el único, para la corrupción de los últimos
tiempos ha estado estrechamente vinculado con las Asociaciones público privadas
(APP). También hay que reconocer que, si bien estas hicieron posible una
razonable prestación de servicios respecto de la caótica década de los ochenta,
la mayoría tuvo problemas y enfrentan limitaciones para el futuro. La lista de
APP con problemas es larga: aeropuerto de Chinchero, Gasoducto Sur Andino,
IIrsa´s, Línea 2 del Metro, Terminal Norte y Sur del Puerto del Callao, vía
urbana de Puente Piedra, entre otras. Aún la emblemática concesión del
Aeropuerto Internacional Jorge Chávez tiene serios problemas en sus accesos al
privilegiar áreas de estacionamiento, excesiva contaminación visual, elevados
costos y faltan indicadores para la mejora continua de la calidad en la
prestación de los servicios a los usuarios. El Decreto Legislativo 1251 y su
reglamento deberían ser útiles para mejorar los problemas estructurales del
sistema y hacer frente a la corrupción.
Hay
algunas mejoras como la relativa a reducir el número de adendas dentro de los
tres primeros años del contrato. Ahora sólo se podrían realizar por errores
materiales, aspectos operativos que impidan la ejecución del proyecto y otros
hechos imprescindibles (¿?). También hay avances al precisar procedimientos,
promover un mayor rol para los gobiernos regionales y locales, incluir una
cláusula anticorrupción en los contratos y el plan nacional de infraestructura.
Solo hay promesas cuando se señala que se plantearían reglas que reduzcan al
mínimo los espacios para ofertas temerarias o colusión de postores.
Las normas hacen agua al formalizar el
abandono de la práctica internacional del comparador público-privado (CPP) que
selecciona la alternativa de mejor calidad al menor costo. Ahora se supone
equivocadamente que la APP es superior a su opción como obra pública. El CPP se
sustituye por unos criterios de elegibilidad difusos que antes elaboraba el MEF
y ahora prepararía Pro inversión en un claro conflicto de interés. ¿Se trata de
colocar proyectos o priorizar el interés público? Por otra parte, se abre la
puerta a los lobbies cuando la mitad de los miembros de su Consejo directivo no
serían funcionarios públicos: ¿qué garantiza que representen el interés
público? Para remate se formaliza que consultoras privadas puedan realizar
hasta el informe de evaluación de los proyectos. En otros lugares eso sería
responsabilidad de las autoridades respectivas.
No
se amplían las funciones de Pro inversión y se ignora al Ceplan responsable del
planeamiento estratégico del país (¿quién va a priorizar?). Se soslaya o
minimiza el proceso de selección de las mejores opciones técnicas y
tecnológicas como lo ocurrido en la IIrsa´s donde el objetivo interoceánico se
lograba a través de la opción ferroviaria y no la carretera. No se establece un
sistema de información con parámetros comparativos de costos y componentes de
inversión para las evaluaciones ex ante de los proyectos. No hay obligatoriedad
para las evaluaciones ex post, ni se insiste en la incorporación de indicadores
para mejorar continua de la calidad de los servicios. La opinión de los
organismos reguladores nos es vinculante (¿no se va a fortalecer a los
reguladores sectoriales? Los problemas con el registro de pasivos en firme y
contingentes se mantienen al aplicar una tasa de descuento en los primeros y
criterios no homogéneos en los segundos. El registro nacional de contratos
sigue incompleto al no incluir las propuestas económicas de los concursantes y
su evaluación. No se profundiza en la necesidad de las evaluaciones
socio-económicas más allá de las financieras. No se establecen reglas y límites
a algunas APP como por ejemplo las de vías urbanas que tantos conflictos vienen
generando. No queda claro cómo se va a mejorar la calidad de los contratos de
concesión salvo la cláusula anticorrupción (¿no se va a revisar el sistema de
pagos por obra que ha dado origen a tanta corrupción o establecer mayores
garantías?), ¿dónde están las nuevas reglas para los concursos y evitar las de
un sólo postor?, entre otros temas. ¿La fiesta continua?
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