¿Desaparecer MINCETUR?

 Por Germán Alarco Tosoni



Hay muchos colegas que están cuestionando las actuales negociaciones del acuerdo de asociación Transpacífico (TPP). De la diversidad de temas polémicos destaca el capítulo sobre propiedad intelectual donde se estaría imponiendo -y nosotros aceptando- condiciones relativas a la extensión de patentes y facilidades para las empresas transnacionales de medicamentos, en perjuicio de nuestra salud. La propia Cámara de Comercio de Lima señaló hace unas semanas que los tratados comerciales del país no se aprovechan adecuadamente y Jurgen Schuldt, meses atrás, demostró que el saldo comercial del TLC con EE.UU. es crecientemente deficitario. Al respecto, no solo se trataría de evaluar rigurosamente las ventajas y desventajas de estos acuerdos internacionales, sino pensar y hacer –en su caso- reingeniería profunda sobre la conveniencia de que el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR) siga existiendo.

 El MINCETUR fue creado en 2002, teniendo como primer objetivo lograr el incremento del intercambio comercial con énfasis en las exportaciones de los sectores no tradicionales y consolidar la imagen del país como exportador de bienes y servicios competitivos. Esto se lee bien, pero las instituciones no nacen para ser eternas. Son medios para fines superiores. Nuestro objetivo debe ser pensar hacia adelante para remontar la trampa de ingresos medios a la cual la economía peruana parece dirigirse. Antes de meditar en qué y cómo exportar, hay que reflexionar y actuar sobre qué y cómo producir más diversificando nuestra estructura productiva. Esto no significa señalar que la minería e hidrocarburos responsables no sean importantes para el Perú.

La promoción de las exportaciones es relevante, pero la política industrial lo es más. La política comercial es un instrumento que junto con otras políticas públicas intermedias, de ciencia-tecnología e innovación (CTI) y herramientas de apoyo y asistencia microeconómica a las empresas y sectores más dinámicos de la economía promoverían que la economía peruana logre mayores niveles de ingreso. A nivel internacional, Sachs (2000) señaló que las economías basadas en los recursos naturales solo podrán pasar a otro estado de desarrollo superior si invierten en CTI y procuran la diversificación productiva. Rodrik y Hausmann son los autores clave para dar contenido a esta estrategia.

El Ministerio de la Diversificación Productiva y de CTI debe sustituir al MINCETUR, donde la promoción del comercio exterior sería una de sus funciones. El diseño e implantación exitosa de una política industrial para la diversificación productiva exige, como dice Rodrik (2011), mecanismos de transparencia y rendición de cuentas, consejos de coordinación público-privados y liderazgo político en la cima. Sin un lugar en el gabinete la diversificación productiva seguirá siendo un sueño.

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