SOBRE LA VENTA DE GAS A CHILE
Por Jorge Manco Zaconetti
Es cada vez
más evidente que el presente gobierno no tiene una estrategia nacional
para el cambio de la matriz energética altamente dependiente del
petróleo y derivados cuyas importaciones representan anualmente más de
5,500 millones de dólares, valores que son financiados en última
instancia por los sufridos usuarios y consumidores que tienen que
reponer dichos valores en el precio de los combustibles utilizados en el
mercado interno; es más éstos precios resultan el doble o más que los
vigentes en los Estados Unidos de Norteamérica, gracias a la
participación fiscal, y las distorsiones del mercado interno de
combustibles.
Solamente
por las importaciones del diesel 2 limpio con 50 partes por millón de
azufre en el 2012 las refinerías La Pampilla operada por Repsol y
PetroPerú tuvieron que pagar más de 1,280 millones de dólares; y en el
período 2005 al 2012, el país ha gastado en importaciones de este
derivado más de 7,601 millones de dólares, es decir, más del doble de lo
que costaría la modernización integral de la refinería de Talara. Por
tanto, los consumidores han financiado dichos montos, permitiendo a las
empresas involucradas márgenes de utilidad como importadores y
distribuidores mayoristas de combustibles.
Sin embargo,
desde julio del 2010 exportamos energía limpia en la forma de gas
natural licuefectado, es decir gas convertido a líquido en la unidad
Pampa Melchorita perteneciente al Consorcio Perú LNG, cuyos socios son
Hunt Oil, SK de Corea del Sur, Marubeni del Japón y Shell que sustituyó a
Repsol como responsable de las exportaciones en febrero de este año,
pagando una cifra millonaria por una participación que compromete la
exportación de un recurso natural del cual el fisco peruano no ha
percibido ni un dólar.
Con la
información disponible las exportaciones de gas natural representaron
los 1,284 millones de dólares en el 2011, más de 1,331 millones en el
2012 y en lo que va del período enero/julio del presente año el valor de
las exportaciones suman los 878 millones de dólares. Si bien el gas
natural exportado proviene exclusivamente del lote 56, el proyecto
exportador de Perú LNG compromete como garantía financiera las reservas
probadas del lote 88 por volúmenes de 2.4 trillones de pies cúbicos de
gas natural, que pese a dispositivos legales promulgados por este
gobierno no son aún devueltos.
En un
ejercicio estadístico si se convierten los volúmenes de exportaciones de
gas natural registrados por el BCR en metros cúbicos en su expresión en
barriles, donde un metro cúbico como unidad de volumen resulta
equivalente a 6.28976 barriles, se pueden expresar los volúmenes de gas
natural del lote 56 en barriles equivalentes por año y por tanto en días
calendario.
En tal
sentido, en el 2011 se exportaron 56.4 millones de barriles de gas
natural, en el 2012 un equivalente de 54.9 millones de barriles de gas
natural y en lo que va del período enero/ julio 34.7 millones lo que
expresado en días calendario significa que Perú LNG a través de Repsol
hasta febrero del 2013 y a partir de esa fecha Shell han exportado 154
miles de barriles diarios de gas natural expresado en barriles, en el
2011, un equivalente a 150 mil barriles diarios en el 2012 y en lo que
va del presente año hasta julio 164 mil barriles diarios de gas natural.
La cruel
paradoja de las exportaciones de gas natural licuefectado expresadas en
barriles es que en promedio se ha exportado el barril equivalente de gas
natural a precios de 24 dólares el barril, y en contrapartida para
poder satisfacer el mercado interno se importa en promedio el barril de
petróleo crudo a precios de 100 dólares el barril. Con el agravante que
exportamos energía limpia como gas natural y se compra del exterior
sobre todo del Ecuador, Colombia y hasta del África petróleo con alto
contenido de azufre.
Un agravante
adicional es que se exporta el gas natural con un rico contenido en
etano (10 por ciento de etano y 90 por ciento de metano) que por
ejemplo le ha permitido a la empresa SK accionista del Consorcio
Camisea en Corea del Sur, alimentar una industria petroquímica que
tiene a la China Continental como principal mercado, mientras en el Perú
se quema el gas natural con su contenido en etano en la generación
eléctrica a precios subsidiados.
Por ello,
ante las declaraciones del Presidente de la República, Comandante
Ollanta Humala efectuadas en la reunión Alianza para el Pacífico en
Nueva York del 26 de setiembre sobre la posibilidad de la venta del gas
natural de Camisea a Chile, se argumentó que dependía en última
instancia del precio que el país sureño esté dispuesto a pagar; sin
embargo el primer mandatario olvida interesadamente una serie de
restricciones legales, económicas y de los principios de una elemental
geopolítica.
ANTES QUE CHILE EL DESARROLLO DEL SURPERUANO
Al margen de
la controversia sobre la delimitación marítima con Chile y sus
perspectivas en el caso de resultar un fallo favorable para nuestro
país, existen razones legales, históricas y económicas que contravienen
la exportación de gas natural hacia nuestro vecino del sur.
La primera
se relaciona con la prioridad del abastecimiento mercado interno antes
que promover las exportaciones, según lo dispuesto por la ley de
Promoción del Desarrollo de la Industria del Gas Natural ley Nº 27133 y
su reglamento promulgado en 1999, y a pesar de los cambios introducidos
al art. 2 del Reglamento de la ley mediante el DS 031-2003-EM siempre se
prioriza el mercado interno antes que la exportación, bajo cualquier
circunstancia.
En segundo
lugar, no se puede repetir el lesivo lobby que hizo posible durante el
gobierno del Presidente Toledo el proyecto exportador del lote 56. En
tal sentido,
las reservas
de gas natural de los lotes 57 y 58 que alimentaría el gaseoducto del
sur y/o la pretendida exportación, tendrían que tener el carácter de
reservas probadas para estar en el marco restringido de la ley
mencionada.
Interesadamente
ni PerúPetro ni la Dirección General de Hidrocarburos (DGH) del
Ministerio de Energía y Minas reconocieron el carácter de reservas
probadas, aduciendo que una perforación exploratoria no se justificaba
dicho carácter. Por esta razón las reservas del lote 56 desde el 2003
nunca tuvieron el carácter de reservas probadas, sin embargo las mismas
reservas fueron comprometidas en el proyecto exportador con una serie de
lesivas modificaciones contractuales que los gobiernos sucesivos se
abstuvieron de corregir en agravio del país.
Por ello, se
debiera recordar que durante el gobierno del Presidente Toledo,
PerúPetro otorgó mediante negociación directa las reservas del lote 56
más de 2 trillones de pies cúbicos con 200 millones de barriles de
condensados al Consorcio Camisea, que siendo volúmenes insuficientes
para el contrato de exportación hacia México se tuvo que hipotecar 2.4
trillones de las reservas probadas del lote 88 que hasta ahora no son
devueltas, mediante el DS 050-2005-EM.
Al respecto
se debe publicitar el informe del “Grupo de Trabajo Encargado del
Estudio y Propuesta de Revisión de los Contratos de Gas de Camisea y de
los Contratos de Exportación del Gas de Camisea” cuya presidencia recayó
en el congresista por Piura José Carrasco Távara y que solamente fue
firmado por el congresista Alejandro Aguinaga y la presidencia lo cual
impidió su discusión en el pleno del Congreso de la República, sin
embargo por su importancia política fue publicado en diciembre del 2009.
En tercer
lugar, el retiro anunciado de la petrolera estatal brasileña Petrobras
de sus operaciones en el Perú y otros países para priorizar sus
inversiones internas, retrasa las actividades necesarias en los campos
del lote 58 donde se han realizado inversiones superiores a los 469
millones de dólares y en el lote 57 donde Petrobras es socio de Repsol
con una participación del 44 por ciento, habiendo realizado inversiones
por un valor de 196 millones de dólares en el período 2006/2012
Es decir,
las inversiones de Petrobras en los lotes 57 y 58 han sumado más de 665
millones de dólares en el período 2006/ 2012, las mismas que
evidentemente están siendo valorizadas y negociadas por las empresas
interesadas en la transferencia contractual de dichos lotes que por la
ubicación podrían ser la propia Repsol, Pluspetrol y la misma
transnacional Shell.
El
trascendido en los medios periodísticos sobre las negociaciones llevadas
a cabo en el Brasil especula sobre valores por encima de los 2,500
millones de dólares en la valorización de los activos de petrolera
estatal brasileña en el Perú relacionados con los lotes colindantes en
Camisea. En el supuesto que la venta y transferencia se realice en el
exterior, el Perú lamentablemente no tendrá ninguna participación a
pesar de ser operaciones que comprometen recursos naturales no
renovables, como el gas natural y los condensados.
Ello es más
grave, si se tiene presente que tales lotes fueron adjudicados en
negociación directa por PerúPetro a Petrobras mediante contratos
promocionados con el DS 017-2003-EM los cuales fijan tasas de regalías
mínimas del 5 por ciento que podrían incrementarse hasta el 20 por
ciento en función de una producción equivalente a los 100 mil barriles
diarios, en estas transacciones el estado peruano debiera asumir un
grado de participación.
Por tanto,
antes que la exportación hacia Chile o cualquier otro país, las reservas
de los lotes 57 y 58 tendrían que asumir el carácter de reservas
probadas certificadas lo cual supone mayores inversiones en ambos lotes
para incrementar las reservas que se estiman en un potencial conjunto
superior a los 7 trillones de pies cúbicos, que resultarían apenas
suficientes para abastecer el mercado interno en los próximos 30 años a
través del Gaseoducto Andino del Sur, los requerimientos de energía de
los proyectos mineros en el Gran Sur que comprometen inversiones por
encima de los 35 mil millones de dólares.
A ello
debiera sumarse las necesidades de la petroquímica básica, intermedia y
avanzada para industrializar el gas natural y apostar por un mayor valor
agregado en Ilo, con el llamado nodo energético que permita la
descentralización eléctrica del país. Con esa masa crítica en la demanda
interna del gas natural se rentabiliza el consumo industrial,
residencial y automotor para los millones de compatriotas del sur.
Sin embargo,
el gobierno del Presidente Humala desde diciembre del 2011 al presente
ha ido dejando de lado la prioridad de las inversiones en el Gaseoducto
Andino del Sur. El desinterés por asegurar la presencia brasileña que
comprometían la participación de la unidad en la explotación, transporte
y distribución a través de Petrobras, Odebrecht y Braskem; para pasar a
una serie de proyectos que transitaban por el etanoducto, la presencia
de PetroPerú en el gaseoducto, centrales térmicas en Quillabamba. ¿Qué
vendrá después?
Ahora se
estaría apostando por los nodos energéticos en Mollendo e Ilo fomentando
el enfrentamiento entre provincias vecinas lo cual contribuirá a
mayores conflictos sociales, reforzando la presencia del Consorcio
Camisea con el gaseoducto existente y promoviendo los llamados ductos
virtuales, que son camiones tanqueros trasladando gas concentrado, lo
cual reforzaría el proyecto asumido por Repsol.
Señor
Presidente, si bien el país vecino del sur está abonando precios de
necesidad por el gas que consume, los mismos que triplican el precio del
marcador Henry Hub, y ha resuelto la falta abastecimiento de Argentina
con plantas de regasificación que importan el gas natural de los Estados
Unidos de Norteamérica y de otros países, lo primero es priorizar el
mercado interno del Perú y satisfacer la demanda insatisfecha.
Debiera ser
una política de estado para el Perú el cambio de la matriz energética,
priorizando el mercado interno para monetizar las reservas de gas que
yacen en el subsuelo de Camisea y en el norte del país, y sobre todo es
de particular importancia geoestratégica apostar por el Gaseoducto
Andino del Sur “sin dudas ni murmuraciones”, todo lo demás sería una
traición a la Patria, y a los electores del actual presidente.
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