Viento en contra

 Por Humberto Campodonico



En estos últimos años de amplio crecimiento económico en todos los países de la Región se conjugaron tres elementos que permitieron un círculo virtuoso: un enorme flujo positivo de capitales externos, altos precios de las materias primas y un aumento de las remesas de los migrantes.
En todos los países emergentes hubo un gran ingreso de capitales, tanto de inversión extranjera como de portafolio. En América Latina estos flujos aumentaron de US$ 100,000 a 330,000 millones del 2004 al 2012. Desde el 2009 las políticas monetarias expansivas en EEUU y Europa le dieron otra vuelta de tuerca a esos flujos positivos. Pero ahora que se anuncia su fin, dice el Instituto de Finanzas Internacionales (IFI) de Washington que estos han disminuido, aunque aún no de manera espectacular para la Región.
Pero sí han causado cambios estructurales en algunos sectores. En el Perú, la deuda externa del sector privado ha pasado de US$ 6,800 a 24,000 millones del 2007 al 2012. Y en este I semestre del 2013, según el BCR, ya llegó a US$ 28,727 millones, el 13.9% del PBI. Así, por primera vez, la deuda del sector privado es mayor que la deuda pública externa que está en US$ 24,600 millones.
Ante la masiva entrada de divisas que abarataban el precio del dólar, el BCR autorizó este año sucesivas alzas de los fondos que las AFP podían invertir en el extranjero, pasando del 30 al 36% del total. Dice el IFI en su informe de junio: “En el Perú las AFP han aumentado la compra de activos en el extranjero. Esto refleja el aumento del techo para sus inversiones en el exterior. Nuestro pronóstico es que los fondos de las AFP en el exterior superen este año los US$ 15,000 millones, el 8% del PBI” (www.iif.com).
La cuestión es que ahora que se desacelera la economía china, que Europa sigue en recesión y que hay un débil crecimiento en EEUU, ya no se puede seguir en el “piloto automático”. Sus efectos ya se sienten en todos los mercados emergentes y, también, en el Perú.
Y esto obliga a un cambio de política con respecto a las AFP. Mientras ahora el BCR vende gran cantidad de dólares para evitar que se siga devaluando el sol, las AFP tienen la plata de los pensionistas en el extranjero. Eso debe terminar.
Otro elemento clave fue el alza del precio de las materias primas, lo que ya se acabó. Por eso, casi todos los países de la Región están sacando la calculadora para saber a cuánto va a ascender ese impacto.
Así, el Marco Macroeconómico Multianual del MEF, 2014-2016, aprobado en Consejo de Ministros la semana pasada, dice: “De continuar el descenso del precio de los metales que exportamos, la presión tributaria será menor. Si se produce una caída de 10% en dichos precios, los ingresos del Gobierno General caerían en aproximadamente 0,5% del PBI”.
Añaden que una caída adicional de 1% en la tasa de crecimiento del PBI, reduciría los ingresos del Gobierno General en cerca de 1% del PBI.
El MMM dice que la presión tributaria disminuirá del 16.0 al 15.4% del PBI del 2012 al 2013. Y que se mantendrá en esos niveles hasta el 2016 (15,8% del PBI). Lejos estamos de los pronósticos de llegar al 18% del PBI a los inicios de este gobierno para por lo menos acercarnos al promedio de América Latina (19.5%). Y la baja presión tributaria atenta contra la igualdad.
Pero esto puede ser por lo menos paliado con los ahorros del MEF durante estos años de crecimiento, aplicando políticas anticíclicas.
El tercer elemento, las remesas de los migrantes (cuyo efecto en la Balanza de Pagos es muchísimo menor que el de las exportaciones y los flujos de capitales) casi no ha sufrido variación pues en el Perú hasta ahora (I semestre del 2013) se mantiene, esperando que llegue a US$ 2,600 millones a fin de año, el 1.3% del PBI. Los analistas dicen que esto se debe a que nuestros compatriotas, a pesar de la recesión en los países en que habitan, tienen un “colchoncito” que les permite seguir remesando dólares a sus familiares.
Desde el 2010 el déficit de la cuenta corriente de la Balanza de Pagos se financiaba con las enormes entradas de capitales. Pero en el Segundo Trimestre del 2013 por primera vez en años hubo déficit en la Balanza de Pagos.
El viento de cola que impulsó el crecimiento de estos últimos años es ahora un viento en contra.

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