Entrevista a Francisco Durand

 

 

Por Rumi Cevallos Flórez

La Republica

 

 

“Creo que el ministro de Economía es un dictador económico que opera en una democracia política”

 Francisco Durand retornó al Perú tras varios años de enseñar en EEUU. Es autor de varios libros en los que analiza el comportamiento de los grupos de poder económico, y para fines de setiembre presentará su próximo texto: Los Romero: Fe, fama y fortuna. Tras varios años fuera del país, considera que los grupos de Poder siguen teniendo "capturado" al gobierno. 

¿Cómo ves la situación económica y política del país?
Lo primero es que ya entramos oficialmente a una nueva etapa porque se ha cerrado otra increíblemente positiva, extraordinaria, de bonanza exportadora. Históricamente esto solo existió en época del guano, pero desde el 2002 al 2013 ocurrió una bonanza de casi prácticamente todas las materias primas.
¿Esa bonanza llegó a su fin?
Sí, porque ya entramos a una etapa de desaceleración. No podemos seguir contando con tasas de crecimiento altas. Las de ahora son tasas normales, no es que estemos en crisis, se están normalizando y por lo tanto ahora viene un periodo económico y político nuevo.
¿Crees que se aprovechó esa bonanza para posibilitar salir de ser primario exportador?
En cierto modo para algunas cosas es una oportunidad perdida. Pudieron, por ejemplo, aprovechar para crear fondos de contingencia como lo están reclamando las regiones, o fondos soberanos como hacen en algunos países que han gozado de grandes ingresos; pudiéramos haber aprovechado al principio de esta tendencia a generar recursos de sobreganancia mayores y destinarlos a mejoras de infraestructura, a mejoras educativas, en fin, a los temas de mediano y largo plazo. Pudimos haber generado capacidad para prevenir las tendencias negativas de la economía internacional, tanto en el campo financiero, para evitar la salida brusca de capitales, y los vaivenes de los precios y la demanda internacional.
Se siguió priorizando envíos sin valor agregado, lo más fácil.
Es un facilismo, y eso es así porque no hay capacidad del Estado en planificación económica. Qué hizo mal y qué hizo bien el gobierno?
Abandonó un plan que era moderado. A pesar que fue calificado de forma muy negativa, era un plan moderado, de diversificación económica, de orientación hacia el mercado interno, de planificación. Era una intervención pautada, precisa, de las empresas estatales, que fueron abandonadas por los gobiernos anteriores.
Cuando Ollanta Humala fue candidato prometió fortalecer Petroperú y Enapu, sin embargo, no ha ocurrido.
No ocurrió, y uno ve eso, por ejemplo, en la trayectoria que ha tenido Petroperú y más concretamente en la relación tensa, difícil, poco definida con la presidencia de Humberto Campodónico, que le estaba diciendo mire, tenemos que ir a un fortalecimiento de Petroperú.
El gobierno va por la línea de fortalecer la empresa, sin embargo, a un sector no le gustaba la presencia de Campodónico.
Y es algo que el presidente desde un principio debió definir. Yo voy a entrar con este personal a hacer estas cosas y a ustedes qué les parece este esquema porque no es intervencionista extremo, ni es antiminero o antimercado. Si de frente se pone las cartas sobre la mesa y se dice voy con este equipo a hacer estas cosas, ahí discutes, pero lo que hizo fue abandonar el esquema inicial y aceptar las recomendaciones del sector privado.
¿Fue atrapado entonces por el sector privado?
Entre comillas se dice que fue capturado, y efectivamente, fue y sigue siendo capturado. No había por qué. Si tú ganas una elección y te ponen las condiciones algo está mal, o si aceptas las condiciones que te ponen sin ninguna discusión algo está mal. Y fue una decisión personal de Ollanta que no la discutió con nadie.
Y no fue la opción por la que votaron los peruanos.
Exacto, entonces se dice con razón que los que pierden las elecciones ganan los gobiernos, pero en eso nos estamos refiriendo a las grandes empresas y a su vez vinculadas a los grandes consultores, a un 0,1% de la población digamos.
¿Implica que el poder del empresariado está más fuerte respecto al poder político?
Así es y ahora que entramos en el periodo de vacas flacas quieren más de lo mismo. El comunicado de Confiep habla de una alianza público-privada, claro que hablan de pequeños y grandes empresarios, pero por qué solo los empresarios, o porqué solo las fuerzas del centro y derecha. Si hoy día vamos a dialogar para ver qué hacemos en este periodo de vacas flacas, el diálogo tiene que incluir a la izquierda, pero creo que las propias limitaciones de Humala se hacen cada vez más evidentes.
¿Y qué grupos están detrás para que el modelo liberal no se toque ni un pelo en el país?
Principalmente los grandes grupos de poder económico de viejo cuño, que tienen más experiencia política y mayor manejo a diferencia de los grupos emergentes.
¿Quiénes?
Me refiero básicamente al grupo Brescia, que es probablemente el más poderoso en el país, me refiero al grupo Romero y al grupo Benavides de la Quintana. Esos tres grupos son los que de algún modo se ponen de acuerdo para acercarse a los gobiernos, definir quiénes son los ministros, obviamente en coordinación con la Confiep, en coordinación con los organismos internacionales, lo que se llama en la jerga política peruana los poderes fácticos.
¿Implica lobbies para maquinar las decisiones del gobierno?
Ellos deciden cuándo empiezan los gobiernos, quién entra a los ministerios y a los organismos claves y con qué personal de apoyo van, y a partir de allí arman una red de relaciones que se va asentando, mejorando con los lobbies de acuerdo con los temas de interés económico del momento.
¿Eso se intensificó en los dos últimos años?
Es una condición permanente que ocurre casi sin mayores variaciones. Una vez hablaba con un amigo empresario que conozco hace muchos años, que me decía, fíjate tú, los ministros de Economía son intercambiables; es decir, puedes sacar a Carranza y poner a Castilla o a Kuczynski y son lo mismo. Vienen del mismo lugar, tienen las mismas características, el mismo perfil y hacen lo mismo, por eso en la jerga política se dice que ponen la economía en piloto automático, pero poner en piloto automático quiere decir no se harán los cambios que afectan mis intereses, no me toques la economía como está ahora. Creo que la orientación económica es una decisión de Estado que debe corresponder a lo que se prometió en la campaña, porque si no ha sido privatizada ahí hay un contrasentido, la economía política no puede ser privatizada porque si es así ha sido confiscada o expropiada y eso es negativo.
¿Es el mercado el que prima y el que toma las riendas del país?
Por el momento, pero en la medida en que la dinámica del mercado comienza a perder fuerza es probable que en algún momento comience a perder influencia política.
¿Qué podría ocurrir para eso?
Puede haber una situación en la cual comienza a haber menos confianza en la dirección económica del gobierno, mayor descontento, más dificultad del gobierno en lograr acuerdos con quienes protestan. Por ejemplo, en las regiones, quienes son las primeras en sentir la desaceleración. Creo que el ministro de Economía es un dictador económico que opera en una democracia política, ahí estamos en una contradicción, tiene excesivo poder, no solo dentro del gabinete porque maneja el presupuesto, con el Congreso porque le pone el presupuesto, sino con las regiones y los municipios. Eso tiene que democratizarse.
Salomón Lerner señaló que el presidente Humala está "encastillado", ¿lo suscribes?
Estoy de acuerdo con esa percepción y ciertamente que lo diga Salomón Lerner que estuvo desde el principio viendo como se desenvolvían los acontecimientos añade mayor fuerza al argumento porque él ha sido testigo presencial de eso.
¿Y Ollanta no se da cuenta de esta situación?
No, porque él consideró que ese era un requisito para gobernar. Se acomodó con los grandes grupos de poder, se acomodó con la Confiep, y ellos le permiten gobernar, entonces tuvo que dejar de lado lo que prometió en la campaña.

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