Cuidado con las malas recetas


Por Pedro Francke



El editorial de “El Comercio” del lunes propone, como remedio para la salud pública, entregar cupones o vouchers a quienes no pueden pagar por servicios hospitalarios, y que ellos escojan donde ir pagando con esos cupones. Dicen que eso implicaría probar algo que en el Perú nunca se ha intentado.
 Es verdad. Pero tampoco se aplica en ninguna parte del mundo. Ninguno de los conferencistas en 2 seminarios internacionales sobre reforma de salud realizados en semanas pasadas siquiera lo mencionó. No lo recomienda la Organización Mundial de la Salud ni el Banco Mundial ni el BID. Nadie. ¿Por qué el Perú debiera probar una receta que ni siquiera ha pasado la fase de laboratorio?

El sistema de vouchers es la receta preferida de los ultraliberales en el mundo para la educación, a pesar de lo cual menos del 0,1 por ciento de estudiantes del planeta estudia bajo este sistema. Pero en salud no lo usa NADIE. Por una razón muy sencilla: la necesidad por servicios hospitalarios es muy variable de persona a persona, según sea su estado de salud. ¿De qué valor sería el cupón que entregarían a cada persona? ¿20 soles para que alcance a curarse de una tos ó 200 mil soles para pagar un trasplante de corazón? ¿Y si se entrega el cupón de 200 mil soles, podrían hacerse mil consultas, sean éstas necesarias o no?

Curiosamente, lo más parecido que hay a esta receta es un programa de la Venezuela de Chávez que reembolsa gastos hospitalarios. Es costosísimo, fuente de corrupción y con pocos resultados sanitarios. Los ultraliberales, sin saberlo, son chavistas torpes.

Quienes han estudiado esquemas de competencia regulada en salud tienen mejores propuestas. Por ejemplo pagar a redes de salud por mantener sana a una población determinada, fórmula utilizada internacionalmente, conocida como pago capitado, que se ha probado en el SIS en algunas regiones. Otro esquema de competencia en salud es el llamado “pluralismo estructurado” intentado en Colombia con la Ley 100 de Álvaro Uribe, donde la población en base a subsidios públicos escoge seguros de salud, hoy está cayendo tras una experiencia de dos décadas llena de problemas.

Pero antes que eso, hay que intentar otra cosa inédita en el Perú: un debate público y amplio serio sobre la reforma de salud. Basta de repetir como pericos un esquema de vouchers sin un mínimo de reflexión previa.

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