¿Dinosaurios sueltos?

 Por Germán Alarco Tosoni


Toda la discusión en torno al rol de la petrolera propiedad del Estado ha permitido identificar plenamente a los Tea Party locales. De los plausibles elementos técnicos algunos han pasado a mostrar una reacción primaria, basada en prejuicios ideológicos. Se utilizan calificativos como estupidez, mamarracho retrógrado, primitivismo, entre otros. Se arguye una cantidad de argumentos falsos como inconstitucionalidad, ridículo internacional, pérdida total de la confianza en el gobierno, populismo económico, estatismo, chavismo e hiperinflación. Quizás pensarán, al estilo de Joseph Goebbels, que la continua repetición de un argumento lo convierte en verdadero (falacia ad nauseam). Para suerte de todos, se olvidan que en agosto de 2012 la más famosa encuestadora del país presentó unos resultados interesantes sobre nuestra petrolera: 72% de la población estaba a favor de su fortalecimiento.
El Estado no necesita de ley especial para fortalecer su empresa, ya que la tiene desde julio de 2006, con ampliaciones en 2011, 2012 y el reglamento recientemente publicado. Se trata de actuar desde la explotación del petróleo a la petroquímica, siendo el tramo rentable el de las actividades más cercanas al petróleo crudo y Gas Natural (upstream) y no las siguientes etapas (downstream) con menor rentabilidad de acuerdo a las prácticas internacionales. Por otra parte, los objetivos de la empresa estatal son claros y si le encomiendan otras tareas técnicas dentro del giro, se le debe asignar un presupuesto y compensación económica para tales fines, de acuerdo con sus Estatutos.

Hay mucho espacio para la discusión técnica que aún no se lleva a cabo. Son muy positivos los avances en el Lote 64 que permitirían a la empresa del Estado el regreso a la explotación de petróleo y una utilidad neta adicional, en su fase operativa grosso modo, entre US$ 100 y 300 millones anuales. Es imprescindible proceder con el proyecto de modernización de la Refinería de Talara de manera integral y hasta evaluar ampliar más su capacidad de refinación. El tema de La Pampilla y otros negocios, tendría más desventajas que ventajas que se han discutido en los medios de comunicación en las últimas semanas.

Lamentablemente el gobierno ha cometido un error al colocar tardíamente el tema del fortalecimiento de la empresa petrolera propiedad del Estado, más aún cuando se mezcla con otros temas polémicos. Su cambio de posición al inicio del gobierno y las cavilaciones ponen en peligro esta pretensión mayoritaria de los peruanos. El fortalecimiento es un tema añejo y no significa viraje estratégico alguno. Ahora, en estas circunstancias, hace el juego a los ideólogos del pasado que tendrían el pretexto perfecto para explicar la evidente desaceleración económica en curso, fruto de la inacción de las autoridades económicas, que hemos comentado en otra columna.

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