Concesiones petroleras que terminan: a licitación

 Por Pedro Francke



Nueve lotes petroleros en la zona de Tumbes, Talara y Sechura tienen sus contratos de concesión cercanos a vencerse. Son zonas de producción antigua. Los que actualmente los explotan no han invertido en exploración. Ahora, el ministro de energía y Minas Jorge Merino quiere prorrogar esos contratos por 10 años más
El presidente de Perupetro ha dicho que la prórroga será por licitación. ¿Cómo puede prorrogarse un contrato ya firmado con una determinada empresa, por licitación? Es obvio que si la relación es con una sola empresa, no puede haber competencia alguna. Nos quieren vender gato por liebre y llamar a una negociación hecha de manera poco transparente, “licitación”. Tramposazos.

¿Cómo justifican no hacer una licitación abierta? Según el presidente de Perupetro, porque “vamos a demorar en hacerlo y los contratos van a terminar y la producción va a seguir declinando”. Disculpen, pero se sabe que estos contratos petroleros vencían desde hace 20 años, ¿no podían prepararse con antelación? Este gobierno tiene 20 meses en el poder, ¿no es tiempo suficiente? Francamente¡.

El otro argumento es que las empresas ya no están invirtiendo y la producción está declinando. Con ese argumento, todo contrato petrolero se convierte en eterno: cada vez que esté por vencerse el plazo, la empresa no invierte, la producción decae, y voilá, una nueva prórroga se hace necesaria. Lo mismo se podría aplicar, claro, a cualquier concesión estatal, sean estos aeropuertos, carreteras, puertos, servicio telefónico: todos entregados a perpetuidad. ¿Y la competencia?, ¿y la separación entre Estado y empresa?

La alternativa es simple: licitación. Al que pague más regalías, se le da el contrato. Las bases pueden incluir como requisito una participación para PetroPerú y sobre todo que profesionales peruanos sean capacitados y asuman puestos directivos, que haya mínimos de inversión y que toda la información geológica y productiva pase al Estado. Los requisitos ambientales y sociales de ley, desde luego, deberán cumplirse con el rigor necesario.

Competencia, nada más! Esto no es neocomunista ni anti-inversión, solo transparencia y defensa del bien público. Ojalá me acompañen los liberales peruanos en esta demanda, digo, es un decir, ya que lo que pedimos es solo que haya competencia en vez de que se decida a dedo

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