La importancia del CELAC-UE

 Por Carlos Alonso Bedoya


Me ha dado mucha risa el artículo que ha publicado Mariano Rajoy, jefe del gobierno español, en El Comercio el jueves pasado, día en que visitó Lima. Se pone a pontificar sobre las bondades del crecimiento económico peruano como quien da clases.
Rajoy dice: “así se hace, muchachos”, y al mismo tiempo España tiene a millones de españoles sin empleo y está que se desbarranca con una deuda que supera en varias veces su producción. España cruza los dedos para no quebrar, aunque en quiebra está hace rato.

Está hasta las patas. Pero ojo, España hace cinco años mostraba las mismas cifras macroeconómicas que el Perú.

Con todo, el artículo de Rajoy parece escrito por alguien que tiene éxito, pero en el caso de España, son puras cifras en rojo. Francamente, es como para que se lleve “la concha del año”.

Pero así es el colonialismo y eso no solo se muestra en sus palabras, sino en que los bancos españoles como el BBVA, Santander y otros, hacen miles de millones en América Latina, para luego repatriar sus utilidades para contribuir en algo con la hecatombe ibérica. Es como que nos dice: sigan así, muchachos, sigan financiando nuestras deudas.

Es que según especialistas como el mexicano Manuel Pérez Rocha, el BBVA hace aproximadamente el 30 por ciento de sus utilidades solo en México. En el Perú pasa lo mismo, con las tremendas tasas que cobran a través de sus tarjetas de crédito y otros productos financieros. Ni qué decir de Telefónica. La hacen linda por estas tierras.

Y todo eso tiene que ver con el interés que muestran en el Acuerdo Multipartes que ha firmado la Unión Europea con Perú y Colombia, y con el Acuerdo de Asociación (AdA) que ha suscrito con CentroAmérica.

Están buscando mercados y beneficios para sus inversiones, con el fin de generar utilidades en otras regiones para amenguar la tremenda crisis económica que afrontan.

Por eso la importancia que en Santiago de Chile se produzca la I Cumbre CELAC-UE y no un sétimo encuentro ALC-UE. Eso es un símbolo de lo que se ha avanzado en una década, desde que aparecieron los primeros gobiernos progresistas en la región.

Pues tras seis reuniones bianuales entre los países de Europa y los de este lado del planeta, es LA PRIMERA vez que nuestra América se presenta como un solo bloque, bajo el sombrero de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

A diferencia de las seis citas anteriores con Europa: ALC-UE (1999, 2002, 2004, 2006, 2008 y 2010) donde los Estados europeos asistían con intereses en bloque, y los de nuestra región sin mayor articulación y compitiendo muchas veces en el ámbito bilateral; en esta ocasión, los intereses de los países de América del Sur, MesoAmérica y El Caribe se presentan al menos reunidos en una gran instancia.

No quiere decir que por arte de magia, las visiones de países como Venezuela, Ecuador, Bolivia, Uruguay, Brasil o Argentina, sean las mismas que las de México, Perú, Chile o Colombia en temas como los del comercio. Pero al menos se articularon las grandes coincidencias regionales en el caso de la migración, la cooperación, la inversión en tecnología o el diálogo político bajo una gran voz.

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