La caída del dólar y el intervencionismo neoliberal

 Por Carlos Monge Salgado


Las predicciones sobre el tipo de cambio en el 2013 comienzan a poner nerviosos a los economistas neoliberales y, para sorpresa de muchos, algunos de ellos comienzan a reclamar lo que supuestamente tanto odian: la intervención del Estado.
Así por ejemplo, el excandidato presidencial Pedro Pablo Kuczynski ha alertado que hacia finales del verano el dólar bajaría hasta 2.30 soles, y más aún hacia fines de año.

En respuesta, PPK reclama que la intervención del Banco Central de Reserva (BCR) no se limite a la compra de dólares en el mercado, sino que incluya ciertos límites al ingreso de capitales especulativos al mercado peruano.

Sucede que desde hace tiempo el BCR viene comprando diariamente millones de dólares para evitar que el valor del dólar se desplome, y que es gracias a esta intervención que el valor de la moneda norteamericana no se ha caído aún más. Pero PPK no solo celebra esa intervención del Estado en el mercado, sino que pide mucho más: que se límite el ingreso al Perú de capitales especulativos que no encuentran hoy ni en EEUU ni en Europa oportunidades interesantes para invertir.

Y todo esto para proteger a sectores exportadores nacionales que tienen sus costos en soles (caros) y sus ganancias en dólares (baratos) y salen perdiendo competitividad con la devaluación del dólar.

Es decir, el neoliberal se vuelve intervencionista, piensa que hay que proteger a sectores de la industria exportadora nacional y reclama que el Estado intervenga.

Sin embargo, el análisis de PPK se queda corto. Se centra en el manejo del dólar desde los Estados Unidos (bajas tasas de interés y dólar barato para tratar de reactivar su alicaída producción y sus exportaciones), pero no menciona que la cara peruana del problema es la estrategia primario exportadora centrada en la exportación de minerales, vigente desde los años de Fujimori y que el presidente Humala no se atreve a cuestionar.

Porque ya es más que evidente –y así lo señala la Comisión Económica para América Latina y el Caribe- que en el Perú y en varios otros países de la región se vive el fenómeno de la llamada “Enfermedad Holandesa”, en donde el éxito exportador minero genera el ingreso de un chorro de dólares que se tira abajo el tipo de cambio y afecta negativamente a otros sectores manufactureros con vocación exportadora.

El asunto es que es poco lo que desde el Perú podemos hacer respecto de la manera cómo el gobierno de EEUU promueve sus exportaciones, pero si podemos –como lo sugiere PPK- poner límite a los capitales especulativos en el Perú y, como reto de fondo, abandonar la estrategia extractivista primario exportadora y apostar por una basada en la diversificación económica y el uso sostenible de los recursos naturales renovables. Pero claro, eso significaría chocar con el poderoso lobby minero. ¿Se atreverá PPK a tamaño pecado?

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