India da el ejemplo
Por Roberto López Linares
Los tratados comerciales multilaterales (ADPIC por ejemplo) y los bilaterales (TLC Perú-USA) incluyen una sección relacionada con las patentes farmacéuticas que en la práctica crean “monopolios legales” y resultan en altos precios de los medicamentos protegidos.
La India es miembro de la OMC y puso en vigencia en 2005 una ley de patentes en la que ha incluido importantes salvaguardas para proteger el acceso a medicamentos. Por ejemplo, no otorga patentes a medicamentos que no demuestran “altura inventiva”, es decir, que el proceso para hacer el medicamento es obvio para aquellos entrenados en la materia; dicho sea de paso, está restricción está también en la legislación peruana ya que es un criterio universal para otorgar patentes.
Otro criterio en la ley india es que no se otorgan patentes a medicamentos que no ofrecen un beneficio terapéutico significativo con relación a los medicamentos existentes; un mecanismo que evita patentar aquellos productos conocidos como “me too” (“yo también hago lo mismo”).
La India no solo tiene una ley estricta sino que la aplica. Recientemente ha revocado una patente de la compañía Roche para su producto Pegasys (peginterferon alfa-2ª) usado para la hepatitis C. El costo de tratamiento con el producto patentado –es decir en monopolio- alcanza entre los US$ 10 mil y 15 mil. Con la decisión de la India se allana el camino para producir una o varias versiones de genéricos de este medicamento y que por cierto serán más baratos, de los cuales también se podrán beneficiar los sistemas de salud de otros países a condición de que no estén limitados por una patente al producto mencionado. Es tiempo que en el caso de Perú se evalúe cómo y con qué criterios, el INDECOPI está otorgando patentes.
Otro tema que revela este caso es que la innovación en la industria farmacéutica no es frecuente y la gran industria hace esfuerzos por maquillar moléculas ya conocidas y presentarlas como nuevas, con modificaciones triviales y que además no constituyen aportes terapéuticos significativos.
Esto llama la atención a que países como Perú, participantes de la negociación del Acuerdo Trans-Pacífico (TPP por siglas en inglés), tomen una posición firme para evitar que se impongan nuevos mecanismos de protección de la propiedad intelectual, como la extensión de patentes o las patentes para nuevos usos, nuevas formas de moléculas, etc. que alejan los medicamentos de los bolsillos de la gente y de los sistemas de salud.
Los tratados comerciales multilaterales (ADPIC por ejemplo) y los bilaterales (TLC Perú-USA) incluyen una sección relacionada con las patentes farmacéuticas que en la práctica crean “monopolios legales” y resultan en altos precios de los medicamentos protegidos.
La India es miembro de la OMC y puso en vigencia en 2005 una ley de patentes en la que ha incluido importantes salvaguardas para proteger el acceso a medicamentos. Por ejemplo, no otorga patentes a medicamentos que no demuestran “altura inventiva”, es decir, que el proceso para hacer el medicamento es obvio para aquellos entrenados en la materia; dicho sea de paso, está restricción está también en la legislación peruana ya que es un criterio universal para otorgar patentes.
Otro criterio en la ley india es que no se otorgan patentes a medicamentos que no ofrecen un beneficio terapéutico significativo con relación a los medicamentos existentes; un mecanismo que evita patentar aquellos productos conocidos como “me too” (“yo también hago lo mismo”).
La India no solo tiene una ley estricta sino que la aplica. Recientemente ha revocado una patente de la compañía Roche para su producto Pegasys (peginterferon alfa-2ª) usado para la hepatitis C. El costo de tratamiento con el producto patentado –es decir en monopolio- alcanza entre los US$ 10 mil y 15 mil. Con la decisión de la India se allana el camino para producir una o varias versiones de genéricos de este medicamento y que por cierto serán más baratos, de los cuales también se podrán beneficiar los sistemas de salud de otros países a condición de que no estén limitados por una patente al producto mencionado. Es tiempo que en el caso de Perú se evalúe cómo y con qué criterios, el INDECOPI está otorgando patentes.
Otro tema que revela este caso es que la innovación en la industria farmacéutica no es frecuente y la gran industria hace esfuerzos por maquillar moléculas ya conocidas y presentarlas como nuevas, con modificaciones triviales y que además no constituyen aportes terapéuticos significativos.
Esto llama la atención a que países como Perú, participantes de la negociación del Acuerdo Trans-Pacífico (TPP por siglas en inglés), tomen una posición firme para evitar que se impongan nuevos mecanismos de protección de la propiedad intelectual, como la extensión de patentes o las patentes para nuevos usos, nuevas formas de moléculas, etc. que alejan los medicamentos de los bolsillos de la gente y de los sistemas de salud.
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