La educación descuidada

 Por José Oscátegui Arteta


En febrero de este año el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicó en inglés un estudio (Information Techology and Student Achievement: Evidence form the One Laptop per Child Program) sobre los efectos de un programa aplicado con mucha fanfarria en nuestro país, durante el gobierno de García. Me refiero a la distribución de una computadora por alumno en las zonas pobres del Perú.
 El objetivo del estudio fue evaluar el impacto del programa sobre el aprendizaje en áreas básicas como Lenguaje y Matemáticas, pero también si influía favorablemente en la matrícula de los estudiantes, en su asistencia a la escuela, en su deseo de estudiar en casa y en sus hábitos de lectura.

Podría decirse que los resultados, aunque desalentadores, son los esperados. No se encontró efecto estadísticamente significativo sobre la cantidad de matrículados ni sobre la asistencia a la escuela. Tampoco se encontró que los padres de niños que estudian en escuelas donde no se entregó computadoras, quieran llevar a sus hijos a los colegios donde éstas existen. El uso de las computadoras tampoco modificó el tiempo que los niños asignan a la lectura o a hacer las tareas escolares.
 Al evaluar aspectos no cognitivos como el relacionado con la motivación para asistir a la escuela o para hacer las tareas en casa, tampoco se hallaron efectos significativos.

El balance general es que “… el acceso intensivo a las computadoras no produce efectos significativos en lo que respecta al logro académico, pero sí generó algunos impactos positivos sobre habilidades generales de aprendizaje ”.

En su edición del 7/4/2012 la revista The Economist , con un lenguaje más directo informa que “Perú goza de un auge económico, pero tiene uno de los peores sistemas educativos de LatinoAmérica.” Recuerda las declaraciones del MINEDU que solo 13% de los alumnos de 17 años conoce el nivel de matemáticas que debería conocer, y solo 30% de ellos tiene las habilidades de lectura. Comenta que el gobierno anterior gastó US$225 millones para comprar 850,000 “laptops” básicas una para cada niño, pero que los resultados fueron los que mencionamos líneas arriba.

La necesidad de la Revolución EducativaLo que ocurrió es que no se atendió al maestro. Se olvidó que las computadoras son “estúpidas” y hacen solo lo que se les indica hacer. La tecnología no mejora los resultados si los maestros están mal remunerados y desatendidos y no son reentrenados . La culpa no es de los maestros, el BID dice que lo que hay es “la ausencia de un modelo pedagógico claro que vincule el software con los objetivos particulares del curriculum” (esto es responsabilidad del Ministerio de Educación). El BID recomienda usar mejor los recursos públicos, pues no se puede introducir tecnología nueva cuando “los salarios de los profesores son bajos”. Recomienda aulas con menos alumnos y mejora profesional para los profesores. ¿Cuándo será igual al 6% del PBI el presupuesto para Educación?

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