Origen de las desigualdades

Por Germán Alarco Tosoni


La reducción de las desigualdades es importante para la cohesión social. Tanto las esferas en que esta se manifiesta como su origen es multidimensional. No se trata de un fenómeno mono causal. Confluyen factores históricos o de origen, étnico-culturales, políticos, dotación de infraestructura, estructura productiva (incluyendo la heterogeneidad estructural), dinámica económica y tecnológica, estructura y comportamiento de los mercados de bienes-servicios y factores, particularidades relativas al capital humano (Educación, salud y vivienda) y del capital social vinculado a la existencia de redes sociales, entre los principales factores.

La prof. R. Thorp, en un evento reciente del Ceplan, nos recordó los orígenes de la desigualdad latinoamericana en función a la modalidad de inserción al mundo occidental: espacios de colonización o de explotación a través de enclaves. Los factores étnicos-culturales fueron también importantes. La dotación de infraestructura de transporte y energética contribuye a las diferencias entre regiones del país o entre áreas urbanas y rurales. La elevada heterogeneidad estructural explica las diferencias intersectoriales y contribuye a agrandar las brechas entre las remuneraciones y las utilidades de las empresas. Los niveles educativos y de salud son causa y efecto de las diferencias interpersonales.

La incidencia de los factores explicativos varía dependiendo de la desigualdad que se pretenda enfrentar. En la distribución funcional del ingreso entre remuneraciones y utilidades de empresas intervienen la historia, la estructura económica, la dinámica económica y tecnológica, la estructura y evolución de los mercados de bienes, servicios y factores. Para explicar las diferencias entre áreas urbana y rural hay que agregar las condiciones de la infraestructura. En el caso de la distribución personal del ingreso hay que considerar todos los factores anteriores y los asociados al capital humano.

La mitigación de la desigualdad requiere la identificación de sus múltiples factores causales, los mismos que pueden variar en el tiempo. Luego de esto debe definirse el abanico de instrumentos útiles para enfrentar cada uno de estos elementos. A continuación hay que seleccionar, establecer la dosificación necesaria y evaluar las alternativas. La complejidad de este proceso no debe ser excusa para dejar de actuar y permitir que la desigualdad se acreciente.

Comentarios

Entradas populares