La Compleja Agenda Minera

Por Carlos Monge.


La campaña propagandista en curso lanzada por la Empresa Yanacocha en favor de su proyecto Mina Conga, nos plantea una idea simple: la minería contribuye positivamente con todos los aspectos de nuestras vidas. Ojala que fuese así. Pero, lamentablemente, no lo es.

La minería trae mucha renta fiscal y algo de empleo en las zonas de su influencia. Pero también es LA PRIMERA fuente de conflictos sociales en el Perú, los que plantean una compleja agenda política y legislativa que está muy lejos de la realidad rosa que los comerciales de Yanachoca nos presentan.

De un lado, estos conflictos cuestionan la continuidad de un esquema en el que la inversión minera sostiene el crecimiento económico y la renta fiscal necesaria para el gasto (inclusión) social. Por ejemplo, Cajamarca tienen inversión minera hace dos décadas y tienen abundante renta fiscal hace una década, pero sigue habiendo harta pobreza. Los mismo pasa en varia otras regiones productoras.

De otro lado, estos conflictos ponen en cuestión un marco institucional para la toma de decisiones, heredado del Fujimorismo y que hoy se expresa en decisiones centralizadas y sectorializadas en el MINEM, con MINAM débil y autoridades y poblaciones regionales y locales pintadas en la pared. Por ejemplo, el MINAM ni siquiera había sido consultado sobre el EIA que el MINEM le aprobó al proyecto Mina Conga en el 2011.

No hay pues felicidad garantizada. Por el contrario, hay una agenda minera doblemente compleja: cambiar el modelo de desarrollo de manera tal de no depender de la gran minería para generar ingresos públicos, empleo y divisas. Y cambiar la manera de tomar decisiones respecto de dónde y en qué condiciones se hace que minería.

Por si esto fuese poco, tenemos también por delante dos retos más: distribuir mejor y usar bien las rentas que la minería legal ya existente genera, y poner bajo control a la minería ilegal que lo depreda todo.

No podemos encarar seriamente la complejidad de la agenda minera con propaganda bonita que vende contenidos entre simplistas y abiertamente falsos. Hay que mirar la realidad tal como es, dar cuenta de su complejidad y abordar con seriedad los retos que ella nos plantea. Por más recursos que se puedan tener, una buena agencia de publicidad puede servir para generar una ilusión, pero no es la solución.

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