Mandrake y la Crisis Financiera Internacional

Por Edgardo Cruzado

La semana pasada se declaró, en forma oficial, que el mundo ingresaba a una nueva crisis financiera de escala internacional. El debate entre los entendidos se ha concentrado en definir si se trata de una nueva crisis o es la extensión de la crisis del 2008, la opción por una u otra orientación es central, sobre ella se define la manera en la que los gobiernos deben reaccionar para apaliar, en la medida de lo posible, su impacto negativo sobre sus economías.
En nuestro caso la onda expansiva de la crisis, a partir de la rebaja de la calificación de la deuda de Estados Unidos, ha sido inmediata. Nuestra bolsa sintió la pegada, la semana pasada se hablaba de “terremoto financiero” en nuestro país, los italianos han salido a recortar salarios y los españoles adelantaron la convocatoria a las elecciones de primer ministro.

El Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), que tiene como función central soportar nuestra economía en situaciones como esta, salió a la plaza para anunciar que tenemos en nuestras espaldas 47 mil millones de dólares en reservas (RIN), que representan nada menos que un tercio de toda la producción nacional en un año. En relación con el 2008, tenemos 10 mil millones más, el único problema es que los dólares hoy valen menos que hace tres años. La preocupación no es ociosa, por eso este diario responsabiliza al Presidente del BCRP por guardar dólares en lugar de, por ejemplo, oro, nuestras reservas podrían ser relativamente menos líquidas, pero tendrían más valor y estarían mejor protegidas.

Ahora bien, no se trata de ser Mandrake. Una cosa es la gestión de las finanzas privadas de cada uno, en eso cada quien puede leerse las cartas, visitar a los maestros de las Huaringas o seguir su instinto. En cambio, con la gestión de las finanzas del país, los peruanos tenemos derecho a saber los criterios que se siguen, los escenarios que se están evaluando y los objetivos que se esperan alcanzar.

Las acciones que despliegue el BCRP y el MEF los próximos meses pueden ser parte de la solución, o parte del problema, para que nuestra economía se defienda de los problemas de la economía internacional. Que no sea como el 2008, que entramos tarde, quebramos buena parte de nuestro sector exportador y nadie asumió los platos rotos.

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