La contraofensiva no tardará

 Por Carlos Alonso Bedoya



Apenas con un mes de gobierno ya podemos celebrar varias cosas que nos está trayendo la nueva correlación de fuerzas en el Perú: el aumento del salario mínimo, la ley de consulta, el nuevo impuesto que tendrán que pagar las mineras, el inminente inicio de agresivos programas sociales y que el gas barato del lote 88 sea destinado íntegramente al mercado nacional en lugar de exportarse a México o Chile.

Además de que el principal eje de integración será ahora el regional. Empezamos a mirar con otros ojos a América del Sur, lo que se concretará no solo en temas políticos y sociales, sino también económicos y financieros en el marco de la Unasur.

Y aunque algunos aún no lo creen, lo cierto es que nuestro país empieza a recuperar márgenes de soberanía al tiempo que mejora su posición de negociación frente a la inversión privada. Lo que es bastante radical si consideramos como nos hemos parado frente a los capitales foráneos durante los últimos años.

Por ello la contraofensiva de los que tuvieron la sartén por el mango no va a tardar en mostrar su fuerza, configurándose al menos dos campos de batalla.

El primero tiene que ver con los efectos de la crisis económica global. Estoy seguro que a toda costa se empezará a operar para que el gobierno tarde en la aplicación de un plan de estímulo económico y nuevamente repitamos la experiencia de finales del 2008 e inicios del 2009, cuando frenamos en seco la velocidad de crecimiento económico. De 11.6% de crecimiento registrado en septiembre del 2008, pasamos a 0.1% en febrero del 2009. En ese mismo periodo perdimos velozmente 5 mil millones de dólares de nuestras reservas internacionales. Un escenario parecido en el 2012, sería un duro golpe a los impulsos de cambio del gobierno de Humala.

El segundo escenario también tiene que ver con lo internacional. En la última semana ha sido noticia – y no por gusto – que el Perú podría perder más de 4 mil millones de dólares en los procesos de arbitraje que varias empresas extranjeras han interpuesto en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI).

Y esto no es aislado. Todos los gobiernos de la región que le han parado el macho a las trasnacionales y puesto en valor la capacidad de negociación estatal frente a ellas, exigiendo lo justo en impuestos y desempeño, se han visto amenazadas con este chantaje multimillonario. La consigna es que no puedes hacer política pública soberana, porque inmediatamente se activan los candados neoliberales contenidos en cuanto Tratado Bilateral de Inversión (TBI), Convenio de Estabilidad Jurídica o Tratado de Libre Comercio (TLC) tengamos vigentes. Estamos advertidos.

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