Esa película ya la vimos


 Por Armando Mendoza

Este jueves se presenta el gabinete Lerner ante el Congreso, lo que genera una natural expectativa, no sólo por marcar los 100 primeros días del nuevo gobierno, sino también por encontrarnos en un momento de incertidumbre ante la marcha de la economía mundial, siendo que las señales de recesión en los países del primer mundo son cada vez más evidentes y surgen las interrogantes sobre qué tan bien preparados estamos ante lo que se viene.
Veamos primero lo bueno: la economía peruana se encuentra en una situación relativamente fuerte para hacer frente a la recesión global. Contamos con abundantes reservas internacionales, baja inflación, bajo nivel de endeudamiento, equilibrio fiscal, un fondo de estabilización bien provisto, entre otras fortalezas. En ese sentido, la presentación de este jueves del premier Lerner debería ayudar a apuntalar la confianza con un mensaje realista sobre el posible impacto de la crisis global y las contramedidas que desde el gobierno se están implementando. Hasta ahí lo bueno.
El problema es que no queda claro si todas las autoridades a cargo del manejo económico son plenamente conscientes de la situación que encaramos, y prefieren seguir jugando en el bosque mientras la recesión no está. En particular, hay la impresión de que el titular del Ministerio de Economía y Finanzas, Castilla, es un funcionario muy correcto, pero más bien estrecho de miras, sin el vuelo y la correa necesarios para dejar de lado los manuales de la ortodoxia, y tomar las medidas que la lógica y el sentido común aconsejan.
En particular, las recientes declaraciones por parte del ministro sobre un presupuesto 2012 “conservador” suenan escalofriantemente similares a la famosa “modulación del gasto” que en el 2008, en plena crisis mundial, propuso Valdivieso, el entonces titular del MEF, y que, por supuesto, contribuyó a tumbarse a una economía peruana ya golpeada por el desfavorable entorno global. De igual manera, proponer dedicar apenas un 0,15% del PBI adicional a los programas prioritarios como Cuna Más, Juntos y Beca 18, entre otros, debería interpretarse como expresión del desinterés de Castilla por los temas sociales.
Así, el MEF está apostando sus fichas a que el impacto de la recesión mundial en el Perú no será fuerte, que no tendremos mayores problemas de crecimiento y que no hay necesidad de incrementar la inversión pública para contrarrestar la desaceleración económica. Es decir, fundamentalmente la misma receta aplicada en el 2008, gracias a la cual en el 2009 terminamos con una economía en contracción, que solo gracias a los malabares estadísticos del INEI registró una tasa oficial de crecimiento de 0,9%. Esa película ya la vimos y su final no fue bueno. No necesitamos ver ahora a Castilla protagonizando Valdivieso II: el Retorno.
Ojalá, por el bien del país, el ministro no se equivoque en su apuesta; pues si está errado, las consecuencias no solo serán de que probablemente él pasará a la historia del MEF como “Castilla el Breve”, sino que millones de peruanos verán amenazados los frutos que con tanto esfuerzo y sacrificio lograron en estos años.

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