El nuevo gobierno y la situacion mundial

 Por Oswaldo de Rivero



Hoy el mundo está de cabeza, las economías de los países desarrollados ya casi no crecen y están fuertemente endeudadas, hasta tal punto, que Estados Unidos ha visto su crédito degradado.

En contraste, muchos países llamados “en desarrollo” crecen pero lo hacen con gran exclusión social, en medio de un gran atraso tecnológico y enfrentando precios internacionales de la energía y los alimentos cada vez más caros.

Esta situación es el resultado de más de veinte años de globalización. Un proceso que ha terminado por afectar más a los países ricos debido a que ha “financializado” sus economías hasta el punto de hacer que las operaciones financieras especulativas o riesgosas sean mayores que las inversiones en la economía real. Y ante a esta situación, que nadie regula, el poderoso G20 se ha convertido en un verdadero G0.

Sin embargo, hoy los países ricos como los pobres tienen algo en común, como resultado de la globalización, como es una perniciosa exclusión social que está dejando sin futuro a las nuevas generaciones. El Desempleo juvenil mundial (15-25 años) ha crecido como nunca, batiendo el récord histórico al alcanzar ahora el 13 %. En América Latina ha llegado hasta al 16% y en el Perú hasta el 18%.

Hoy la clase media occidental y japonesa que era la que más consumía tiene sus bolsillos afectados por la crisis. Si esto persiste entraremos en otra recesión global ya que las clases medias de China y las de otros países en desarrollo, más pequeñas y más pobres, no podrán reemplazar el consumo de occidente y del Japón.

Si occidente y el Japón no consumen como antes China no venderá como antes, y si China no vende como antes, tampoco lo harán los países en desarrollo cuyo crecimiento depende en gran parte de sus exportaciones de materias primas para la industria china.

Una segunda recesión mundial es así una probabilidad porque además, en los países ricos, se está absurdamente combatiendo la crisis con una dogmática austeridad que está reduciendo aun más el consumo.

Como dije en mi artículo anterior el nuevo gobierno debe hacer un seguimiento a la crisis y tener un plan B.

Sin embargo, en medio de este desbarajuste económico global, la situación política internacional no es mala para el nuevo gobierno del Perú porque en casi todos los países las nuevas generaciones protestan ante la crisis pidiendo democracia con inclusión social. Algo que precisamente es el objetivo político central de este gobierno.

El nuevo gobierno del Perú es así uno de los pocos en el mundo que, ante la crisis, plantea lo mismo que quieren las nuevas generaciones: inclusión social.

Por ello, es necesario que la lucha contra la exclusión social se concentre en el Perú sobre todo en los jóvenes y se difunda este esfuerzo al mundo a través del discurso de nuestra diplomacia para hacer de la juventud global nuestra aliada.

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