La desaceleración económica que hereda Gana Perú

 Por Otra Mirada

En los últimos días ha salido a flote la discusión en torno a cómo deja la actividad económica esta segunda gestión de García.
Se ha hablado de una desaceleración provocada por un “frenazo” en el  gasto público e incluso se ha especulado respecto a una posible recesión económica. Revisemos el tema.
Lo primero que hay que preguntarnos es ¿hay o no una desaceleración en la economía? Al respecto las cifras oficiales son claras, en los últimos meses la economía nacional ha experimentado una fuerte desaceleración. Cifras convencionales y/o desestacionalizadas¹ (ver gráfico) muestran este hecho. Respecto a este punto no hay mayores dudas y existe un claro consenso entre economistas.
          Gráfico: Cifras desestacionalizadas de crecimiento del PBI (Var. %)

          Fuente: BCRP/ Informe de la Comisión de Transferencia. Elaboración propia
La segunda pregunta que toca formular es ¿cuán fuerte será esta desaceleración? Para este cometido es necesario centrar el análisis en el cambio o no de la tendencia del ritmo de crecimiento económico. En rigor, para tratar este tema hay que revisar las cifras desestacionalizadas (ver gráfico). Si uno revisa el gráfico puede observar que si bien hay una fuerte desaceleración, no se puede llegar a la conclusión de un quiebre en la tendencia debido a la falta de información de por lo menos un trimestre adicional. Por lo tanto habrá que esperar a la publicación de estos datos para recién poder referirnos al tema de forma más concreta y rigurosa.
La tercera cuestión es el por qué de esta desaceleración. Al respecto hay que revisar nuevamente las cifras. En términos reales² de cada S/.100 que se gastan e invierten en el país, 85 pertenecen al sector privado (de éstos el 80% corresponde al gasto y 20% a la inversión) y 15 son del sector público. En la actualidad el principal motor del crecimiento económico en el país es el sector privado y en este sector las expectativas juegan un rol clave.
Revisemos entonces la Encuesta de Expectativas Macroeconómicas del BCRP. De acuerdo a ésta, la confianza empresarial pasó de una situación optimista (65) en marzo a una pesimista (46) en abril, reflejo del resultado electoral. Sin embargo, en mayo la confianza se recuperó (49) y se ubicó muy cerca de retomar el tramo optimista (mayor de 50). No obstante, es predecible que nuevamente para junio este indicador se contraiga por los resultados electorales. Como resultado de esta situación, los proyectos de la actividad privada se contraen y afectan la actividad económica del país. Ésta es la principal razón de la desaceleración.
No obstante, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) se ha encargado de agudizar esta situación con el Decreto Supremo 012-2011 que redujo severamente la inversión pública. En el primer trimestre de 2011 la inversión del Gobierno General se contrajo interanualmente en 20%. Si bien este resultado se debe, principalmente, al cambio de autoridades de los gobiernos locales y regionales, de acuerdo a Waldo Mendoza la inversión del Gobierno Nacional, que es de responsabilidad directa del ministro Ismael Benavides, paso de crecer en 21% el último trimestre de 2010 a contraerse en 43% en enero-abril de este año. Un fuerte “frenazo”. Al respecto, si bien es cierto que la reducción del gasto es una de las herramientas del MEF para poder llegar a la meta de superávit fiscal, ¿no habría sido acaso más coherente y sensato el no reducir el IGV en un punto porcentual con lo cual el fisco hubiera recibido mayores ingresos y así evitar tan fuerte “ajustón”?
Para cerrar, son el sector privado (en mayor medida) y el público los factores que explican este escenario de desaceleración. Para el caso del sector público, la irresponsable reducción del IGV le pasó la factura al MEF que tuvo que ajustar por el gasto agudizando más la desaceleración de la actividad económica. Pero más allá de este tema, hay uno más interesante y es cómo el MEF afectó a las expectativas del sector privado. Para este punto es importante recordar la activa participación de Benavides a lo largo de la campaña electoral criticando sistemáticamente a las propuestas económicas de la agrupación hoy electa. Benavides como toda persona tiene el legítimo derecho a discrepar de cualquier propuesta, no obstante como Ministro de Economía tiene la responsabilidad de garantizar el buen desenvolvimiento de la economía nacional. En ese sentido, el titular del MEF antes que promover un clima de tranquilidad y certidumbre en aras de un buen desenvolvimiento económico nacional, se empecinó en generar mayor pánico e inseguridad en las expectativas de los agentes privados perjudicando a la economía en su conjunto.

¹Las cifras desestacionalizadas son aquellas que deducen o dejan de lado los efectos estacionales de una economía
² Nos referimos al año 2010.

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