PRODUCCIÓN Y REGALÍAS EN PIURA Y TUMBES

 Por Jorge Manco Zaconetti


Por los problemas políticos que sacuden el Medio Oriente en Túnez, Egipto, con una ola expansiva hacia más países que se caracterizan por gobiernos autoritarios propios del despotismo oriental, el precio internacional del petróleo tiende al incremento especulativo con una nueva característica, el precio referencial para Europa el petróleo Brent supera al marcador de nuestro hemisferio el WTI, con precios que superan la barrera de los 100 dólares el barril, con tendencia ascendente.

Evidentemente ello nos afecta en la medida que las importaciones de petróleo crudo superan los volúmenes de 100 mil barriles diarios, siendo Repsol/YPF y luego PetroPerú los principales importadores para satisfacer el mercado interno. Por tanto, resulta previsible un ajuste en los precios internos de los combustibles de mantenerse la curva alcista de los precios del crudo a nivel internacional.

Sin embargo, este incremento del precio a nivel internacional también tiene efectos colaterales pues eleva el valor de la producción interna y las regalías que percibe el Estado a través del ente promotor y supervisor de los contratos como es PerúPetro. De allí, la necesidad de promover la producción interna de crudo para desplazar la importación de petróleo y derivados como el diesel, pues la producción doméstica abona regalías e impuestos, y generando poder de compra en la economía local.

Si bien el efecto Camisea ha sustituido el consumo del diesel y a los petróleos residuales en la generación eléctrica pues un 30% de la generación se realiza con gas natural, en la producción y consumo del gas licuado somos autosuficientes con márgenes de exportación, el parque automotor en más de 220 mil unidades utiliza el gas natural o el gas licuado de petróleo (GLP). Sin embargo, seguimos siendo dependientes del petróleo y derivados, a pesar del aumento del mercado interno del gas natural.

En tal sentido, sirva para el análisis la realidad de algunas empresas del noroeste y del Zócalo Continental que han incrementado de manera significativa la producción de crudo en los lotes que operan. Estas empresas podrían ser denominadas “pequeñas empresas” en el sector de hidrocarburos si se utiliza referentes internacionales. Empresas petroleras como Interoil Perú de capitales noruegos, Olympic de capitales norteamericanos con residencia en Chile, de BPZ Energy que tiene como accionistas al brazo financiero del Banco Mundial, el Internacional Finance Corporation (IFC), al fondo de Soros, y accionistas de nacionalidad peruana como los Zuñiga y Rivero. Más la empresa de capitales nacionales como Petrolera Monterrico del grupo Vera Gutiérrez.

Si bien es verdad existe en el largo plazo una correlación positiva entre los precios internacionales del petróleo y la producción en los lotes bajos contratos de licencia de las empresas en referencia, los altos precios resultan una condición necesaria pero no suficiente para una mayor inversión y un comportamiento creciente de la producción para depender lo menos posible de las importaciones. Con excepción del Z-1 explorado por PetroPerú en la década de los setenta, los lotes del noroeste corresponden a los viejos campos de la Cuenca Talara.

EL CASO BPZ EN EL Z-1

Al margen del lote Z-1 operado por BPZ Energy todos los demás lotes han sido explorados y explotados en el pasado por la Internacional Petroleum Company (IPC), y PetroPerú directamente hasta 1990. Por ello, los lotes II, XV, XX operados por Petrolera Monterrico; los lotes IV y III, bajo responsabilidad de Interoil Perú, y el lote XIII operado por Olympic constituyen parte de los llamados campos maduros de Talara, donde existen todavía reservas de crudo y gas pero en pequeños bolsones en razón de la peculiar geología de la zona, con marginales volúmenes de hidrocarburos que exigen la perforación permanente en varios lugares siguiendo el desplazamiento del oro negro.

Nada de esto sería posible sin la experiencia y capacidad de los trabajadores que “huelen” el petróleo, trabajadores que se desenvuelven bajo regímenes de contrata y services percibiendo salarios que no guardan proporción con la riqueza generada.

En el caso de BPZ que opera en el mar frente a las costas de Tumbes con una producción creciente desde el 2008 donde se extraían un promedio de 2,145 barriles diarios se transita en el 2010 a un nivel de 4,157 barriles diarios, es decir un aumento de casi el 100%, tal como se puede observar en el cuadro “Perú: Producción Anual de Algunas Empresas Petroleras del Noroeste”, expuestas en miles de barriles día calendario (MB/DC),


Si bien es digno de destacar las crecientes inversiones realizadas por BPZ Exploración & Producción sobre todo en el lote Z-1 con inversiones entre el 2004 al 2009 por más de 462 millones de dólares, resulta extraño que con una producción promedio de 4,157 barriles diarios de un crudo de alta calidad, que son refinados en la unidad de Talara, PerúPetro no registre la declaración comercial de la misma.

Por lo demás los montos invertidos al margen de su importancia debieran ser supervisados rigurosamente por el organismo estatal en razón de la gran cantidad de empresas afiliadas y subsidiarias de BPZ Energy, ubicadas en Texas, Islas Vírgenes Británicas, Ecuador, Panamá y Perú.

Si a ello se agrega la tasa de regalías del 5% sobre el valor de la producción en razón del DS 017-2003, que promueve la inversión en zonas inexploradas, de alto riesgo, de difícil acceso, debiera preocupar el financiamiento del canon y sobrecanon para Tumbes y Piura. Con tales niveles de regalías que se transfieren a PerúPetro se tiene una compleja realidad, pues el abono del canon petrolero para Tumbes del 10% y el sobrecanon para Piura del 2.5% del valor de la producción, se financia del total de regalías que percibe PerúPetro..

Si se tiene presente que BPZ con una producción en el 2008 de 2,145 barriles diarios pagaba regalías de US$ 3.3 millones de dólares y el 2010 con una producción de 4,157 barriles diarios transfería a PerúPetro regalías del orden de US$ 6.3 millones resultaría evidente que el canon petrolero de Tumbes se financia de otras fuentes.

Por tanto, podemos deducir que los valores faltantes para financiar el íntegro del canon para Tumbes y el sobrecanon petrolero para Piura se financian de las regalías abonadas por las otras empresas que operan en la región. De allí la necesidad de modificar la ley del canon para la región con el objeto que la base de determinación sea el 50% de las regalías y el 50% del impuesto a la renta.

EPÍLOGO

El comportamiento productivo de las empresas que operan los llamados campos marginales Talara es positivo, pues no solamente revierten la tendencia natural al decrecimiento productivo que resulta un 10% anual, sino que mantienen la producción y/o la incrementan, destacando la empresa Interoil Perú S.A. en el lote III donde se eleva la producción de los 913 barriles diarios en el 2006 para alcanzar los 4,022 barriles diarios en el 2009 y disminuir en el 2010 a los 2,957 barriles.

En el mismo sentido es el caso de la empresa Olympic que opera el lote XIII en Piura con un extraordinario incremento de la producción, así en el 2007 se extraían 336 barriles diarios y en el 2010 se alcanzaban niveles de 3,876 barriles, tal como se puede observar en el cuadro “Perú: Producción Anual de Algunas Empresas Petroleras del Noroeste”.

Las lecciones de esta experiencia están en los significativos montos de inversión privada realizadas por las empresas, que difícilmente podrán ser realizadas por la petrolera estatal PetroPerú, de allí la necesidad a que el riesgo de la inversión sea responsabilidad de los privados, y el incremento productivo de estos lotes marginales es notable. Así, en el 2007 en los lotes en referencia se extraían 3,620 barriles diarios, en el 2008 se incrementa la producción a los 8,889 barriles por día calendario para sumar los 12,603 barriles en el 2010.

Evidentemente lo más conveniente para el país, la región, para PetroPerú y los consumidores es que la producción interna se incremente, con un crudo ligero de alta calidad que pueda ser tratado en la Refinería de Talara, para una mayor producción de condensados medios en especial del diesel que se importa en gran medida. De allí la necesidad de medidas sensatas en la promoción de la inversión privada, donde el riesgo sea asumido por privados, donde se aumenten las reservas probadas y la producción, como fue el objetivo central de la llamada ley de promoción de las inversiones en los campos marginales de Talara.

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