Europa: la socialización de las pérdidas


El epicentro de la actual crisis que recorre Europa es que los gobiernos han decidido socializar las pérdidas del sistema bancario privado. Eso ha llevado a un enorme aumento de la deuda pública, que estaba en 7% del PBI pero que ahora ya llega al 100% del PBI. Y dentro de poco va a llegar al 120%, cosa que ya sucede con Grecia.
Estas intervenciones gubernamentales para salvar a los bancos lo único que han hecho es aumentar la magnitud de los problemas de las deudas de los países (“deudas soberanas”) como Grecia, Irlanda y Portugal. Como esos países son incapaces de salvarse con sus propios recursos, recurren ahora a los supersoberanos –el FMI, la Unión Europea y la eurozona– para que los rescaten.
Esquematizando, puede decirse que lo que hacen los supersoberanos es suscribir y garantizar la deuda soberana, lo que aumenta la magnitud de los problemas y, además, los concentra porque lo único que se logra es patear la deuda hacia delante.
Los párrafos que anteceden han sido tomados de una reciente entrevista a Nouriel Roubini, economista de la Universidad de Nueva York.
Agrega que, en algún momento, “la realidad se va a hacer presente pues el problema no se va a solucionar trasladando la deuda del nivel nacional al supranacional. Esa realidad se llama reestructuración y significa que, en algún momento, los acreedores de los bancos van a tener que sufrir un gran golpe porque si eso no se hace toda la deuda la van a seguir asumiendo los gobiernos. Y lo que vamos a tener es que se van a romper las espaldas de los gobiernos, es decir, que se van a volver insolventes”.
El fondo de la argumentación de Roubini es que quienes están ganando con las sucesivas rondas de salvatajes son los tenedores de bonos (a quienes se les sigue pagando puntualmente), lo que constituye la otra cara de la socialización de las pérdidas: la privatización de las ganancias.
Este punto de vista está en el centro de la discusión actual. Si la calificación de los bonos soberanos de Grecia, Portugal e Irlanda está por los suelos, ¿por qué los tenedores de esos bonos siguen recibiendo, puntualmente, la misma tasa de interés? ¿No debiera reducirse el valor de esos bonos para que reflejen la “realidad” del mercado?
Esta discusión no es nada nueva para los latinoamericanos, que conocieron el Plan Brady a fines de la década del 80 y principios de los 90. Recordemos que el Plan Brady redujo una parte del valor del principal de los títulos de deuda externa, con el objetivo de aliviar las finanzas de los países endeudados.
Esta propuesta ha ido ganando fuerza y ayer la Unión Europea aprobó un plan que entrará en vigor en el 2013. Dijo Angela Merkel, la canciller alemana: “Los tenedores de bonos tienen que sufrir un golpe en el valor de sus acreencias cuando un país tiene problemas para pagar sus deudas, lo que puede ahorrar a los contribuyentes miles de millones de euros” (www.observer.guardian.co.uk).
¿Quiénes son esos tenedores de bonos que, como era previsible, ya comenzaron a protestar? Bueno, los hay de todo tipo, desde fondos de pensiones hasta bancos de inversión, pasando por los fondos especulativos (hedge funds). Lo que nos dice es que las tensiones y movidas especulativas continuarán, lo que también afectará al euro (varios analistas afirman que su fin puede estar cerca, lo que será tema de un próximo artículo).
La socialización de las pérdidas está tensando al máximo el tejido social de los países europeos, debido a las políticas de austeridad fiscal y recortes de beneficios sociales. Y si bien los sucesivos rescates de centenares de miles de millones de euros –aumentando la deuda soberana y/o supersoberana– solo consiguen alargar la agonía de los enfermos, no cabe duda de que continúa a todo vapor la privatización de las ganancias. ¿Hasta cuándo?

AUTOR  :  Humberto Campodonico
FUENTE : CRISTAL DE MIRA

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