Después de la crisis


¿Por qué las mayores economías del mundo, Estados Unidos, Japón y la Unión Europea, muestran tan pobre desempeño? Aunque los planes de estímulo económico permitieron contener los efectos de la crisis, no parecen conducir al mundo a una nueva era de prosperidad global sino a una cuya norma fundamental parecería ser el estancamiento secular y el retroceso general del proceso de globalización. Según Olivier Blanchard, economista principal del Fondo Monetario Internacional, una recuperación sostenible, balanceada y vigorosa presuponía el logro de dos objetivos. En primer lugar, el abandono gradual de los programas de estímulo fiscal y su sustitución gradual por la demanda privada. En segundo lugar, cierta modificación en el modelo de desarrollo de China, la India y otras economías emergentes para disminuir el papel de los mercados externos y aumentar el del mercado interno. Pero las tendencias recientes nos muestran, con claridad, que el dinamismo de la inversión y el consumo privados en los países de mayor desarrollo relativo es aún insuficiente, sea por el aumento en la tasa de ahorro personal, la debilidad del sistema financiero, la depresión del mercado hipotecario o por el escaso dinamismo del progreso técnico. Tampoco se nota un cambio importante en el modelo de desarrollo de las grandes economías de Asia: continúa la acumulación de reservas internacionales, la política de resistir la apreciación de la moneda nacional y una lógica mercantilista domina todavía sus principales decisiones de política.
Que la economía mundial crezca 4.8% en el 2010 no debe sorprendernos sino la enorme dispersión de los distintos resultados regionales y la debilidad que muestra la recuperación en las economías avanzadas. Según el Fondo Monetario Internacional, en el presente año el producto de estos países crecería solo 2.8%, un resultado tan modesto que ni siquiera permite recuperar el nivel de producción existente antes de la crisis.
Nos dice la Oficina de Análisis Económico de los Estados Unidos que la economía de este país, en los últimos cuatro trimestres, creció a un ritmo promedio de 3% anual, pero también que el vigor de la recuperación, después de alcanzar un máximo en el IV trimestre del año pasado, se agotó con sorprendente rapidez.
Pero ¿qué determinaciones rigen este desarrollo tan peculiar como desconcertante? Tres son las fuerzas que parecen impulsar la expansión de la economía de los Estados Unidos: la inversión en inventarios, el crecimiento exportador y la innovación tecnológica. También tres son los determinantes de su debilidad: la depresión de la construcción, el endeudamiento de las familias y la falta de competitividad internacional. En el cuadro detallamos el balance de estas fuerzas, su influencia en el crecimiento y su dinámica de corto plazo.
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¿Cuál fue el desarrollo decisivo que detuvo la recesión y provocó la recuperación? Sin duda, la agresiva política monetaria que ejecutó el Banco Central de los Estados Unidos, pues fue esta la que permitió superar la parálisis del mercado de crédito de corto plazo, normalizar las operaciones de corto plazo de las empresas, el gasto de consumo de las familias, la distribución interna de los productos y el comercio internacional. De hecho, la expansión exportadora y la acumulación de inventarios explicaron casi la totalidad de la recuperación, fuerzas de corto plazo y de efecto transitorio, empero, porque en el primer semestre del presente año se convirtieron en el principal factor de la desaceleración.
Sin embargo, el curso de la política económica no agota la complejidad del proceso, pues ciertos factores de largo plazo contribuyeron al dinamismo. En efecto, en los últimos tres años, con la aparición de nuevos procesadores de bajo consumo de energía, el desarrollo de la televisión digital y el desarrollo del internet de banda ancha, han aparecido en el mercado nuevos bienes de consumo durable, computadoras portátiles de bajo costo, teléfonos inteligentes, sistemas operativos, redes sociales, tabletas electrónicas (IPAD), nuevos mecanismos de distribución de los contenidos digitales, que han impulsado el dinamismo de las industrias de alta tecnología. Este cambio técnico desempeñó un papel crucial en la primera mitad de este año, no solo en Estados Unidos sino en la recuperación de las economías asiáticas más avanzadas. Por ejemplo, en el II trimestre del presente año, explicó casi el 50% del crecimiento de la economía estadounidense y probablemente impidió que se materializara un nuevo descenso en el producto cuando se agotó el efecto del impulso fiscal y de la política monetaria .
¿Puede salvar este dinamismo tecnológico superior a la economía de los Estados Unidos de un largo periodo de estancamiento? No lo sabemos aún. La nueva ola de innovación tecnológica parece tener un alcance más limitado al de los 90s, pero todavía no hemos presenciado la totalidad de los nuevos desarrollos. Además, Estados Unidos no disfruta, en esta oportunidad, del monopolio del nuevo cambio técnico. Las economías asiáticas más avanzadas, como Japón, China y la India, controlan varios aspectos fundamentales del proceso. Aunque los nuevos procesadores electrónicos se diseñan en Estados Unidos, es en China y Japón donde se localizan las fábricas que manufacturan los nuevos productos, y en la India donde se comienza a realizar la programación de uso general.

AUTOR : Bruno Seminario
FUENTE : ACTUALIDAD ECONOMICA DEL pERU

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