China: Del milagro económico al infierno ecológico


Comúnmente las noticias describen sólo una China cuando en verdad existen dos. La descrita es la del milagroso crecimiento económico, que ha logrado desplazar al Japón como la segunda economía mundial. La otra China, de la que se dice poco, es un país con 800 millones de habitantes con bajísimos ingresos, sumergido en un colosal desastre ecológico sin precedentes.

Hoy de las casi 700 ciudades chinas, más de 500 tienen ya una severa escasez de agua. En China, el agua no sólo es escasa, sino que además sufre una colosal contaminación, el 75% de los ríos y los lagos están contaminados, también el 90% de las fuentes subterráneas del agua. Cerca de 700 millones de chinos toman hoy agua contaminada con desechos animales y humanos, y unos 190 millones sufren enfermedades como consecuencia de ello.

En China, las dos terceras partes de los desagües no son tratados y sus dos más importantes fuentes de agua, los ríos Yangtze y Amarillo, reciben el 40% de los desagües. Además, China vierte 2,8 billones de toneladas de aguas contaminadas al Pacifico, siendo así el mayor contaminador de este océano.

También, el aire de las grandes ciudades chinas es hoy uno de los más contaminados del mundo; sólo el 1% de los 560 millones de sus habitantes urbanos respiran aire limpio. Según la Administración del Medio Ambiente de China (SEPA), las muertes por contaminación del aire alcanzan 400 mil al año.

La principal causa de la gran polución del aire en China es el uso del carbón, el combustible fósil más contaminante, que constituye el 70% de su energía. Encima de esto China utiliza cada vez más petróleo, otra energía contaminante, cuya demanda ha crecido un 100% debido al explosivo crecimiento del parque automotor.

La mayoría de las grandes ciudades chinas está así envuelta en una nube tóxica que también se comienza a exportar. Según el Journal of Geophysical Research, las partículas de dióxido de carbono y sulfuro que integran esta nube ya están presentes en Corea, Japón, Taiwán. También han pasado el Pacífico, y ahora están en el aire de California. Hoy, la China ha destronado a los Estados Unidos como el primer emisor de gases CO2 que recalientan el planeta.

Frente a este gran ecocidio, la China contaba con el dinámico viceministro del medio ambiente, Pan Yue, quien al frente de la SEPA, luchó como nadie por un crecimiento verde de la economía. Hoy, este funcionario casi ha desaparecido de la vida pública. Todo parece indicar que los dirigentes chinos, ante la crisis global, han decidido estimular la economía y continuar con este crecimiento ecocida. No será extraño entonces que la permanente protesta por falta de agua, la gran contaminación y otros problemas ecológicos se agudice en el futuro y produzcan serias turbulencias sociales que afectarán la estabilidad de la China.

El infierno ecológico que está creando el milagro chino nos enseña que la sociedad de gran consumo no puede replicarse por los 1,300 millones de habitantes de ese país, ni tampoco por los restantes 4 mil millones de los demás países en desarrollo, ya que para lograr esto se necesitaría un planeta adicional.

AUTOR :  Oswaldo de Rivero
FUENTE : GLOBALIZACION CON EQUIDAD

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