Economía y desempeño social 2010



Pese al desempeño macroeconómico y a los excedentes generados por las principales empresas, no se ha conseguido avanzar en mayores logros en materia social. La recuperación del crecimiento económico no esta permitiendo aun una mejor distribución del ingreso y mayores estándares de calidad de vida. Las cifras de reducción de la pobreza del 54,8% del 2001 al 34,8& en el 2009 se han sostenido esencialmente por la aplicación de programas monetarios como el Programa Crecer y Juntos, sin una reducción de la pobreza estructural existentes en las áreas rurales.

Pese al desempeño macroeconómico y de las cuentas fiscales y financieras, aun se perciben grandes debilidades en la gobernabilidad en el Perú.

El repunte en el crecimiento del PBI en el primer trimestre del 2010 del 6,0%, en especial, en los sectores de la construcción (16,8%), comercio (8,1%) y manufactura (7,3%), ha estado principalmente sustentada por la recuperación de la demanda interna en un 8,1% -que cayo a 2,9% en el 2009- y en particular por la inversión bruta interna del 19,9%[1], en un contexto de mayores expectativas.

Mientras el Ministerio de Economía y Finanzas evalúa elevar la proyección del crecimiento para este año del 5,5% a un 6%, desde mayo de este año anticipo una reducción gradual del Plan de Estimulo Fiscal y una disminución de 2,850 millones de gasto fiscal para evitar un incremento de la inflación y del déficit fiscal, que se espera mantener en un 1,6%[2]. Ante la posibilidad de una segunda recaída de la economía mundial, espera lograr un superávit fiscal o al menos un equilibrio de las cuentas, para efecto de aminorar el impacto de la aplicación de nuevos planes de estímulos.

Solamente las exportaciones crecieron 0,2% en el primer trimestre de este año ($ 7,382 millones), mientras que las importaciones hicieron lo propio en un altísimo 10,6%. En el 2009 las exportaciones apenas llegaron a $ 26,885 millones, de los cuales el 78,9% fueron exportaciones tradicionales. Pese a que el Banco Central de Reserva proyecta que las exportaciones podrían llegar a los US$ 33,409 millones en el 2010[3], y compartía su optimismo con el MEF, es previsible que la caída de los precios y las consecuencias de la crisis de la Zona Euro pudieran repercutir seriamente sobre estas. Es claro que la recuperación y el crecimiento de la economía aun no están consolidados.

Aunque el sector manufacturero creció un 7,6% en el primer trimestre del 2010, este fue debido principalmente al crecimiento del sector no primario y especialmente el destinado a la producción de bienes de capital[4]. La producción del sector primario fue negativa. Pese a que el MEF estima que el sector manufacturero podría crecer al 5% en el 2010 y la Sociedad Nacional de Industrias hace lo propio en un 8,2%, aun subsisten efectos negativos en los sectores de bienes de consumo, debido a la lenta recuperación de la demanda interna.

Mientras la inversión privada creció en un 11,3% en el primer trimestre – el cual cayó a -15,2% en el 2009- y se espera que crezca un 9% este año, la inversión pública alcanzo en el mismo trimestre el 16,6%, habiendo sido del 25,5% en todo el año 2009. El Ministerio de Economía estima una menor inversión publica en el 2010, esperando que esta alcance un 6,2% del PBI al final del año[5] o US$ 8,600 millones, debido precisamente al retiro prematuro del Plan de Estimulo Fiscal y esencialmente a la reducción del gasto corriente y de inversión de los Gobiernos Regionales y Locales.

Pese a que se proyecta que la recaudación tributaria pase del 13,8% del PBI en el 2009 al 14,9% del PBI en el 2010[6], esta proyección se basa exclusivamente en un posible buen desenvolvimiento de los precios de los minerales en términos internacionales, no obstante la alta volatilidad de los comodities.

Como lo reconoce el propio Marco Macroeconómico Multianual 2011-2013, las proyecciones macroeconómicas no están exentas de riesgo. La incertidumbre sobre la evolución de la economía mundial para los próximos años se ha incrementado y subyacen riesgos que no permiten descartar una baja probabilidad con un alto impacto sobre la actividad económica.

Para un economía con un PBI de US$ 139,234 que depende precisamente de la exportación concentrada y en menor medida de la dolarización, un descenso en el precio de las materias primas por efecto la crisis de la zona euro y una depreciación del dólar frente al euro debido a la lenta recuperación de la economía estadounidense, puede acarrear consigo un debilitamiento de los términos de intercambio y un menor ingreso fiscal, con un enfriamiento de nuestra economía no esperada.

Los signos de la acumulación

A la par de estos signos de recuperación, los ingresos y utilidades de los principales grupos económicos y empresas extranjeras no han dejado de crecer.

Al cierre del 2009 los ingresos de los principales grupos económicos peruanos alcanzaron los US$ 17,326.8 millones y una utilidad de US$ 2,080 millones según The Top 10,000 Companies[7].

La lista la encabeza el Grupo Romero, con US$ 5,299.0 millones de ingresos y US$ 572.8 millones de utilidades, el cual tiene como empresas de bandera a Alicorp, Primax, Credicorp y BCP, e integrado por otras 78 empresas. Le sigue el Grupo Buenaventura encabezado por Alberto Benavides, con US$ 1,847.0 millones de ingresos y US$ 563.2 millones de utilidades, quienes tienen a su cargo la Compañía de Minas Buenaventura y otras 18 empresas, siendo su principal desarrollo Yanacocha y otras empresas de generación eléctrica, consultoras y ferroviarias.

Continúa el Grupo Brescia con US$ 1,706.8 millones de ingresos y US$ 345.5 millones de utilidades, integrada por empresas que intervienen en el rubro minero, cementero, acuicultura y sector forestal. Le siguen los otros grupos Gloria, Intergroup, Cilloniz, Ferreyros, Graña y Montero, Hochschild, Rizo Patrón, Lindley, Ikeda, Dyer, Añañnos y Corporación Cervesur.

Los ingresos de las 15 principales empresas extranjeras presentes en el Perú en el 2009, como Repsol, Telefónica, Grupo México, Xstrata, Barrick, Pluspetrol, BBVA, Falabella, Trafigura, Scotiabank, Backus, Endesa, Telmex, Glencore y Cencosud, fueron de US$ 24,496.9 millones y sus utilidades fueron de US$ 2,906.9. La minería fue el rubro en el cual estuvieron mas presentes, seguido de las empresas de servicio público y financieros.

Precisamente, en el primer trimestre del 2010, las empresas mineras multiplicaron sus ganancias. La utilidad de dichas empresas alcanzo los S/. 3,828 millones, superando en un 82% a las utilidades de similar periodo del 2009[8]. El aumento significativo en el precio de las materias primas compenso, incluso, cualquier disminución de los volúmenes ofrecidos. La facturación sumo los S/. 8,836.1 millones, mayor en un 39% al reportado en similar periodo del 2009.

El desarrollo del Programa Minero de Solidaridad con el Pueblo que fijo a las empresas mineras un aporte voluntario del 3,75% de sus utilidades netas, para destinarlo al Fondo Minero Local (2,75%) y al Fondo Minero Regional (1%), esta por vencer inclusive a finales del 2010. El Programa se inicio en el 2006 por un plazo de cuatro años, no habiéndose adoptado aun ninguna medida para ampliar el Programa o para sustituirlo por un impuesto a las sobre ganancias.

El desempeño social

Pese al desempeño macroeconómico y a los excedentes generados por las principales empresas, no se ha conseguido avanzar en mayores logros en materia social.

La recuperación del crecimiento económico no esta permitiendo aun una mejor distribución del ingreso y mayores estándares de calidad de vida. Las cifras de reducción de la pobreza del 54,8% del 2001 al 34,8& en el 2009, producidas con ajuste en los sistemas de medición, se han sostenido principalmente por la aplicación de programas monetarios como el Programa Crecer y Juntos, sin una reducción de la pobreza estructural existentes en las áreas rurales. Mientras la pobreza urbana alcanzo el 21% en el 2009, la pobreza rural se situó en un 60,3%.

Aunque no se cuentan con datos recientes a nivel nacional, a nivel de Lima Metropolitana aun se refleja actualmente un repunte del número de desocupados. Según datos del INEI a abril del 2010, el 47,1% de la PEA de Lima se encontraba adecuada empleada, el 43,9% estaba subempleada y el 9% desocupada. Mientras la PEA ocupada creció en el periodo feb-mar-abril del 2010 en 4,5% comparado con el periodo feb-mar-abril del 2009, la PEA desocupada lo hizo en un 7,6%, siendo a esa fecha de 427,1 mil desocupados[9].

Aunque para el Departamento de Estudios Económicos de Scotiabank, el empleo a nivel nacional se expandirá en 2.5% en el 2010 debido al dinamismo que denotaría la demanda interna, es previsible que esta sea compatible con el crecimiento de la PEA, pero que a la vez, crezca el numero de desocupados y su participación como porcentaje de la PEA[10].

La informalidad se ha convertido además en una de las principales trabas para el incremento de la productividad. Cerca del 75% de la PEA ocupada a nivel nacional se desempeña en el sector informal de la economía, mientras que la informalidad laboral que se observa en las micro empresas, registra una de las mayores tasas de asalariados no registrados en planilla (92%)[11].

El mayor acceso a bienes de consumo durables y a los servicios básicos solo se han focalizado en las principales ciudades de la costa, mientras que el estancamiento real del gasto social en salud y educación, que en el 2009 alcanzo los 38 mil millones de soles, no ha permitido una mejora progresiva de la calidad educativa y de los indicadores de salud y saneamiento.

Según el estudio de la OPS sobre exclusión social y acceso a servicios de salud, existe un 10% de la población (2,8 millones) que se encuentra totalmente excluida del sistema de salud debido a que registran niveles críticos de riesgos. La población con alto riesgo de exclusión está compuesta básicamente por población pobre (87%) que reside en zonas rurales (80%) y forman parte de la fuerza laboral no asalariada (68%.) En términos etáreos, la población con alto riesgo de exclusión se ubica en el rango de edad de 17-45 años (71%).

En relación a la educación, a nivel nacional, el 93% de los niños y niñas de 6 a 11 años asiste a primaria. Sin embargo, aún un 4% no lo hace, lo que equivale aproximadamente a 145,000 niños y niñas. Asimismo el 23% de niñas y niños de 6 a 11 años están matriculados en un grado inferior al que les corresponde, porcentaje que casi se duplica entre quienes en la niñez aprendieron a hablar quechua (43%) o lenguas nativas amazónicas (45%). El 42% de niños y niñas de 6 a 11 años que viven en extrema pobreza tiene algún tipo de atraso escolar[12].

El índice de discriminación étnico racial en el Perú se encuentra dentro de la medio alta de los países de la región, y es uno de los principales indicadores de la desigualdad, el cual no ha dejado de aumentar. Gran parte de la población no accede aun a los servicios básicos, en especial en los sectores de alta masa indígena. Estudios recientes han enfatizado la existencia de diferentes mecanismos discriminatorios que operan perpetuando la situación desventajosa de diferentes grupos étnicos/raciales, no sólo para aquellos con orígenes andinos sino también para aquellos provenientes de grupos afro-peruanos o miembros de las diferentes etnias nativas de la amazonía peruana.

La situación de la niñez dista inclusive de haber sido mejorado. Aunque los principales avances tienen que ver con la reducción de la mortalidad infantil y la mortalidad de niños menores de cinco años, con el incremento del control prenatal y el parto institucional, y con el aumento de la cobertura de la educación primaria, aun persisten problemas como la alta prevalencia de la desnutrición crónica infantil (18,2%[13]) y de la anemia (56,8%), el limitado acceso a la educación inicial (52,8% en área rural) y secundaria (72,05% en área urbana y 36,02% en área rural), el bajo nivel de logros de aprendizaje (13,5% en matemáticas y 23,1% en comprensión de lectura[14]), y la elevada incidencia de maltrato a niños, niñas y mujeres[15].

El trato otorgado a las comunidades amazónicas en el Perú constituye la otra “cara” del modelo de crecimiento impulsado en el Perú. La Comisión de Expertos de la OIT ha puesto en evidencia la situación de exclusión y pobreza estructural que sufren cerca de 400 mil pobladores de las comunidades amazónicas, en el que se denuncia la inexistencia de una Política de Estado en el Perú que promueva la participación de las comunidades indígenas para que actúen como sujetos de su propio desarrollo, en clara contravención del Convenio 169.

Son precisamente los grandes intereses de las industrias petroleras y de gas, defendidos por este Gobierno, las que han colocado al Perú frente a una grave crisis política. Ya en la actualidad, la amazonia del Perú tiene concesionada 49 millones de 55 millones hectáreas, es decir el 72% de su territorio, para exploración y explotación de hidrocarburos, a diferencia de Brasil que solo tiene concesionada el 13% o de Ecuador con el 11%.

La extracción de hidrocarburos ha conllevado a una alta degradación del medio ambiente. Solo entre el 2006 y 2009 se han producido 48 derrames de petróleo entre los lotes 8 y 1 AB de Pluspetrol, en perjuicio de los ríos Tigres y Corrientes y sus afluentes, afectando negativamente a 34 comunidades nativas. Según informes del Ministerio de Salud, el 98% de los niños de dichas comunidades sobrepasan los límites de cadmio en la sangre.

La propia situación de los derechos de los trabajadores en el Perú no ha mejorado. Desde que el Comité de Libertad Sindical llamo la atención de los Gobiernos sobre la importancia de una consulta previa con las organizaciones de empleadores y de trabajadores, antes de la aprobación de una legislación que afecte sus intereses, el Gobierno peruano no hizo lo propio para adoptar las medidas para enfrentar la crisis y la recesión.


Aun en la actualidad todas las medidas de carácter laboral, para el sector público y privado, vienen siendo aprobadas por el Gobierno y el Congreso de la República sin consulta con las organizaciones de los trabajadores y los empleadores. Mientras tanto los salarios se mantienen deprimidos y obstruye la afiliación de los trabajadores a los sindicatos, a la vez que se impide un mayor ejercicio de la negociación colectiva, especialmente nacional y de rama, y un mayor desarrollo de la propia cobertura de la seguridad social, situación que podría debe ser enfrentado a través de la aplicación de un Programa Nacional de Trabajo Decente.

[1] Estadísticas Trimestrales BCRP, junio 2010
[2] Marco Macroeconomico Multianual 2011-2013, Politica Fiscal, pag 5.
[3] BCRP; Reporte de Inflación, marzo 2010.
[4] Boletín Mensual de PRODUCE, febrero 2010.
[5] Marco Macroeconómico Multianual 2011-2013, pag. 5
[6] Ídem.
[7] Diario “Gestión”, 28/05/2010; pag. 11.
[8] Diario “Gestión”, 10/05/2010; pag. 22.
[9] INEI, “Informe Técnico N° 5- Mayo 2010, Situación del Mercado Laboral en Lima Metropolitana”; pags. 3 y 4.
[10] Según el Informe Técnico N° 5 del INEI, la PEA desocupada en Lima Metropolitana creció del 8,8% al 9% como porcentaje de la PEA, desde abril del 2009 a abril del 2010.
[11] Marco Macroeconómico Multianual 2011-2013, pag. 11.
[12] UNICEF, “Situación del País”, pagina web.
[13] Diario “Gestión”, “Pobreza rural y empleo informal, los huesos duros de roes del Gobierno”, 08/06/2010; pag. 6.
[14] Ídem.
[15] UNICEF; Ídem.

AUTOR : Luis Castillo Paulino
FUENTE : ALAI

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