Las caídas de las bolsas



El 16 de abril, el Índice General de la Bolsa de Valores de Lima logró superar los 16,000 puntos, con lo cual coronó un “rally alcista” que venía desde febrero, cuando el IGBVL rondaba los 13,800 puntos. Así las cosas, se sentía que la recuperación de la economía mundial tenía buenas alas y buen viento, con lo cual las perspectivas de crecimiento de la economía peruana –en general, casi toda la Región– seguiría el mismo camino.

Sin embargo, la crisis europea impactó fuerte, primero en las Bolsas de los países industrializados, ante el temor generalizado de una baja en la actividad económica, y, luego, el efecto se trasladó a los precios de los commodities, principalmente petróleo, cobre, zinc y plomo, que sufrieron fuertes caídas. Poco a poco, el pesimismo se trasladó a las Bolsas de los países de la Región. Así, en mayo el IGBVL cayó fuerte y ayer cerró en 14,268 puntos, situándose apenas por encima de los 14,500 puntos con que abrió el año, el 4 de enero del 2010.

La estrecha correlación que existe entre los precios de los commodities y el IGBVL se explica porque las acciones de las empresas mineras explican el 60% del total. Se aprecia, sin embargo, que en febrero y en mayo los precios del cobre han caído en una mayor proporción que el IGBVL, lo que se aprecia en la correlación de ambos índices, que es del 60%.

Esta cifra es inferior a la correlación del 95% que existió en los últimos 3 años, lo que podría explicarse por el mayor dinamismo de la demanda interna de los últimos meses. Dicho esto, en las últimas semanas la brecha entre ambos índices ha comenzado a cerrarse, lo que habrá de seguir con atención en las semanas que vienen.

Estas malas cifras bursátiles no han hecho mella en las cifras de crecimiento económico, que pintan muy bien para los primeros 5 meses del año y que nos dicen que el I Semestre el PBI posiblemente tenga un crecimiento del 5%. La cuestión radica en saber si ese ritmo de crecimiento pueda sostenerse en el II Semestre. Eso depende de varios factores, entre ellos la sostenibilidad del crecimiento de la demanda interna, sobre todo el sector construcción y la manufactura no primaria.

También, claro está, van a influir los factores externos, entre ellos el precio de los commodities y el flujo de capitales. Si los precios del cobre, plomo y zinc siguen cayendo, eso tendrá un efecto en el crecimiento de PBI minero pero, sobre todo, en los ingresos tributarios. Por otro lado, si se produce una restricción en los flujos de capitales, que ahora están pasando estragos –y comienzan a subir las tasas de interés– debido a la crisis europea, entonces también diversos proyectos de inversión y las fuentes de financiamiento sufrirán impactos.

Pero regresemos a la Bolsa y los peligros para los futuros jubilados. La cuestión es que hay demasiado dinero de las AFP invertido en la BVL (cerca del 45% del total de los fondos de las AFP, mucho más que el 20% en Chile y Colombia) debido a que así lo manda la legislación vigente, la misma que fue fuertemente influenciada por las propias AFP.

Hemos afirmado que esto debe modificarse pues es incorrecto pensar que la pensión de jubilación puede elevarse fuertemente con la “timba” en la Bolsa. Eso lo pueden hacer quienes invierten individualmente, pero no los futuros jubilados. Por otro lado, también debe modificarse la forma de cobro de la comisión de la AFP, para que esta dependa de la rentabilidad que se obtenga y no como ahora, donde las AFP cobran igual, aunque el futuro jubilado pierda dinero.

Sea lo que fuere, la cuestión es que estamos frente a nuevos episodios de la crisis económica internacional, que tendrá repercusiones internas aunque muchos optimistas interesados piensen lo contrario.

AUTOR : Humberto Campodonico; Economista
FUENTE : CRISTAL DE MIRA

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