Historias pendientes de contar



El lunes pasado, ante la creciente posibilidad de un efecto contagio de la crisis financiera de Grecia a otros países de la Eurozona, se anunció la puesta en marcha de un paquete de préstamos por 750,000 millones de euros, en adición del aprobado la semana pasada específicamente para dicho país por 110,000 millones de euros. Luego de este anuncio, el presidente del Banco Central Europeo señalaba: "La reactivación de la economía mundial puede darse por asegurada. Es más, esta se acelera". ¿Está fuera de toda discusión este señalamiento? Trataré de explicar por qué debemos de tomar con pinzas este optimista aserto.

Que Grecia estaba en severos problemas financieros está fuera de toda discusión; considere que el déficit fiscal griego equivale a un 12.7% del PBI, mientras que el stock de deuda equivale a 120% de este. Es por ello que la prima por riesgo de deuda soberana para dicho país llegó a cerca de 1,000 puntos básicos e, incluso, aunque con desequilibrios de menor magnitud, países como España, Irlanda y Portugal, al igual que Grecia, empiezan a sufrir ataques especulativos contra su deuda soberana y sus bolsas de valores. ¿Cómo así? Considérese, por ejemplo, en el caso de las bolsas, que los especuladores toman en préstamo títulos para venderlos, apostando que luego se reduzca el valor de estos para comprarlos más baratos. Dejar que esto siguiera ocurriendo evidentemente originaría un enorme efecto adverso sobre la estabilidad del euro.

Pero, sin duda, la puesta en la mesa de este enorme paquete de rescate y sobre todo la decisión del Banco Central Europeo de comprar activos (bonos soberanos de la Eurozona) ha calmado la incertidumbre en relación con la estabilidad financiera de la Eurozona existente hasta el viernes pasado; tanto así, que el lunes la prima de riesgo de la deuda soberana griega se redujo por debajo de los 500 puntos básicos, la rentabilidad exigida a sus bonos soberanos a 10 años pasó de 12% a 7.7%, mientras que, por ejemplo, en España para el caso de los bonos a 2 años pasó de 2.85% a 1.91%, con un IBEX (su índice bursátil) que el lunes levantó en 14.43%.

Considerando además que el monto del paquete equivale casi al total de los vencimientos de deuda hasta el 2012 de Portugal, Grecia y España juntos, era previsible la caída en las primas de riesgo soberano en la Eurozona, la recuperación del euro a US$ 1.3 y que los índices bursátiles se recuperaran. ¿Esta mejora inmediata en estos indicadores nos estaría revelando que ya pasó todo y la estabilidad financiera ya está recuperada? Yo diría que solo se ha comprado un espacio de tiempo.

Y por qué refiero que no hay aún una solución definitiva al problema. Simplemente porque está aún pendiente conocer cómo se gestionará en adelante la política macroeconómica en Grecia que permita que dicho país sea fiscalmente sostenible, considerando una retracción prevista de su nivel de actividad en 4%. Además, por la existencia de presiones deflacionarias, estas originarían un incremento en el costo real de la deuda.

En todo caso, ¿qué sucedería si ante la imposibilidad en términos sociales de efectivizar una reducción en los salarios, las autoridades de dicho país optaran por un default ordenado de la deuda griega buscando ampliar los plazos de duración de esta? Estas interrogantes pendientes de respuesta no son muy tiradas de los cabellos, puesto que como antecedente en dicho país, en los últimos 10 años, los salarios han venido elevándose sin que se haya incrementado la productividad. De la misma forma, quedan tareas fiscales (por supuesto que poco populares) importantes por realizar en el caso de España, Portugal e Irlanda.

Finalmente, los indicios de mejora en algunos indicadores financieros en la Eurozona están señalando que la magnitud importante del paquete de rescate solo posibilitaría comprar tiempo, mas considérese que también se han establecido una serie de promesas de ajustes, entonces el tema pendiente es explicar y efectivizar el cumplimiento de estos, dado que acabada la euforia del anuncio -donde la recuperación de los indicadores bursátiles responde paradójicamente también a la acción de los especuladores al cerrar sus posiciones para minimizar pérdidas-, los mercados estarán muy sensibles a la efectivización de los correctivos, sobre todo fiscales. Los anuncios ya los ha descontado.

AUTOR : Kurt Burneo ; Profesor de la Universidad San Ignacio de Loyola.
FUENTE : DIARIO GESTION

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