Camisea: Un proceso que tiene de cal y de arena



El resultado de la reunión de los Presidentes de los Gobiernos Regionales (GR) del Sur con el Premier y el Ministro de Energía y Minas tiene que ser apreciado como un momento importante dentro de un proceso que todavía tiene mucho que andar.
Los GR han tenido un logro importante: Petrobrás y Odebrecht –que han comprado el 51% de Kuntur, la empresa que está impulsando el gasoducto al sur– han ofrecido que en julio presentarán el Estudio de Impacto Ambiental y en enero del 2011 comenzará su construcción. Este ofrecimiento se tendría que refrendar con un documento vinculante, lo que –hasta donde sabemos– aún no se ha firmado.

En segundo lugar, los GR han logrado que el gobierno ratifique el DS-068-2009-EM de octubre pasado, que dice que se reservará un (1) billón de pies cúbicos (bpc) del Lote 88 para el gasoducto andino. Pero un DS no modifica un contrato –que solo puede ser modificado por acuerdo entre las partes–, por lo que si eso no se plasma en una adenda, entonces, una vez más, habrían mecido a los Presidentes de los GR, como en octubre, con lo cual “patearon el problema” hasta hoy.

El tercer punto importante son las reservas de Camisea. Aquí el gobierno está cantando victoria al afirmar que existen 15 bpc de “reservas de gas recuperable”, con lo cual el abastecimiento interno estaría asegurado. Pero las “reservas recuperables” no son iguales a las reservas probadas, pues es solo sobre estas últimas que se pueden establecer contratos firmes de abastecimiento.
Con este argumento, el gobierno está tratando de desviar la atención de los GR, y de toda la opinión pública, del hecho central: que la renegociación del 2006 del contrato del Lote 88 –donde el 100% de las reservas debía destinarse al mercado interno, según el contrato del 2000– permite su exportación, lo que se logró con maniobras ilegales bajo Toledo. Su objetivo central es que se deje de lado que ese gas barato, regalo de Dios de la Shell, debe destinarse exclusivamente al mercado interno.

Además, el gobierno ha “metido en la foto” a Petrobrás, que ocupó un lugar central en la reunión del miércoles. Como se sabe, Petrobrás está explorando gas en el Lote 58 (adyacente a Camisea) y declaró que podrían encontrar grandes reservas de gas, que abastecerían al gasoducto del sur. Puede ser. Ojalá. Pero hay que tener bien claro que ese gas va a costar más caro que el gas del Lote 88. Y es ese gas el que se destinaría al gasoducto andino (aparte del billón de pies cúbicos del Lote 88 que, repetimos, aún tiene que ser incorporado al contrato con una adenda).

El gobierno, al “meter en la foto” a Petrobrás/Odebrecht, de carambola trata de “sacar de la foto” la exigencia que no se exporte el gas del Lote 88 porque habría “suficientes reservas”. Algo que tratarán de reforzar este lunes con la presentación de un informe de reservas del Lote 88 y 56 realizado por una consultora contratada por el Ministerio. Sea lo que fuere lo que diga ese informe, la cuestión es clara: si hay más gas en los Lotes 88 y 56, éste se debe destinar al mercado interno y al gasoducto andino. Si se va a exportar gas, que provenga del Lote 57 de Repsol o del Lote 58 de Petrobrás.

Dos cosas para terminar. La primera, que seguimos sin política energética de largo plazo, pues todo se negocia al tun tun, para cubrir huecos y apagar incendios, privilegiando los intereses empresariales. Segundo, que no se puede pedir a los Presidentes de los GR –que cada día entienden más qué está en juego y han obtenido logros– lo que es responsabilidad de los partidos y movimientos políticos. Ellos son quienes deben elaborar los argumentos de alcance nacional que garanticen el abastecimiento y la seguridad energética del país.

Seguro que el gobierno piensa que ha logrado “desactivar la protesta” por la exportación de los regalos de Dios, lo que le permitiría tener oxígeno unos meses más. No debiera estar tan seguro de haberlo logrado.

AUTOR : Humberto Campodonico ; Economista
FUENTE : CRISTAL DE MIRA

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